En Italia se ha ido acuñando la certeza de que existe una “inquisición gay”, que reacciona en forma violenta obstaculizando toda reflexión disidente de sus planteamientos respecto del hecho homosexual. Es la realidad que ha padecido la reconocida infectólogo Chiara Atzori luego de ser entrevistada por el eminente profesional italiano Massimo Introvigne este 5 de noviembre para el sitio La nuova bussola quotidiana (pulse para ver).
Las afirmaciones de Atzori provocaron inmediatas reacciones y movilizaciones de los colectivos gay que la ridiculizaron y presionaron para impedir una conferencia pública que la profesional tenía planificado dictar en una escuela católica de Turín.
- Chiara Atzori: La acusación es tan ridícula que no merece respuesta. Llevo más de veinte años trabajando como infectóloga, y no siento siquiera la necesidad de disculparme. Soy una especialista en SIDA y otras enfermedades de transmisión sexual, que son por desgracia, también trágicamente comunes en la comunidad homosexual. Las he estudiado en terreno, incluso en los Estados Unidos y África, y he participado en varias conferencias internacionales. Tengo muchos pacientes homosexuales que me honran con su estima y muchas veces con su amistad. Nunca he dicho que la homosexualidad sea una enfermedad.
- Chiara Atzori: Otro disparate. La terapia reparativa no se propone a los gays, que por definición son homosexuales felices y satisfechos con su condición. Ésta nació para un tipo diferente de personas: los que experimentan en sí mismos una orientación homosexual no deseada, que viven con el malestar y la incertidumbre. Estas personas son más numerosas de lo que se cree, y los psicólogos como el presidente de la Agrupación italiana proponen su terapia Gat - «terapia de afirmación gay»- la cual parte de la premisa de que su malestar nace de la interiorización de la homofobia presente en la sociedad, y trata de guiarlos, viviendo positivamente la propia homosexualidad. Es ciertamente posible que para algunos la situación sea así. Pero aquello que no me convence es la afirmación dogmática que debe ser para todos así, que todas las personas inciertas con su identidad sexual serían alegres homosexuales si la sociedad no fuera homófoba. La alternativa a la Gat es la terapia reparativa, donde la palabra «reparativa» no implica que estas personas tengan alguna enfermedad para ser «reparadas». La palabra proviene del lenguaje psicoanalítico, y plantea la hipótesis que en la homosexualidad no deseada existe un intento ("síntoma reparativo" en el psicoanálisis) puesto en marcha por la persona para recuperar su identidad sexual de la que es, por las razones más diversas, inconscientemente separado. Podría ser que la hipótesis no se confirme. La terapia reparativa intenta simplemente explorar, a solicitud -lo repito una vez más- de estas personas que viven en una situación de incertidumbre.
- Chiara Atzori: Tal vez porque rompo un falso consenso que afirma que la orientación homosexual es siempre, por definición, hermosa, buena y feliz; que sólo hay gays alegres activistas y no persona alguna con incertidumbre e incomodidad. Este falso consenso hoy trata de imponer una hegemonía sobre toda la cultura. Siempre he sido una apasionada por estos temas por razones de familia: Antonio Gramsci, el teórico comunista italiano de la hegemonía, era mi tío abuelo. Pero permítanme decir que incluso Gramsci era más democrático y tolerante que el actual lobby LGBT (lésbico, gay, bisexual y transexual).