Usando como título la conocida frase “Hijos Míos oren, oren, oren” el obispo chileno Monseñor Felipe Bacarreza firma una extensa crónica recién publicada en la revista “Surcos” de su diócesis -Santa María de Los Ángeles (Chile)- en la cual da testimonio de su reciente “peregrinación” a Medjugorje (Bosnia Herzegovina).
El título elegido se hace eco de las afirmaciones que desde 1980 han venido realizando los seis videntes de la Virgen en Medjugorje, la Gospa, la Reina de la Paz. Al decir de estos videntes la petición constante de la Madre de Dios en sus apariciones es precisamente: “Hijos Míos oren, oren, oren”.
Monseñor Bacarreza revela detalles íntimos de su vínculo con esta aldea de Bosnia Herzegovina, que surgieron en la década de los ochenta, cuando él se encontraba en Roma. Pero ha sido recién este año 2019, señala, que se ha revestido espiritualmente del sayal de peregrino y así lo describe en la publicación de Revista Surcos: “En junio 2019 recibí la invitación de un grupo de personas que participan en la Adoración Eucarística Chile para unirme a una peregrinación a ese lugar entre el 30 de agosto y el 5 de septiembre. Acepté inmediatamente, porque me atraía mucho conocer ese lugar tan marcado por la Virgen María y por la adoración al Santísimo Sacramento”.
Monseñor Bacarreza relata de forma vívida su experiencia en el lugar destacando una gracia particular que recibió en Medjugorje: “Después de haberme preparado… hice una confesión general con un sacerdote sirio que confesaba en italiano. Reconozco que esa confesión es la gracia que me concedió la Madre de Dios en ese lugar. Pude verificar, por propia experiencia, que Medjugorje es el «confesionario del mundo»”.
Por la calidad de su contenido, Portaluz ofrece aquí a sus lectores el texto íntegro que firma Monseñor Felipe Bacarreza.
«Hijos míos, oren, oren, oren». Peregrinación a Medjugorje
1. Mi primer contacto con Medjugorje
Medjugorje es un pequeño poblado de Bosnia Herzegovina que comenzó a sonar en la Iglesia y en el mundo a partir del año 1981, cuando seis adolescentes aseguraban tener apariciones de la Virgen María todos los días. La primera aparición de la Virgen María, que se presenta como Reina de la Paz, a esos seis adolescentes ocurrió en Medjugorje el 24 de junio de 1981. En ese tiempo este pequeño pueblo formaba parte de la antigua Yugoslavia y estaba bajo dominio soviético. Desde entonces la Virgen María – la Gospa, como la llaman en su lengua– se ha aparecido constantemente a esos seis adolescentes, que ahora, después de más de 38 años, ya son adultos, Los nombres de ellos y las edades que tenían cuando comenzaron las apariciones son los siguientes: Ivanka (15), Mirjana (16), Vicka (16), Marija (16), Jakov (10) e Iván (16). Todos ellos están hoy casados y algunos viven fuera de Medjugorje. Algunos de ellos siguen teniendo apariciones diarias, otros una vez al mes o sólo una vez al año.
Oí por primera vez hablar de Medjugorje en la década de los 80’, cuando me encontraba en Roma trabajando al servicio de la Santa Sede en la Congregación para la Educación Católica. Pero no se hablaba de esto en el ambiente eclesial. Eran algunos fieles de la Parroquia San Pio V, en la cual yo colaboraba, que habían ido a Medjugorje y regresaban contando lo vivido allá y más decididos a conducir una vida de oración. Pero, sobre todo, hablaban de Medjugorje muchos fieles de la Parroquia San Bartolomé de Manera, provincia de Como, donde yo iba todos los años para ayudar al párroco en Semana Santa y Navidad. En esos años yo no me interesaba en el tema, porque no eran apariciones reconocidas por la Iglesia y resultaba extraño que la Virgen se apareciera todos los días y también porque la Santa Sede desaconsejaba a los presbíteros conducir peregrinaciones de fieles hacia ese lugar. Por otro lado, aunque hubiera querido ir, en esos años, con el pasaporte chileno, era imposible entrar en la Yugoslavia comunista.
