La Madre del Señor

29 de diciembre de 2018

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Santa María, Madre de Dios 1º de enero de 2019
 

La Iglesia pide que hoy dirijamos nuestra mirada hacia la madre del Señor. Esta es la razón de ser de María, la humilde joven de Galilea que eligió Dios desde antes de la creación del mundo para que, en la madurez de los tiempos, sea la madre de su Hijo, a quien envió para sanar a los enfermos y oprimidos por las injusticias y todo mal.
 
Ahí está ella, delante de la pobre cuna donde recostó al rey del cielo. Ella contempla y adora a su hijo, como toda madre, y seguramente pasan por su mente los interrogantes sobre el futuro de ese niño concebido de manera tan particular. Ella piensa y guarda esas cosas en su corazón. Ella, en contemplación, fortalece los vínculos afectivos y espirituales con aquel que es el bendito fruto de su vientre.
 
María abre su casa y sus brazos ante la visita de los pobres pastores que entran con sus ofrendas; pero ellos traen más esperanzas que cosas materiales, porque también han escuchado y obedecido la voz de Dios. Estamos ante el encuentro de aquellos que saben escuchar y responder a Dios, que no hace acepción de personas y tiene un amor especial por los pobres, que confían en su misericordia y no saben de soberbia o altanería. Al escucharlos hablar, aún más receptivo se vuelve el corazón de María, que abraza la luz del Señor de la historia para comprender lo maravilloso que está viviendo a causa de su Hijo.
 
Este es un día para bendecir porque somos sus hijos en el Hijo: Jesús, quien desde su cunita nos dice: “Ahí tienen a su Madre”. Bendigamos a Dios porque el año que inauguramos es para que lo vivamos con las actitudes de María y de los pobres, que esperan en el Señor, dialogan con él para saber encontrar sentido a los acontecimientos que le duelen al País y esperan en su misericordia.

 

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