(Para quien desee conocer previamente la experiencia personal de la doctora Emília Vlcková y de sus hijos, con la homeopatía, ya publicada en Portaluz, pulse aquí)
Es esencial conocer la personalidad y los trabajos principales del Doctor Samuel Hahnemann, que fue quién descubrió los principios de este método. Desde la muerte de este controvertido doctor, nadie ha aportado cambios considerables a sus métodos de tratamiento.
Christian F. Samuel Hahnemann fue el hijo de un pintor de porcelana en Meissen en 1755. Fue un alumno con mucho talento y pronto le dieron la oportunidad de estudiar en la escuela del príncipe Sankt Afra. Además del francés, estudió también inglés, griego y latín hasta tal punto que posteriormente pudo ganarse la vida traduciendo (pues era un estudiante de los más pobres). A los 20 años comenzó a estudiar medicina en la Universidad de Leizpig. A continuación continuó sus estudios durante en Viena dos años en el mismo sitio que el famoso médico Von Quarin. Se familiarizó con el barón Samuel Von Brukenthal quién le contrató como médico de familia y bibliotecario. El masón Von Brukenthal lo introdujo en una logia masónica en la que se inició a los 22 años. Aprendió algo sobre el deísmo (una enseñanza que dice que Dios existe, que Él es la causa original del mundo, pero que Él no interviene en el desarrollo posterior del mundo –el mundo se desarrolla según sus propias leyes –nota del editor). Terminó sus estudios escribiendo una tesis en donde mencionó por primera vez al fundador del denominado magnetismo animal, Anton Mesmer, en ese tiempo una persona muy conocida. Después de finalizar sus estudios, Hahnemann, ya como doctor, se instaló en Hettstedt, después en Dassau, en donde se casó con Henriette Kuchler, la hija del farmacéutico local. Debido a los fracasos en el ejercicio de su profesión, se alejó más y más de la medicina. No obstante, su actividad traductora era apasionada. Cuando tradujo los artículos para el Materia Medici del científico inglés Cullen, Hahnemann criticó como Cullen entendía los efectos de la corteza de la quinina.
A través de sus experimentos dio con la homeopatía. A partir de entonces trabajó sin descanso en tareas de investigación, para definir los resultados del nuevo principio curativo. En 1796 publicó su famoso ensayo sobre el nuevo principio para descubrir las virtudes curativas de las sustancias medicinales y mencionó por primera vez el principio homeopático similia similibus curentur (lo similar cura lo similar).
Inmediatamente después, hubo una disputa entre los eruditos de la medicina escolástica pues rechazaban categóricamente este método de tratamiento. A pesar de su gran aversión, Hahnemann hizo un doctorado superior en la universidad de Leipzig en donde había enseñado la homeopatía desde 1811. Al mismo tiempo era médico de medicina general y se las arreglaba para curar a la gente de una forma extraordinaria según el testimonio de sus seguidores. En su obra “Organon de terapéutica” publicada en 1810, describió el origen y la forma de llevar a cabo los principios de su tratamiento.
En Leipzig, Hahnemann se vio envuelto en una discusión sobre los farmacéuticos debido a la administración independiente de fármacos a sus pacientes. Le prohibieron fabricar medicinas, Así que se fue a Kothen en donde pudo llevar a cabo sus actividades de medicina alternativa bajo la protección del duque. Aquí tuvo un periodo de tranquilidad en su vida que la dedicó al desarrollo de la homeopatía. Los artículos en el boletín del imperio alemán fueron un gran medio para la difusión de la homeopatía. El editor de este boletín era Rat Becker, otro masón.
A pesar de su avanzada edad, Hahnemann perfeccionó su arte de sanación. Extendió también el segundo principio de la homeopatía más allá del límite de lo medible –es decir, el principio de la dinamización o de la potenciación. En aquel tiempo recomendaba a la gente no tomar medicinas sino “sólo olisquearlas un poco”. Ya viudo con 80 años, se casó con casó con una joven pintora francesa de 35 años, Melanie d’Herville y se trasladaron a Paris. Aquí formaron un grupo de homeopatía en un centro extra-hospitalario. Murió el 2 de julio de 1843.
Organon del arte de curar
En 1810 Hahnemann publicó en Leipzig el Organon de terapéuticas racionales. Después, fue traducido con el título de Organon del arte de curar u Organon de la medicina. En esta obra dejó plasmados los fundamentos de la filosofía y de la metodología del tratamiento homeopático. En el prólogo de su sexta edición criticó a la medicina alopática de aquel tiempo, y propuso un nuevo arte de tratamiento –la homeopatía- es decir, el método que él había inventado. Lo definió como un método de tratamiento que es completamente diferente al de los métodos alopáticos. Afirmó que las enfermedades eran causadas meramente por un trastorno de la energía espiritual que reactiva el cuerpo humano. Usando el correcto remedio homeopático se puede provocar un cambio dinámico-espiritual y reajustar el estado del paciente. Les administraba a sus pacientes pequeñas dosis de sus medicamentos. Afirmaba que la vieja escuela, la medicina clásica, es lo opuesto a la homeopatía, de la misma forma que la noche se opone al día.