Medjugorje es una palabra de origen eslavo que significa «entre montañas». En efecto, es un poblado ubicado entre dos montes, uno de ellos es el Podbrdo, donde ocurrió la primera aparición a los seis adolescentes. El otro es el Krizevac (Monte de la cruz), llamado así porque está coronado por una cruz que se ve desde el valle. La construcción principal, que destaca en el panorama por sus dos grandes torres, es la Parroquia del Apóstol Santiago, regida por los padres franciscanos.
Medjugorje dista 130 km de Dubrovnik, puerto y balneario sobre el Mar Adriático, frente a las costas de Italia. Cuando comenzaron las apariciones, Medjugorje era un pequeño y desconocido pueblo de 400 habitantes, bajo el régimen comunista en un país de mayoría musulmana. Humanamente hablando, sería el lugar menos apropiado para esas manifestaciones de la Madre de Dios y para ser centro de peregrinaciones. Hoy visitan ese lugar dos millones y medio de peregrinos al año. En el último año –septiembre 2018 a agosto 2019– se distribuyeron 1.636.000 comuniones y celebraron la Eucaristía 38.509 sacerdotes.
Todo gira en torno a la Iglesia Parroquial de Santiago. La antigua iglesia parroquial se derrumbó en el año 1930 y el pueblo estuvo 40 años sin templo. Cuando se decidieron a reconstruirla, con las donaciones de las familias croatas emigradas a América, el arquitecto presentó el proyecto de un inmenso templo con capacidad para mil personas. Querían rechazarlo afirmando que no se necesitaba un templo de esa magnitud para una población de 400 habitantes. Pero el arquitecto logró su objetivo asegurando que le había sido mostrado en sueños que el templo, dentro de poco tiempo, se haría pequeño para acoger a todos los fieles. Fue inaugurado el año 1969. La predicción se cumplió y hoy se celebra allí solamente la Misa de la mañana. Las demás Misas deben celebrarse en la explanada exterior, porque se reúnen miles de peregrinos.
2. Medjugorje y la autoridad de la Iglesia
Como decía más arriba, hasta hace poco, la Iglesia desaconsejaba la visita de sacerdotes a Medjugorje, sobre todo, considerando que el Obispo del lugar, de la Diócesis de Mostar, no reconocía las apariciones y entró en un serio conflicto con los franciscanos que regían la Parroquia. Pero, gradualmente, la Iglesia tuvo que pasar por alto esa prohibición, dada la inmensa cantidad de fieles que acudían allá, se convertían y pedían el Sacramento de la Penitencia. Uno de los aspectos más impresionantes de ese lugar son las confesiones. En todo momento hay muchos sacerdotes confesando en los distintos idiomas con filas de fieles esperando su turno. Con razón Medjugorje ha sido definido Con razón Medjugorje ha sido definido como «el confesionario del mundo».
La única declaración oficial vigente de la Iglesia sobre Medjugorje es de la Conferencia Episcopal de Yugoslavia de fecha 10 de abril de 1991. Ya habían transcurrido diez años desde las primeras manifestaciones y no se podía negar que en Medjugorje se estaba dando un fenómeno pastoral de grandes dimensiones. La Conferencia Episcopal formó una Comisión para que estudiara la situación y la conclusión fue la siguiente declaración que, en realidad, abrió las puertas para la atención pastoral de los peregrinos:
Conferencia Episcopal Yugoslava
Declaración de Zadar
10 de abril de 1991
Basándose en las investigaciones hasta ahora realizadas, no puede afirmarse que se esté tratando de apariciones sobrenaturales y revelaciones. Sin embargo, las numerosas reuniones de fieles que, desde diferentes partes del mundo, acuden a Medjugorje, inspirados tanto por motivos de fe como por otros varios, requieren la atención y el cuidado pastoral primeramente del Obispo diocesano, y con él, también de los otros Obispos, para que,en Medjugorje y en todo aquello que esté relacionado con ello, sea promovida una sana devoción a la bienaventurada Virgen María, de acuerdo con la enseñanza de la Iglesia. Para este propósito, los Obispos darán directrices litúrgico-pastorales apropiadas. Asimismo, a través de su Comisión, seguirán manteniéndose cercanos e investigando todo cuanto acontece en Medjugorje.
