No es fácil eclipsar al Papa, a no ser que seas Paolo Bonavita, el niño italiano de 10 años encantado con el Papa Francisco y su ‘gorrito’ blanco.
Paolo, que tiene autismo y epilepsia, subió el pasado mes al escenario del Salón de Audiencias Generales, para conocer al Papa, mostrando un gran interés por su zucchetto (solideo). Le ofrecieron un asiento junto al Pontífice y, según muestran los registros en video, también logró que el propio Papa le regalase un solideo.
El niño estaba en Roma para someterse a pruebas médicas después de que los médicos sospecharan de un tumor o de esclerosis múltiple. Por eso, que Paolo subiera las escaleras del Aula de Audiencias Pablo VI para llegar al Papa fue un auténtico milagro, dice a CBS su madre, Elsa Morra. "Subiendo las escaleras él solo, cuando normalmente necesita ayuda, pensé: «Esto no puede estar pasando»", dijo a CBS News.
Fue especialmente sorprendente después de que su salud parecía haber empeorado, señaló Elsa. "El médico estaba casi seguro de que se trataba de un tumor cerebral".
El Papa Francisco en un momento posterior -prosiguió narrando esta madre- le aseguró que rezaría por su hijo y seguidamente… "me cogió la mano y me dijo: «Para ti, lo imposible no existe»", recuerda con emoción.
Unas tres semanas después, comprendió lo que esa frase significaba cuando los médicos le comunicaron que los resultados de las pruebas de su hijo no mostraban signos de cáncer, y que sus síntomas habían mejorado.
Si hoy pudiera estar ante el Papa, le diría "gracias por el milagro", afirmó a CBS Elsa Morra.
Fuente: CBS