Hahnemann criticaba los principios de la medicina alopática porque intenta encontrar las causas de la enfermedad y así eliminar su causa. Sin embargo, afirmaba que la mayoría de las enfermedades tenían un origen espiritual; por tanto, su causa no podía ser conocida mediante los sentidos humanos. Insistía en que las causas de las enfermedades no eran de naturaleza material. Incluso consideró que las observaciones hechas por anatomistas, patólogos anatomistas y psicólogos eran todas obra de la mera imaginación. Insistía repetidamente que las causas de las enfermedades no eran de naturaleza material. El no creía en la transferencia material de una infección, por ejemplo, a una herida o a la piel. Pensaba que los puntos de vista sobre el origen y de la esencia de las enfermedades eran incorrectos. Creía que la enfermedad en el organismo humano estaba causada y se mantenía solamente por la energía dinámica espiritual. Hahnemann se refería a la sabiduría y al buen Creador que le permitió descubrir este arte de tratamiento –la homeopatía. Podría parecer que fuese un cristiano creyente. Pero, ¿qué fuentes teológicas hay tras todo esto?
Si Hahnemann profesó el cristianismo, entonces podríamos buscar una justificación de sus teorías espirituales en la Palabra de Dios, en las Escrituras. Sin embargo, la verdad es al contrario. Hahnemann rechazó lo básico del Evangelio incluyendo a Jesucristo. En su carta a su discípulo Stapf (Brief an Stapf, Kothen 1830) escribió:
“Considero el hecho de que hoy leamos a Confucio como un signo importante de nuestra era. Pronto lo abrazaré en el reino de las almas felices. Abrazaré al benefactor de la humanidad quién nos estuvo guiando por la senda correcta hacia la sabiduría y a Dios, seis siglos y medio antes que el soñador”.
Según esas afirmaciones de mal gusto de Hahnemann, ese soñador fue Jesús de Nazaret quien aparentemente no llevó a Hahnemann por el camino recto de la sabiduría, y fue quién quiso luchar al lado de los pecadores y publicanos por el arduo camino del Reino de Dios en la tierra. Ese hombre del dolor, que le hablaba al ladrón en la cruz, es inaceptable para Hahnemann. Es en realidad un insulto para quién ama la sabiduría esotérica (A. Fritsche, "Hahanemann - Die Idee der Homeopatie", "VI edición, p. 264).
La pasión masónica de Hahnemann
Hay un hecho trágico e inalienable evidente: Hahnemann construyó su conocimiento según la religión natural que estaba en aquel tiempo muy difundida. Desde su juventud hasta su muerte fue un leal seguidor del ya mencionado deísmo. Su extensa obra (artículos y manuscritos) y asimismo su temprana filiación a una logia masónica revelan su auténtica actitud espiritual.
¿Cuál es la opinión actual sobre el Organon? Incluso hoy en día, la homeopatía es llevada a cabo en base a los mismos principios que en tiempos de Hahnemann. Los seguidores de este método piensan que sus puntos de vista todavía se cumplen. No obstante, casi todos ellos evitan las palabras metafísicas de Hahnemann y olvidan el hecho de que sin las ideas espirituales de su fundador el funcionamiento de la homeopatía es incomprensible. Suprimen las explicaciones originales basadas en lo espiritual y las sustituyen con nuevos términos “científicos”. Hasta ahora, casi doscientos años después, no ha sido mostrada ninguna evidencia natural o científica basada en resultados de investigación que expliquen los principios básicos de la homeopatía.
Ensayos clínicos y registro de fármacos homeopáticos
Ninguno de los ensayos clínicos cuidadosamente diseñados ha tenido éxito en probar de forma fiable la efectividad de los fármacos homeopáticos. En el prestigioso diario médico Lancet (vol 344 – 1994) El Dr. Reily, un homeópata, presentó un estudio sobre la eficiencia de las drogas homeopáticas en la terapia del catarro alérgico. Afirmaba que los fármacos homeopáticos eran más eficientes que el placebo. Sin embargo, en el siguiente número de esta revista (vol. 345 -1995) se publicó un artículo afirmando que este ensayo tenía errores significativos que podían falsear completamente sus resultados.