Esta es la única declaración oficial de la Iglesia. Data de 28 años atrás y entretanto la afluencia de peregrinos ha crecido inmensamente. Respecto a la veracidad de las apariciones de la Virgen María, la declaración dice textualmente: «Non constat de supernaturalitate», expresión latina que no afirma ni niega; significa: «No hay constancia». Quiere decir que la Iglesia no compromete su autoridad en ese punto. Pero se reconoce que son numerosos los fieles que acuden a Medjugorje desde diferentes partes del mundo y que ellos requieren atención pastoral.
Siempre ha sido un problema grave la oposición del Obispo del lugar, Mons. Ratko Peric. Se hace eco de ese problema el Obispo de San Denis de la Reunión, Mons. Gilbert Aubry, quien, a una consulta suya a la Santa Sede, recibió como respuesta de la Congregación para la Doctrina de la Fe la siguiente carta, fechada el 28 de mayo de 1998, cuando el Prefecto de esa Congregación era el Cardenal Joseph Ratzinger:
Ciudad del Vaticano, 28 mayo 1998
A Su Excelencia Monseñor Gilbert Aubry,
Obispo de Saint-Denis de la Reunión
Excelencia,
En su carta del 1 de enero de 1998, usted sometió a este Dicasterio diversas cuestiones concernientes a la posición de la Santa Sede y del Obispo de Mostar con respecto a las así llamadas apariciones de Medjugorje, a las peregrinaciones privadas y al cuidado pastoral de los fieles que acuden a ese lugar. A este respecto –tomando en cuenta que me es imposible responder a cada una de las preguntas planteadas por Usted–, primeramente, me gustaría precisar que no es habitual que la Santa Sede asuma, en primera instancia, una
posición propia ante los supuestos eventos sobrenaturales. Este Dicasterio, por tanto, en lo que concierne a la autenticidad de las «apariciones », simplemente se atiene a lo establecido por los Obispos de la ex Yugoslavia en la Declaración de Zadar, el 10 de abril de 1991:
«…sobre la base de las investigaciones hasta ahora realizadas, no es posible afirmar que se trate de apariciones y revelaciones sobrenaturales ». Después de la división de Yugoslavia en diversas naciones independientes, les correspondería actualmente a los miembros de la Conferencia Episcopal de Bosnia-Herzegovina, eventualmente, investigar de nuevo este caso y, en último término, dar nuevas declaraciones.
Con respecto a lo que declaró Mons. Peric, en una carta al secretario general de Familia Cristiana, en la cual él afirma: «Mi convicción y posición no es únicamente “non constat de supernaturalitate”, sino también “constat de non supernaturalitate” de las apariciones y revelaciones de Medjugorje», debe considerarse como una convicción personal del Obispo de Mostar, quien, en tanto Obispo local, ha tenido siempre el derecho de expresar lo que ha sido y sigue siendo su opinión personal.
En lo que concierne a las peregrinaciones de índole privada a Medjugorje, esta Congregación considera que están permitidas bajo la condición de que no se consideren como un reconocimiento de los eventos en curso, los cuales exigen aún una investigación de la Iglesia. Con la esperanza de haber dado una respuesta satisfactoria al menos a las principales preguntas planteadas a este Dicasterio, le ruego, Excelencia, reciba la expresión de mis más profundos sentimientos de respeto.
