por Portaluz
12 Noviembre de 2022
La disminución del acceso a los alimentos, la mayor discriminación de las mujeres y las crecientes restricciones a la libertad religiosa han contribuido a aumentar la tasa de pobreza en todo el mundo, según un nuevo informe publicado por un departamento de la Universidad de Fordham.
En general, el 26,2% de la población mundial vive en la pobreza, según el Índice de Pobreza Global del Informe Fordham Francis.
La puntuación se basa en siete medidas de bienestar humano -cuatro que rigen las necesidades materiales y tres relacionadas con las necesidades espirituales- identificadas por el Papa Francisco durante un discurso de 2015 ante las Naciones Unidas. El Papa describió entonces las necesidades materiales -agua, alimentos, vivienda y empleo- y las espirituales -educación, libertad religiosa y derechos civiles-.
Henry Schwalbenberg, director del programa de posgrado en Economía Política Internacional y Desarrollo de la universidad, dijo que los resultados muestran que la pobreza extrema medida según los siete criterios es la más alta desde que se desarrolló la puntuación en 2015.
El programa dio a conocer su Informe el 11 de noviembre, durante un evento paralelo de las Naciones Unidas con motivo de la Jornada Mundial de los Pobres, que el Papa Francisco estableció para el 33º domingo del tiempo ordinario. Este año el día cae el 13 de noviembre.
Según el informe, la puntuación consiste en un promedio de datos recogidos en más de 80 países, ninguno de ellos del mundo desarrollado. Para realizar su evaluación, utiliza los datos más recientes disponibles -algunos de ellos de 2019- de varias agencias de la ONU y organizaciones no gubernamentales.
Schwalbenberg informó que en 2021 el 51,2% de las mujeres de los países encuestados sufren discriminación. Mientras tanto, en 2019, el 58,9% de las personas -casi 4.500 millones- vivían en países "donde la libertad religiosa está severamente restringida”.
Cuando se le preguntó por qué la desigualdad de género y la libertad religiosa se tienen en cuenta en la medición de la pobreza mundial, Schwalbenberg explicó que se reduce a "una decisión filosófica" sobre qué incluir y que el programa quería seguir la descripción del papa de los factores que afectan al bienestar humano.
Aunque el informe muestra que el acceso al agua potable mejoró en 2020, creció el número de personas desnutridas en 2019. Del mismo modo, aumentó el número de personas sin una vivienda adecuada en 2020.
El informe también mostró que:
- El 10,1% de las personas, unos 787 millones, no pudieron acceder al agua potable en 2020.
- El 9,2% de las personas, unos 710 millones, estaban desnutridas en 2019.
- El 17,2% de las personas, unos 1.300 millones, vivían en viviendas deficientes en 2020.
- El 13,3% de la población adulta, unos 776 millones, era analfabeta en 2020.
- El 23,2% de la población activa mundial, unos 804 millones, no tenía trabajo o estaba empleada con un salario inferior a 3,20 dólares al día en 2021.
Al inaugurar la Jornada, el arzobispo Gabriele Caccia, observador permanente del Vaticano ante la ONU, dijo que el Papa Francisco originó la Jornada Mundial de los Pobres para animar a la gente a ir a los márgenes de la sociedad. "En este mundo de la globalización, lo que se globaliza, por desgracia, es la indiferencia", comentó el arzobispo.
Por su parte Bill O'Keefe, vicepresidente ejecutivo de Catholic Relief Services amplió las conclusiones del informe sobre el empeoramiento de la pobreza, recordando a los participantes que el cambio climático está impulsando una nueva ronda de pobreza creciente en todo el mundo. "Depende de nosotros", dijo O'Keefe. "Tenemos que cuidar la creación y cuidar a los pobres y asegurarnos de que esas dos preocupaciones entran en nuestra política y nuestra economía. Es responsabilidad de los países más responsables del cambio climático apoyar a los países menos responsables".
Fuente: Catholic News