En 2002, el British Medical Journal (vol. 324) publicó ensayo clínico doble ciego aleatorio controlado por parte de Lewis et al: El uso de potencias ultramoleculares de alérgenos para tratar a la gente asmática alérgica a los ácaros del polvo doméstico. Participaron en el ensayo doscientos cuarenta y dos asmáticos que tenían una reacción positiva a los ácaros del polvo doméstico. Sin embargo, no se estableció ninguna diferencia entre los resultados de un grupo que usaba placebos y otro usando medicamentos homeopáticos.
En el 2003, el British Journal Clinical Pharmacology publicó un estudio de Brien, Lewith y Bryant bajo el título: La homeopatía ultramolecular no tiene efectos clínicos observables. Es una prueba de ensayo doble ciega aleatoria controlando el placebo de la Belladonna 30C. El objetivo del ensayo era establecer si la dilución de la Belladonna 30C difiere en sus efectos del placebo. Sin embargo, los resultados no confirmaron ninguna diferencia significativa entre ambos grupos examinados. Durante el ensayo se registraron 37 efectos nos deseados, dos de los cuales fueron serios –un severo dolor de oídos que podría estar ligado al uso del fármaco homeopático Belladonna.
Me gustaría señalar que los experimentos anteriores fueron publicados en publicaciones extranjeras que no son accesibles fácilmente a los médicos en su práctica usual. No he encontrado ningún ensayo clínico en las revistas médicas eslovacas. En la obra de Lullman Farmacología y Toxicología (Grada 2002) podemos leer:
“Un grupo de expertos de la comisión europea decidió en 1996 que los fármacos homeopáticos tenían que estar sujetos a las mismas condiciones de pruebas que se usan en la medicina científica y su eficiencia y seguridad tienen que ser probadas en las mismas condiciones (estudios clínicos controlados). Sin embargo, según el punto de vista actual de nuestras autoridades, el “éxito” de algunos métodos de importancia periférica (a los que pertenece la homeopatía) sólo puede ser juzgado por el personal que realiza el método respectivo. Esto es un anti-argumento que contradice a cualquier método científico crítico”.
Consecuentemente, los fármacos homeopáticos (considerados aparentemente como fármacos) fallan en su atributo fundamental, esto es, su efectividad probada. En los países de la Unión Europea los fármacos homeopáticos son registrados incluso sin dicha efectividad. A la inversa, en los países en los que hay que probar su eficacia durante el procedimiento de registro (p. ej. en Noruega) no hay ningún medicamento homeopático registrado. En Eslovaquia los fármacos homeopáticos se registraron de 1991 a 1993 en el Instituto de Investigación de Fármacos y se pueden conseguir usualmente en farmacias. Su efectividad es juzgada por el homeópata de turno….
Punto de vista de las compañías médicas profesionales
El consejo médico permanente de la Comunidad Europea (que reúne a las organizaciones médicas de los países de la UE) clasifica a la hemopatía como un método cuyos principios no están justificados científicamente. En Belgirate (Italia) en 1992, los ejecutivos de las compañías farmacológicas europeas tuvieron sobre la homeopatía puntos de vista negativos. Partiendo de la base del análisis de los principios homeopáticos y de estudios clínicos, muchos profesionales de las compañías médicas no aceptaron la homeopatía por ser un método amateur irracional. La Compañía Homeopática Eslovaca no pertenece a las compañías médicas expertas. La homeopatía en Eslovaquia puede ser ejercitada solamente como una “práctica de sanación”.
Conclusión
Cuando tomé parte de los cursos de formación en homeopatía, no se me requirió tener ningún grado ni licenciatura en medicina. La homeopatía no es una disciplina médica de estudio y por lo tanto no se trata en la universidad. Esta cura no es una cura lege artis (según las recomendaciones de los métodos científicos). Si los médicos desatienden los métodos de curación recomendadas científicamente y prescriben una cura homeopática, podrían ser demandados por ello. La Compañía Homeopática Eslovaca acepta oficialmente a médicos y a farmacéuticos, pero sólo por el hecho de que quiere establecerse en el negocio médico. Pero hasta ahora no ha logrado su objetivo (debido a su método no científico).
Aporto esta contribución debido a que quería señalar la esencia espiritual oculta de la homeopatía. Muchos médicos no tienen ni la menor idea sobre ello. En las clases de los cursos de formación se usan diversas formulaciones pseudocientíficas: energía vital, información, etc. Los médicos que estudien a fondo la homeopatía comienzan practicando el método EAV, la medicina china, etc. pueden llegar a caer en las trampas del ocultismo. Sus puntos de vista comienzan a cambiar gradualmente, y no es nada fácil el liberarse a uno mismo de todo esto…
Traducción y fuente: James Manjackal MSFS http://www.jmanjackal.net/