+ Tarcisio Bertone, SDB
Secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
El mismo Cardenal Ratzinger, una vez elegido Sumo Pontífice, el 17 de marzo de 2010 constituyó una Comisión Internacional, integrada por 17 miembros, entre ellos cinco Cardenales, otros Obispos, peritos y expertos,presidida por el Cardenal Camillo Ruini, que había sido Vicario para la Diócesis de Roma del Papa San Juan Pablo II. Entre los miembros de la Comisión estaban el Cardenal Presidente de la Conferencia Episcopal de Bosnia-Herzegovina y el Cardenal Arzobispo de Zagreb. La Comisión entregó los resultados de cuatro años de trabajos en 2014. En este momento esos son los resultados que está estudiando todavía la Santa Sede para emitir un juicio.
Después de la declaración de Zadar de 1991, no ha habido un pronunciamiento oficial de la Iglesia sobre los eventos de Medjugorje. Pero ha habido importantes gestos y decisiones. En efecto, el 11 de febrero de 2017 el Papa Francisco nombró a Mons. Henryk Hoser, Arzobispo-Obispo emérito de Varsovia- raga (Polonia), «enviado especial», para conocer la situación pastoral de Medjugorje, sobre todo las necesidades de los fieles que van en peregrinación y, sobre la base de su informe, proponer iniciativas pastorales para el futuro.
Al cabo de un tiempo pasado en Medjugorje, Mons. Hoser ofreció una conferencia de prensa en la que dijo: «Ahora Medjugorje es conocido en todo el mundo, y hay que saber que aquí llegan peregrinos de unos 80 países del mundo. ¿Por qué viene tanta gente aquí? Seguramente, han oído hablar de las apariciones en Medjugorje que ocurrieron por primera vez en 1981… Los que vienen aquí descubren una cosa extraordinaria … el ambiente de paz interior, de la paz del corazón, el espacio para una espiritualidad muy profunda. Descubren o redescubren en su vida lo que significa algo santo, sagrado. En Medjugorje se encuentran con el tiempo sagrado y con el espacio sagrado… Comúnmente, se dice que Medjugorje es un lugar de devoción mariana y eso es verdad. Pero si miramos más profundamente, veremos que la devoción medjugoriana es, en su esencia, Cristocéntrica, dado que en el centro está la Eucaristía, la transmisión de la Palabra de Dios, la Adoración al Santísimo Sacramento del altar, donde se descubre la verdadera realidad, la verdadera presencia de Jesucristo en su divinidad y en su humanidad».
Mons. Hoser siguió indicando los frutos espirituales de Medjugorje: «Desde el punto de vista religioso, Medjugorje es una tierra muy fértil: 610 vocaciones sacerdotales y religiosas han nacido en Medjugorje… Desde el año 1986 se han repartido más de 37 millones de Comuniones… Los peregrinos son unos 2.500.000 al año… Este número está en crecimiento y esto es un desafío enorme para los sacerdotes que trabajan aquí. Este fenómeno ha llevado al aumento de la infraestructura, que debe responder a las necesidades de los peregrinos… Aquí la gente viene a la fuente, aquí sacian su sed, la sed de lo sagrado, la sed de Dios, la sed de la fe, descubren la oración, y todo eso ocurre con la ayuda de la Bienaventurada Virgen María… Invocar a la Madre de Dios, María Reina de la Paz, creo que es esencial. El papel específico de Medjugorje en ello es muy importante. Queridos amigos –dijo el Obispo a todos los periodistas– ustedes deben ser los portadores de la buena noticia y pueden decir al mundo entero que en Medjugorje de nuevo se encuentra la luz».
