Las ‘voces del Averno’ en el nuevo documental del director de cine Luis María Piccinali: “Estuve cara a cara con el demonio”

05 de mayo de 2023

“No solo era un demonio sino una gran variedad de demonios y eso me hizo de un modo cambiar, reafirmar lo que uno cree; sabemos que existe el demonio, pero en este caso lo pude experimentar, estuve cara a cara con el demonio”.

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La vida profesional del director y productor de cine argentino Luis María Piccinali ha estado marcada por la adrenalina y el riesgo: “El último trabajo que tuve era hacer allanamientos, entonces ahí estaba como productor y la policía nos ofrecía un listado de lugares y nosotros siempre elegíamos el más peligroso y el más llamativo”, comenta en su encuentro con Portaluz. Pero las batallas trascendentales de Luis María han ocurrido en su alma. De estar hace diez años celebrando en Chile los 100 años del partido comunista y realizando un registro audiovisual del evento, hoy es el CEO de la productora católica Dominus Estudios.

 

Casado con Romina Schafer y padre de 4 hijos, hace algunos años Piccinali se propuso un riesgoso desafío: registrar la acción extraordinaria del demonio. Vivía en la ciudad argentina de San Rafael, provincia de Mendoza, cuando supo de “un caso impresionante que venía de mucho tiempo, era una mujer que tuvo una posesión muy fuerte, a punto que había llegado a oídos del padre Gabriel Armorth”, comenta.

 

No lo dudó y puso su mejor empeño hasta lograr contactar a quien conocía de primera fuente el caso de esa posesa: el sacerdote y exorcista argentino Carlos Spahn, que por entonces residía en México.  “En diciembre tuve la posibilidad de ir a grabar al padre Carlos Spahn en México, que fue el exorcista principal de este caso. Estuve además en un lugar llamado Instituto para la Liberación y Crecimiento Espiritual de las Almas con el padre Ricardo Coll que también es exorcista (diócesis de Campeche) y ahí tuve la gracia de poder participar en un exorcismo de seis horas. Es algo muy tenso… pues pude ver con mis propios ojos la presencia demoníaca en una persona. No solo era un demonio sino una gran variedad de demonios y eso me hizo de un modo cambiar, reafirmar lo que uno cree; sabemos que existe el demonio, pero en este caso lo pude experimentar, estuve cara a cara con el demonio”, afirma.

 

El Demonio lo acusa

 

 

Esa cara a cara llegó por una inesperada experiencia. Sin estar muy consciente del riesgo que corría tomó algunos registros audiovisuales con su celular sin que nadie en el recinto pudiere darse cuenta. Sin embargo, el demonio lo había visto y poco después -usando el cuerpo que poseía- hizo escuchar su voz desde el Averno… “Delató que yo había estado filmando y me llamó «intruso». Después el padre me preguntó «¿Vos estuviste filmando?» O sea, era imposible que él supiera porque yo estaba solo en ese lugar del recinto y bueno eso te da la idea que hay un mundo sobrenatural o preternatural para ser más preciso”, afirma.

 

Las 'voces del averno'

 

 

Esta y otras experiencias son parte de un próximo trabajo documental de Piccinali que permitirá tomar contacto con las ‘voces del averno’. Y es que también él tiene su personal historia con los demonios en años que estuvieron marcados por la esclavitud con el alcohol, las drogas y otros desenfrenos. “Cuando entré a la universidad ahí se reafirmó mi alejamiento de Dios, porque en la universidad claramente te meten ideología izquierdista, atea y anticristiana”, confirma y recuerda que tras esa etapa continuó esa forma de mal vivir “en el que uno se mueve en un mundo totalmente nocivo donde sobreabundan las drogas, la vida acelerada.  Desde ahí digamos que empecé a experimentar niveles de adrenalina muy altos”.

 

Del alcohol a la marihuana, luego cocaína, éxtasis y pastillas y así hasta terminar hecho bolsa, reponerse y volver a empezar. Y cuando ya no lograba las sensaciones extremas que lo tenían enganchado se fue a Perú a probar “el brebaje de un cactus” que se consumía para lograr alucinaciones en un ritual con olor a brujería. Después de esta pasada de límites “ya no tenía ningún freno con las drogas”, recuerda Luis.

 

La oración de su madre y el embarazo de Romina

 

 

A pesar de sus reiteradas carreras hacia el abismo, Luis tenía la sensación de topar siempre con una barrera que no solo impedía su total aniquilamiento, sino que era al mismo tiempo un elemento protector, que lo pacificaba. Esta extraña certeza espiritual adquirió sentido cuando supo que por años su madre había estado rezando por él. “Todos los días a las 7 de la mañana se iba a misa y la ofrecía por mí, rezaba muchísimo por mí”, dice con evidente emoción.

 

Ese caudal de gracia fue un factor protector para su alma y Luis María cree que ello le habilitó para tomar una decisión de cambio cuando su novia Romina -hoy esposa- le comunicó que estaba embarazada. “Pensé: ¿qué pasará cuando mi hijo me pregunte si está bien o no drogarse, sí está bien tener relaciones sexuales con diferentes mujeres antes del matrimonio?”, reflexionó Piccinali y esto fue un punto de inflexión. “A partir de ahí intenté cambiar, empecé a buscar los valores que me habían inculcado de chico mis abuelos, que fueron modelos muy importantes para mí sobre todo en lo moral”.

 

La Virgen los miró

 

 

No terminaba de cuajar en esta pareja la urgente necesidad de conversión que requerían para donarse como padres y en ese vaivén existencial fueron un día a misa en Santa Ana Bella Vista. ¡Habían pasado años desde la última vez que cada uno de ellos había vivido una eucaristía! “Y fue como entrar en otro mundo. Entré a la iglesia y me sentía muy extraño, como que nunca hubiese estado en mi vida; bueno, en el momento final cuando normalmente se reza o se canta alguna canción a la Virgen, recuerdo que a ella la miraba la Virgen y a los dos nos agarró una especie de ataque de llanto. No podíamos parar de llorar y eso nos sucedió durante meses”, dice y sus ojos se vuelven a humedecer.

 

Vino entonces el tiempo de reflexión, de mirar al pasado con un planteo de reparación para buscar el perdón y restaurar su dignidad como hijos de Dios.  Así, tras confesarse vivieron un período de efervescencia espiritual que lo hizo todo nuevo. “Nos confesamos y de pronto empezamos a recibir el cuerpo de Cristo e ir regularmente a misa. Todo cambió, nos casamos por la Iglesia y nuestra fe se fue haciendo muy fervorosa. Pero por otro lado empezamos a recibir el rechazo de nuestro entorno porque no éramos los de antes. Quedamos prácticamente solos, pero en compañía de Dios”, confidencia Piccinali.

 

La apuesta de esta familia en la productora católica Dominus Estudios es una auténtica alianza con Dios, confiados a la mediación de la Santísima Virgen María cuyo rosario suelen rezar juntos. De hecho, si se olvidan de rezar, el hijo mayor que ha nacido autista tiene el don de “una espectacular memoria” y se encarga de recodarle a toda la familia cuando es el momento de la oración, dice el feliz padre.

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