Hermana Lucía, contemplativa para “ser una lámpara que dé luz a los de cerca y a los de lejos”

11 de junio de 2022

“Quisiera que hubiera muchas personas que conocieran este don; que las que sienten el llamado de Dios no cierren sus oídos, que dejen de lado sus miedos y se den la oportunidad de conocer y servir al Señor de señores y Rey de reyes, que es quien nos hace bellos, verdaderos y bondadoso, Él nos promete la plenitud eterna”.

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La hermana María Lucía Durán sentía una especial atracción por la vida contemplativa desde los dieciséis años y, a medida que pasaba el tiempo, esa llama de la vocación iba en aumento. En la actualidad, el ofrecimiento de sus dones a Dios cobra un verdadero sentido porque “es una vocación vivida en plenitud para la gloria de Dios y el bien de los hermanos”, cuenta al portal de la Arquidiócesis de Sevilla.

 

Pertenece a la comunidad del convento de Santa María de Jesús, ubicado en la calle Águilas, de Sevilla. Su vocación contemplativa dentro de la Orden de las Clarisas le permite vivir el carisma con “sencillez, fraternidad y en hermandad con toda la Creación; sin nada propio”, afirma, porque “Dios es nuestra riqueza y sacia nuestra sed”. Su vida religiosa trascurre en el silencio y la oración, “con total confianza en Dios, creyendo y confiando en su amor, incluso nadando contracorriente”.

 

Lámpara siempre encendida

 

La hermana María Lucía expresa que vive la fe en la cotidianidad procurando que su lámpara permanezca siempre encendida. “Pongo todo el amor de que soy capaz en todo lo que hago, sabiendo que sirvo a Dios que me creó y me redimió con infinito amor. Dios que me espera para darme el gozo de estar con Él para siempre”.

 

Las clarisas se unen a la celebración de la Jornada Pro Orantibus que acoge la Iglesia el domingo 12 de junio, solemnidad de la Santísima Trinidad. En el seno del convento se vive “un día de suma gratitud a nuestro Señor por el don de la vida contemplativa, por el don de la vocación. En definitiva, todas muy unidas a nuestra madre la Santa Iglesia”, añade sor Lucía. La celebración de esta jornada le permite redescubrir que su existencia “ha de ser una lámpara que dé luz a los de cerca y a los de lejos. Siempre para la gloria y alabanza de Dios”, expresa.

 

"Dios es el único que sacia el corazón humano"

 

Su vocación es vivida siempre en “alerta, en tensión, en oración, sin bajar la guardia en mi intimidad con Dios. Siempre unida a Él. Porque sin Él nada puedo, ni nada soy. En total disponibilidad al Espíritu Santo como mi madre la Santísima Virgen María”, reconoce esta religiosa mexicana, radicada en Sevilla. A las personas que se están planteando servir a Dios y a la Iglesia a través de la vida religiosa contemplativa, sor Lucía les exhorta “a que se lancen, aunque tengan dudas y miedos, porque es normal experimentar esos sentimientos cuando se va a emprender un camino nuevo”.

 

“Ahora bien – advierte – en el seguimiento de Cristo, cuando lo vas conociendo mejor, día a día, nos damos cuenta que ha merecido la pena dejar lo menos por más, que es Él mismo. Aunque no faltarán las dificultades, tropiezos y tentaciones en este andar, mas todo se puede en Aquel que nos ha llamado. Dios es el único que sacia totalmente el corazón humano”, manifiesta.

 

Finalmente, sor Lucía manifiesta el gozo y la alegría que experimenta al saberse amada por Dios. “Quisiera que hubiera muchas personas que conocieran este don; que las que sienten el llamado de Dios no cierren sus oídos, que dejen de lado sus miedos y se den la oportunidad de conocer y servir al Señor de señores y Rey de reyes, que es quien nos hace bellos, verdaderos y bondadoso, Él nos promete la plenitud eterna”.

 

 

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