El estiércol del diablo

El dinero enferma el pensamiento y la fe haciéndonos caminar por otro camino.Para la mentalidad Veterotestamentaria los ídolos eran demonios, erigidos en falsos dioses que se alzaban como rivales de Dios, reclamando las ofrendas y sacrificios, el culto y la adoración que sólo a Él corresponden. Los ídolos son nada.

Sin embargo Jesús les pone nombre, los desenmascara. Nos advierte también de una de las idolatrías y tentaciones más poderosas empleadas por el Maligno para apartarnos de Dios: el dinero.

Pero por más claro que lo diga, no lo logra persuadirnos de ello: "No podéis servir a Dios y al dinero". Para un creyente auténtico, no es compatible. Lo recordaba el Papa en una de sus homilías:"Los primeros Padres de la Iglesia decían que 'El dinero es el estiércol del diablo'. Porque nos hace idólatras y enferma nuestra mente con el orgullo y nos hace maníacos de cuestiones ociosas y nos aleja de la fe, corrompe”.

Cristo ofrece la consigna para liberarse de esta tiranía: "Dad al César lo que es del César..." esto es, devolved al mundo y "su señor" lo que le es propio.

¿Estaremos dispuestos a cumplir el mandato del Señor?