Imagen gentileza de Artem Maltsev - Unsplash
Imagen gentileza de Artem Maltsev - Unsplash Portaluz

Villa María

Alicia Peressutti por Alicia Peressutti

4 Diciembre de 2024
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Nuestra Villa María con su rio teñido de sangre y sus calles de duelo. Un femicidio y un suicidio. Los padres huérfanos de hijos y los hijos huérfanos de padres. El horror, la locura, el espanto y la muerte. Tanto dolor que no cabe en ningún corazón. El peor de los escenarios, el peor final posible.  

¿Habrá habido indicios antes? ¿Algo que hiciera pensar que la violencia se había adueñado de ese hogar? 

Las leyes están -las militamos, las conseguimos-, la cárceles están desbordadas de acusados de hechos de violencia, pero seguimos teniendo a una niña o a una mujer asesinada... ¿cada cuántas horas?

Ya no quiero contar las horas, es atroz.

Tenemos que ser capaces de cambiar la cultura, de humanizar este mundo nuestro para que no enterremos más a nuestras niñas y mujeres por femicidios que quizás podríamos haber evitado. 

La tristeza es infinita y el dolor no cabe en los corazones.