El Papa Francisco reconoce los grandes frutos espirituales de Medjugorje, pero expresa su duda personal sobre las continuas apariciones de la Virgen María. En efecto, en el avión de regreso, después de su visita a Fátima, el 14 de mayo de 2017 dijo: «Estas presuntas apariciones no tienen tanto valor: esto lo digo como opinión personal. Hay quienes piensan que la Virgen dice: “Vengan, el día tal, a tal hora, le voy a dar un mensaje a ese vidente”. Yo, personalmente, soy más malo, prefiero a la Virgen Madre que a la Virgen que se vuelve encargada de una oficina de telégrafos y envía un mensaje cada día». Pero agregó que los frutos espirituales son evidentes: «Hay gente que se convierte, que encuentra a Dios, que cambia de vida. Y esto no ocurre gracias a una varita mágica. Este hecho no se puede negar. Ahora, para ver esto, nombré a un buen Obispo (se refiere a Mons. Henryk Hoser), que tiene experiencia para ocuparse de la parte pastoral. Al final se dirá algo».
Sucesivamente, para resolver el difícil problema de la decidida oposición del Obispo del lugar a las actividades de Medjugorje, el 31 de mayo de 2018, el Papa Francisco nombró al mismo Mons. Henryk Hoser, Visitador Apostólico de carácter especial para la Parroquia de Medjugorje, por tiempo indeterminado.En otras palabras, sustrajo esa Parroquia de la jurisdicción del Obispo de Mostar. Mons. Hoser se trasladó a Medjugorje y actualmente vive establemente allá. Esta es la situación actual de la Parroquia de Santiago Apóstol.
En mayo de 2019, a un año de ese nombramiento, el mismo Mons. Hoser, junto con el Nuncio de Bosnia-Herzegovina, dieron el siguiente anuncio: «El Papa Francisco autoriza las peregrinaciones a Medjugorje que, de ahora en adelante, serán organizadas oficialmente por las Diócesis y Parroquias y ya no se llevarán a cabo de forma “privada”como ha sido hasta ahora». Se especificó, sin embargo, que «esta autorización papal debe ir acompañada de atención para evitar que estas peregrinaciones se interpreten como autentificación de los acontecimientos conocidos que aún requieren un examen por parte de la Iglesia».
3. Festival de la Juventud
El último punto que conviene destacar es el Festival de la Juventud, que se celebra todos los años en la primera semana de agosto. La idea de una reunión de oración de jóvenes nació por sugerencia de un joven peregrino de Inglaterra a fines del Año Mariano (1988). Él lo propuso al P. Slavko Barbaric, quien apoyó la idea y comenzó a organizar y dirigir el festival cada año hasta el día en que murió, el 24 de noviembre de 2000. Al comienzo se reunían los jóvenes para hacer oración en una carpa instalada a los pies del Monte de las Apariciones y en el Monte Krizevac. Durante varias horas de la noche, también hacían adoración en la Iglesia. Los comienzos fueron humildes pero la actividad fue creciendo, como todo lo que tiene relación con la oración en Medjugorje.
Este año 2019, desde el 1 al 6 de agosto, se celebró la edición Nº 30 del Festival de la Juventud. Ya se contaba con la aprobación de la Santa Sede a las peregrinaciones y la Misa inaugural fue presidida por el Cardenal Angelo De Donatis, Vicario del Papa para la Diócesis de Roma, con quien concelebraron 12 Arzobispos y Obispos y 620 presbíteros acreditados. Se calcula que participaron 50 mil jóvenes. El lema de la Jornada fue el llamado de Jesús: «Sígueme». La Misa del domingo 4 de agosto la presidió el Cardenal Arzobispo de Sarajevo Vinko Puljic y la Eucaristía conclusiva la presidió el Arzobispo Rino Fisichella, Presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización. Son signos muy evidentes de la apertura de la Iglesia y de su reconocimiento de las gracias que se reciben en Medjugorje. El Festival de la Juventud es ciertamente el lugar donde están naciendo más vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada.
4. Primer día en Medjugorje
Esta era la situación de Medjugorje, cuando en junio 2019 recibí la invitación de un grupo de personas que participan en la Adoración Eucarística Chile para unirme a una peregrinación a ese lugar entre el 30 de agosto y el 5 de septiembre. Acepté inmediatamente, porque me atraía mucho conocer ese lugar tan marcado por la Virgen María y por la adoración al Santísimo Sacramento. El grupo estaba compuesto por Andrés Giménez, que era el guía, y su esposa, otros dos matrimonios, cuatro presbíteros y otras tres personas. Eramos catorce en total.
