La impactante historia de cómo Dios rescató a Yousef, un joven de Belén: “Mi despertar, creo, es un milagro”
La impactante historia de cómo Dios rescató a Yousef, un joven de Belén: “Mi despertar, creo, es un milagro”

La impactante historia de cómo Dios rescató a Yousef, un joven de Belén: “Mi despertar, creo, es un milagro”

“En la vida todo tiene un propósito y todo va de acuerdo con el plan que Dios ha diseñado para cada uno de nosotros”.

por Redacción

22 Diciembre de 2022

El padre Butros Nimeh (en imagen siguiente), párroco de la Iglesia de la Madre de Dios, siro-ortodoxa, en Belén, tiene vivo el recuerdo de Yousef Azizeh. Porque "rara vez", dice, se encuentra entre los jóvenes de hoy a uno con la fe de Yousef... "Oraba, ayunaba, leía la Biblia.... Era un profundo conocedor de la religión cristiana. Siempre que tenía tiempo, venía a la iglesia a ayudar, a orar. Lo considero como un hijo, siempre está en mi corazón y en mi mente".

También el fraile franciscano Marwan Deides, párroco de Nazaret, es testigo de cómo Dios ha intervenido en la vida de Yousef. "Una historia de dolor, una historia de dificultad, pero que, gracias a la unidad de la familia y la fe, permitió a este joven, a su familia, superar juntos un momento terrible", destaca, y citando el Salmo 102 hace oración... "Señor, escucha mi oración, mi grito de auxilio llega hasta ti. No escondas de mí tu rostro el día en que yo esté angustiado".

El Christian Media Center, desde Tierra Santa, ha registrado en un video que puedes ver al final de esta crónica, los testimonios de cómo Dios escuchó la oración de muchos y rescató a Yousef del abismo.

Los hechos aciagos ocurrieron el 14 de julio de 2017. Rula Azizeh, madre de Yousef recuerda que "era un día muy hermoso". Ella había invitado a todos los miembros de la familia a almorzar para celebrar que sus tres hijos se habían graduado en la universidad y la escuela con las mejores notas. Había un ambiente de alegría en toda la casa, aunque Yousef no había podido participar, porque estaba de viaje en Europa.

Al paso de las horas la familia comenzó a intranquilizarse dice Ramy, uno de los hermanos. "Hacía más de ocho horas que no sabíamos nada de Yousef, y esto no era normal, porque solía llamarnos seguido; recién llegado a Londres siempre nos ponía al tanto de dónde estaba y qué estaba haciendo. Ese día eran casi las diez de la noche y hacía mucho que no sabíamos de Yousef, tanto que mi hermana Nicole empezaba a preocuparse. Sintió que algo malo le había pasado a Yousef".

En efecto, mientras cruzaba un paso de peatones Yousef había sido atropellado por un automóvil y un automóvil que venía en sentido contrario lo había atropellado. Tras dos días de angustia e incertidumbre, la madre de Yousef pudo viajar y encontrarse por fin ante su hijo. "Poco antes de partir, alguien puso en mis manos una oración que apreté con fuerza -sin ni siquiera darme cuenta- hasta que vi a mi hijo Yousef. Lloré todo el camino, y cuando llegué ante él, lo miré como cualquier madre miraría a su hijo: tenía que encontrar una solución a lo que había pasado", recuerda Rula (en imagen siguiente) y prosigue su relato de aquellas horas:

"Su estado era muy grave: estaba conectado a respiradores; no había parte de su cuerpo de la que no salieran tubos y alambres. Nunca había visto una situación tan grave en toda mi vida: era como una vela que se apagaba, no había vida, no había huesos en el lado derecho de su cabeza... era una situación sumamente aterradora. En ese momento la única idea que cruzó por mi mente, y la única forma en que podía ayudarlo, era sentarme a su lado y orar. Empecé a orar y cantar: «Señor, ten piedad de nosotros»".

