Cristian Saavedra, con doce años de experiencia como psicólogo clínico infanto-juvenil, coach estratégico y ontológico, director de formación del colegio Verbo Divino en Santiago de Chile, conversó con Portaluz.org sobre algunos riesgos a los que se expone nuestra salud mental, cuando vivimos de espaldas a Dios.
Fe y familia constituida, los pilares
Saavedra recuerda que ya en 1987 el sociólogo francés Emile Durkheim, investigaba la relación entre la religión y el suicidio. Análisis que ha continuado con múltiples estudios como los del científico experto en Epidemiología y Salud Pública Matthias Egger, (Institut für Sozial- und Präventivmedizin) de la Universidad de Berna, quien junto a profesionales de la Universidad de Zürich afirmaron en 2010 –con datos censales certificados-, que los católicos son menos propensos al suicidio que los agnósticos y ateos.
El psicólogo precisó que algunos trastornos mentales o aspectos psicológicos como la desesperanza son, entre otros, factores de riesgo indiscutible para el suicidio. Pero es el dato empírico de sus años de atención directa a pacientes, su labor en educación y en el ámbito empresarial lo que le permite afirmar que “ser creyente y tener una familia constituida, disminuye la tasa de suicidios”
Aunque enfermedades como la depresión afectan también a personas creyentes en Dios, Cristián Saavedra no duda en señalar a la fe como protectora de la salud mental pues no solo da respuesta –dice- a interrogantes existenciales del ser humano sino que a través de la religión, la persona desarrolla positivamente esas respuestas en la vida cotidiana. “Nutriendo la esperanza al posibilitar el depositarse como hijo en manos de Dios, el sentido de trascendencia y vida en comunidad. Asimismo promoviendo la familia constituida que al llenar de sentido al individuo, se consolida como un factor protector”
Jesús, modelo del bienestar
Para el psicólogo una sociedad que atenta contra esa identidad espiritual, religiosa, de valores y moral del individuo, promueve a potenciar daños a su salud mental. “Cuando nos relacionamos sin Dios, nos atomizamos a nosotros mismos. Sentimos todo el peso del devenir. Por lo tanto, esta no presencia de Dios genera una mirada de futuro sin esperanza, pues la sociedad actual nos deja sin tiempo para reflexionar sobre quiénes somos. No nos planteamos ni respondemos las preguntas existenciales y así cada vez nos vamos a angustiar más”.
Saavedra reconoce finalmente que la invitación al amor que Jesús nos trae es clave para el bienestar mental de las personas, consolidándose él mismo como modelo y esperanza de quienes buscan salud…
“Jesús nos vuelve al encuentro de una mirada nueva, menos culposa, con amor. Esto, ayuda a la salud mental. Si yo comprendo lo que es el amor, mis elecciones estarán adecuadas. Ese es el camino de la salud mental y lo que Jesús nos dice. Jesús y su doctrina son un modelo del bienestar a que debe aspirar todo ser humano”.
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· Fono Ayuda en crisis de suicidio/ Chile: (00 56 42) 222 12 00 (12:00 a 18 hrs.)
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