Imagen gentileza de Francesca Petringa.
Imagen gentileza de Francesca Petringa. Unsplash

Desafío: ama y comunica esperanza

Néstor Mora Núñez por Néstor Mora Núñez

15 Septiembre de 2025

Para el que ama todo es suave, y al que no ama todo le es pesado (San Agustín. Sermón 32, 8)

La frase es importante tanto por su significado cómo por la forma en que se aplica a nuestra vida, especialmente en el contexto de la evangelización digital.

Esta primera parte de la frase nos habla de la transformación que el amor opera en nuestra percepción de la realidad que nos rodea en el día a día. Cuando amamos, las dificultades, los desafíos y las pruebas de la vida ya no nos abruman. El amor actúa como un bálsamo, suavizando las asperezas y facilitando nuestro camino. No significa que los problemas desaparezcan, sino que nuestra actitud hacia ellos cambia. El amor nos da la fuerza, la paciencia y la perspectiva necesarias para afrontar los problemas con serenidad y, sobre todo, con una profunda esperanza. El amor nos permite ver la Verdad, Belleza y la Bondad incluso en las situaciones más difíciles.

En contraste, la falta o distorsión del amor, hace que cada paso de la vida se sienta como una carga pesada e insoportable. Sin amor, cada obstáculo se convierte en una montaña, cada tarea en un suplicio, cada relación en un conflicto. La falta de amor produce soledad, frustración y resentimiento. Nos impide ver la Verdad, Belleza y la Bondad, que nos rodea y que reflejan la presencia de Dios. Nos ciega a la Luz de Dios y encierra en una espiral de desesperada negatividad. La falta de amor nos hace sentir desconectados de Dios y de los demás. Dicho sea, que la conexión con otras personas es muy compleja en la actualidad que nos toca vivir. Si encima vemos esta interrelación desde el punto de vista negativo, caemos en un profundo pozo de desesperación. Hace unas décadas, las redes sociales estaban llenas de comentarios e interacciones interesantes. Hoy, tenemos ir más allá del "me gusta".

San Agustín nos presenta una elección importante: amar y encontrar la suavidad en la vida, o no amar y cargar con el peso del mundo. El amor nos libera del egoísmo, del miedo y de la desesperación. Nos permite vivir una vida plena y significativa.

▶️En el contexto de la evangelización digital, esta frase nos recuerda que debemos transmitir el amor de Dios a través de cada acto de comunicación que realicemos. Aunque sea complejo, es necesario encontrar la fuerza espiritual para ser amables, compasivos y comprensivos con los demás. La acción del Espíritu Santo es imprescindible. No dejemos de orar para que sus dones nos permitan reflejar la Luz de Dios. Los mensajes que compartamos en las redes deben contener aliento y esperanza. ¿Qué sucede si carecemos de este aliento y esperanza? La realidad que sin Cristo nada podemos y sólo su Mano puede sacarnos del mar antes de ahogarnos. Oremos para que podamos encontrar y compartir la alegría y la paz que el amor de Dios nos da. Es importante centrar los mensajes en la esperanza y no en el juicio, la crítica y la condena. Debemos usar las redes sociales para construir puentes de esperanza y comprensión entre las personas.

Podríamos proponer el uso del hashtag #AmaYComunicaAmor. Teniendo claro que el Amor es mucho más que sentimentalismo vacío. Este hashtag puede servir como un lema para nuestra evangelización digital. Podemos usarlo para compartir testimonios de cómo el amor ha transformado nuestras vidas y las vidas de los demás. Podemos invitar a otros a amar más profundamente y a experimentar la suavidad y la alegría que el amor trae consigo.

▶️ Preguntas para reflexionar: ¿Cómo esta frase de San Agustín nos interpela en nuestra propia vida? ¿En qué áreas de nuestra vida sentimos que nos falta conexión con Dios? ¿Cómo podemos acercarnos a Dios? ¿Cómo podemos aplicar esta enseñanza en nuestro apostolado digital para transmitir la presencia de Dios a los demás y aliviar sus cargas? ¿Qué pequeñas acciones podemos realizar hoy para vivir esta frase de San Agustín y hacer que la vida sea más suave para nosotros y para los que nos rodean?

Temas relacionados
espiritualidad Evangelización fe