"El día más duro", recuerda Rula, fue cuando los médicos la citaron para hablar del estado de Yousef, emitiendo un juicio categórico: "Dijeron que nunca despertaría del coma, que su estado era muy grave. Me dijeron que su cerebro había sido severamente dañado".

Más aún, estos profesionales de la salud británicos la presionaron -dice- para que se desconectara a Yousef de las máquinas que sostenían sus funciones biológicas y se acelerase así su muerte. "Traté de convencer al médico de que yo creía y tenía fe en el poder de Dios, no dejaba de repetir que Dios podía obrar un milagro y que solo Él podía decidir la vida de mi hijo. No íbamos a acabar con su vida. Pero el doctor insistía en sus opiniones, a pesar de mi desacuerdo. Yo estaba segura de que el Señor no permitiría que le pasara nada más a mi hijo, sabía que no necesitaba al médico para salvarlo, estaba segura de que la mejoría se daría y esta fue mi respuesta al médico. Con el tiempo, pudimos cambiar la opinión del médico y hacerle cambiar de opinión sobre la decisión de acabar con la vida de Yousef".

Y el tiempo dio la razón a esta madre, porque contra todos los pronósticos médicos Yousef Azizeh regresó a la vida. Con el paso del tiempo y gracias al avance en su recuperación, este joven católico de Belén escribió una emotiva carta, como testimonio de su experiencia y que reproducimos a continuación.

Carta de Yousef

"Como este es un tiempo de sacrificio y oración, os pido que mantengáis la esperanza y el amor y os mantengáis firmes en la fe, y siempre dad gracias a Dios, a pesar de las pruebas y tribulaciones que estéis pasando, porque están destinadas a terminar. Porque está escrito en la Biblia: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Dios existe. Nos muestra el camino y nos abre puertas cerradas de formas extrañas. Lamentablemente, pasé por una experiencia difícil que cambió mi vida y la de mi familia.

Después de graduarme en mi amada universidad, me formé brevemente en un bufete de abogados y luego decidí ir a estudiar un máster a Gran Bretaña. Tres días después, tuve un accidente. Al principio ninguno de los médicos esperaba que me despertara. Pero luego desperté, gracias a las oraciones de mi familia y de todos los que me quieren. El Señor está cerca de quienes lo invocan, nunca abandona a sus hijos y nunca olvida una vela encendida por nadie.

Fue una sensación muy extraña despertar y encontrarme confinado en la cama, sin poder moverme ni hablar y, sobre todo, la sensación de no saber dónde estaba y cuál era el motivo. No tenía absolutamente ninguna habilidad para moverme o hablar, así que ni siquiera podía preguntar.

Recuerdo un día que mi madre estaba sentada a mi lado en la cama orando, y después de terminar su oración, me empezó a contar el terrible accidente y todo lo que me había pasado. Fue así como comencé a saber lo que me había ocurrido y a darme cuenta de que era como una larga pesadilla de la que había despertado.

En ese momento me di cuenta de que mi vida se había torcido, que mis planes de estudio habían cambiado en un instante y que tenía que enfrentar un largo viaje médico del cual no sabía cuáles serían los resultados... Pasé tres años en el hospital para recibir tratamiento y todavía sigo mi tratamiento.

Es muy difícil hablar de mi historia, es un poco frustrante, pero soy creyente y mi confianza en Dios siempre es grande. Este incidente nunca debilitó mi fe, al contrario, me dio la fuerza para comenzar a construir mi vida nuevamente, para regresar y lograr mis metas.

En la vida todo tiene un propósito y todo va de acuerdo con el plan que Dios ha diseñado para cada uno de nosotros. Mi despertar, creo, es un milagro. He recorrido un largo camino, nadie esperaba que llegara tan lejos. He tenido algunos momentos difíciles, y todavía hoy.

Cuatro años después del accidente, me doy cuenta de que aún me queda un largo camino por recorrer. No sé si alguna vez volveré a ser como antes. Pero siempre doy gracias a Dios por todo. Dios confía las batallas más duras a sus fieles más fuertes."