La violencia y el mal

"No pueden creer en Jesús. Si lo hacen deben largarse" La consigna atea cuando su poder es absoluto

17 de abril de 2014

Desde que Jesús se encarnó sus oponentes han buscado arrasar con quienes lo confiesan como Hijo de Dios. Una batalla que se extiende por los siglos.

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En febrero y marzo cristianos de la etnia Hmong fueron atacados en la provincia de Son La, por sus vecinos de Dien Bien desde Vietnam del Norte. El 26 de febrero oficiales de la Seguridad Pública apresaron a 30 habitantes de la aldea Trun Phu para obligarlos a retractarse de su fe con la amenaza de colgar a Hang A  Khua y los nueve miembros de su familia. Frente al rechazo de esa familia cristiana, los asaltantes lo golpearon a él y a sus hijos con porras y los colgaron de cables de alta tensión, saqueando luego su casa.
 
"Vivimos en el bosque"

Según lo informado por los afectados a Morning Star News, el pasado 2 de abril los funcionarios comunistas destruyeron después los campos de arroz obligando entonces a Hang y su familia a salir de la aldea. "Hoy, -declaró Hang- mi familia vive en el bosque y ya no tenemos un lugar para llamar casa. Cada día que pasa se nos hace más difícil para sobrevivir y no sé cómo acabará todo esto. Por favor, ayúdennos".
 
“No pueden creer en Jesús”

Lo sufrido por esos cristianos es la misma amenaza y violencia padecida en marzo por cuatro familias cristianas en el pueblo de Suoi Cu (Son La). A pesar de pertenecer a la Iglesia Evangélica de Vietnam del Norte, reconocida por el Estado, los oficiales les agredieron afirmando que "en el pueblo de Suoi Cu no existe el cristianismo. No pueden creer en Jesucristo y si lo hacen, entonces tú y las otras tres familias deben largarse inmediatamente del pueblo".
 
Decenas de miembros de la aldea fueron amenazados de muerte y les habrían destruido sus casas, declararon, si no hubieran renunciado públicamente a su fe. Desde marzo las cuatro familias cristianas que resistieron están viviendo con el temor de ser aplastados.

Persecución religiosa

La violencia en Vietnam del Norte contra los cristianos se ha prolongado durante décadas. La Constitución del país garantiza formalmente la libertad religiosa, pero leyes específicas penalizan cualquier acto que perturbe la armonía, las tradiciones y la cultura del país. Como resultado, los cristianos experimentan continuamente la irrupción en sus celebraciones, detenciones, destrucción de edificios religiosos, la confiscación de tierras y la agresión contra los fieles. En cuanto a la Iglesia Católica además, el gobierno está tratando de imitar a China y establecer una Iglesia Patriótica paralela que entregue su lealtad al partido y no al Papa.

 

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