El Papa, ante unas 900 superioras de congregaciones religiosas, aceptó la propuesta de estudiar el tema de las diaconisas en la Iglesia Católica. Algunos medios publicaron que el Pontífice “abría la puerta” para ordenar mujeres. Pero ¿qué dijo realmente Francisco?
1. El hecho y su contexto. El pasado 12 de mayo, el Pontífice tuvo un encuentro con las superioras de las congregaciones religiosas donde se habló del papel de la mujer en la Iglesia. En el diálogo, le preguntaron qué impedía incluir a las mujeres en el diaconado permanente, y por qué no constituir una comisión oficial para estudiar el tema. (vatican.va, 12 mayo 2016)
En su respuesta, el Papa recordó que en su momento ese tema le había interesado, y que había hablado con un teólogo sirio, “un buen profesor, sabio y erudito”, y éste le había explicado que los tiempos primitivos hubo diaconisas, pero que no quedaba claro si habían recibido la ordenación o no, ni cuál era su función.
Y, con mucha humildad, el Pontífice contestó que le pediría a la Congregación para la Doctrina de la Fe que lo pusieran al día sobre los estudios sobre este tema, porque la respuesta que daba en ese momento se basaba sólo en lo que le había escuchado a ese profesor.
Pero hubo reacciones desmedidas, como la de la religiosa Christine Schenck, quien durante años fue la directora ejecutiva de FutureChurch. “Estoy extasiada”, dijo la hermana. “Estaba orando dándole gracias a Dios” (por la supuesta apertura). (NY Times, 13 mayo 2016)
2. El problema de fondo. ¿Por qué este tema de las diaconisas cobró tanto furor? Porque se trata del tema del papel de las mujeres en la Iglesia. Está muy claro que en el sacerdocio católico no hay lugar para las mujeres, porque en la Eucaristía el sacerdote hace las veces de Cristo que fue varón. Pero, como en el diaconado se ejercitan funciones que no implican hacer esas veces, ¿por qué no ordenar diaconisas?
...Es una cuestión que el Papa abordó en esa misma reunión. Dijo que el feminismo es una tentación cuando se habla del rol femenino en el catolicismo. Afirmó que “el papel de la mujer en la Iglesia no es un feminismo, ¡es un derecho!”
El Pontífice detalló que “es un derecho de las bautizadas, con los carismas y dones que el Espíritu le ha dado”. Y advirtió que “no hay que caer en el feminismo, porque esto reduciría la importancia de una mujer”.
3. Diaconado y participación en la Iglesia. También en ese evento, el Obispo de Roma explicó con fuerza que, para participar en la vida de la Iglesia, no hace falta que una persona sea ordenada de diácono.
El Papa afirmó que reducir la participación de los fieles laicos al diaconado sería caer en la tentación del “clericalismo”. Explicó que “el clericalismo es un comportamiento negativo”, pues resulta “más comodo” para el sacerdote clericalizar al laico, y al laico dejarse clericalizar.
Y el Pontífice contó varias experiencias suyas en Buenos Aires, como aquella de “un buen párroco, que viene y me dice: ‘Sabe, tengo un laico muy bueno en la parroquia: hace esto y aquello, sabe organizar … es un hombre valioso… ¿lo hacemos diácono?’, o sea, ¿lo clericalizamos?”. “¡No! Deja que siga de laico, no lo hagas diácono”.
La noticia de que el Papa abrió la puerta para la ordenación diaconal de mujeres no refleja lo que en realidad ocurrió en esa audiencia. El Pontífice simplemente dijo que se podía estudiar el rol de las diaconisas en la antigüedad, pero dejó muy claro que ordenar diaconisas no es la vía para resaltar el rol de las mujeres ni de los varones laicos en la Iglesia.
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