La brutal experiencia de Sixtine, víctima de abusos en su juventud: "Cuestioné totalmente mi fe y amistad con Dios"

10 de marzo de 2023

“Poco a poco, fui pensando que quizás el Buen Dios no estaba tan presente; o al menos no de la manera que yo pensaba, y que mi amistad con Él era extremadamente ingenua e infantil”.

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Procedente de una familia católica practicante, Sixtine se cuestionó su relación con Dios al llegar a la enseñanza superior. Su vida, su fe, fueron totalmente sacudidas por una brutal experiencia de abusos, como ella misma narra en este nuevo video del portal Découvrir Dieu que puedes ver junto a esta transcripción en español de su testimonio...

 

 

"Me llamo Sixtine y crecí en una familia católica practicante, que siempre ha sido un capullo lleno de amor, lleno de ternura, y que me introdujo, desde muy pequeña, en una relación de amistad con el Buen Dios, a quien consideré inmediatamente mi mejor amigo. Así, esta amistad me acompañó durante todos mis años de secundaria, como en el bachillerato.

 

Al final de estos años, entré en una escuela preparatoria literaria. Es un mundo muy diferente porque invita mucho al cuestionamiento. Interpelación potenciada por todas las personas de diferentes orígenes que conocí, las cuales me presentaron su manera de pensar, de ver el mundo, que era muy diferente a la mía. Me vi invitada a reposicionarme en cuanto a esa relación con el Señor, ya que rápidamente me di cuenta de que muchas personas vivían sin Él, o no lo consideraban en absoluto de la misma manera que yo; esto me llevó a un profundo cuestionamiento. Pero Él siguió a mi lado.

 

Cuando fui a la universidad, continué mis estudios literarios, los cuales proponían considerar al hombre como tal, y no a través de un prisma espiritual. Poco a poco, fui pensando que quizás el Buen Dios no estaba tan presente; o al menos no de la manera que yo pensaba, y que mi amistad con Él era extremadamente ingenua e infantil.

 

Durante este período fui víctima de abusos, lo que puso totalmente en tela de juicio mi fe y amistad con el Buen Dios. Ya que, cuando tocas la miseria humana, llegas a preguntarte por qué Él no está, y por qué, sobre todo, permite este tipo de cosas. No encontré en Él ese consuelo que hubiera esperado. Fue un periodo bastante difícil porque pasé por un episodio depresivo durante el cual no se ve realmente la luz al final del túnel, no hay un verdadero equilibrio entre el bien y el mal. Todos los puntos de referencia están completamente contrapuestos y es difícil dirigirse a Dios en esos momentos porque no puedes imaginar el consuelo que podría darte.

 

Así que, en primer lugar, intenté reconciliarme conmigo misma desde el punto de vista profesional, invirtiendo cada vez más en mis estudios. Pero el consuelo que encontré fue puramente intelectual y realmente me faltaba algo.

 

Al final decidí implicarme, hacer algún servicio para ser útil, porque con la universidad tienes mucho tiempo libre y acabas los cursos muy pronto. Tuve la oportunidad de ir a una reunión de jóvenes católicos para servir y la tomé, ayudando en la logística, en la manipulación, en la preparación de las comidas, para ser realmente útil.

 

Fue precisamente en este servicio, dándome, que me di cuenta de lo mucho que recibía. Fue un momento que me ofrecieron muchas vivencias de corazón a corazón con personas consolidadas en su fe y que, de hecho, me permitieron comprender cómo en medio del sufrimiento, el Buen Dios seguía estando ahí.

 

Gracias a momentos de compartir, momentos de oración muy, muy fuertes, comprendí que el Buen Dios, en cierto modo, estaba detrás de una puerta que yo sólo tenía que abrir para poder encontrarlo".

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