Llegamos al aeropuerto de Dubrovnik, Croacia, procedentes de Madrid, el viernes 30 de agosto a las 11:30 horas. Desde allí un minibús nos transportó hasta Medjugorje. La distancia de 130 km se recorre en casi tres horas, porque el camino es angosto y no se puede ir muy rápido. El camino va bordeando el Mar Adriático, ofreciendo un hermoso paisaje. Se pasa la frontera para entrar en Bosnia-Herzegovina en cuya parte sur está Medjugorje. Llegamos a una casa para peregrinos, conocida como Casa Ruska. En los comienzos Ruska, que es hermana de Marija, una de las videntes, recibía en su propia casa a los pocos peregrinos que entonces llegaban hasta allá. Con el tiempo y con el aumento de los peregrinos, esa casa se desarrolló en una hospedería que acoge cómodamente a más de 60 peregrinos. Es atendida por los miembros de la familia. Reina un ambiente familiar muy grato. En el sitio del lado se construyó otra gran casa para peregrinos, llamada Magnificat, donde vive Marija, cuando está en Medjugorje. Ella es casada con un italiano y vive entre Italia y Medjugorje. En la Casa Ruska hay gran aprecio por los sacerdotes. Cuando los que me invitaron fueron a pagar la cuenta, les dijeron que, por ser Obispo, yo no pagaba.
Una vez instalados nos fuimos a la Parroquia para la celebración de la Eucaristía, que se celebraba en la explanada a las 19 horas. La Misa diaria de la tarde está precedida por una hora de oración en la cual se recitan los misterios del Rosario, los veinte misterios, intercalados por el canto de hermosas aclamaciones. La Misa se celebra en lengua croata, pero las palabras de la consagración se dicen en latín. Desde el lugar del altar se ve toda la explanada que estaba llena de fieles, unos 10 mil. Después de la Misa, sigue otra hora de oración, que ese día, por ser viernes, estaba dedicada a la adoración de la santa cruz. Se alternaban tiempos prolongados de intenso silencio de esa multitud con el canto de jaculatorias y alabanzas que se repetían en italiano e inglés. El clima de oración es tan intenso, que se pasan las tres horas –antes, durante y después de la Misa– sin que se sienta. Desde el primer momento, se tiene la certeza de estar participando de una experiencia única. Si alguien llega allá con poca fe, esa visión le produce una gran impresión. ¡La produce también en los que tenemos fe!
5. El sábado en Medjugorje
En la mañana del sábado 31 de agosto, a las 8 horas estábamos al pie de la colina de las apariciones, llamada Podbrdo, para comenzar la subida hasta la cima, donde hay una imagen de la Virgen María indicando el lugar de la primera aparición a los seis adolescentes. Este es un programa obligado para todo peregrino. Al pie de la colina, en el año 1985, se instaló una cruz azul dejando delante de ella un espacio para la oración. Aquí se hacen las exhortaciones antes de emprender la subida. En este lugar es donde la vidente Mirjana recibe una aparición el día 2 de cada mes. Aquí también se reúne desde el año 1982 el vidente Iván con un grupo de oración. La cruz azul es un importante punto de referencia.
La subida es difícil, porque el camino es muy áspero, con piedras de formas irregulares, que hacen difícil pisar. En el trayecto se han instalado grandes bajorrelieves de bronce que representan los misterios del Rosario, en tamaño casi real, obra del escultor italiano Carmelo Puzzolo. Los grupos que van subiendo se detienen delante de cada uno de ellos a recitar las Avemarías del correspondiente misterio. Más difícil se hacía la subida a causa del calor, que en esos días de verano superaba los 30ºC. Es una experiencia de sacrificio y de piedad. Cuando los videntes se refieren a esa subida aseguran que «nada es difícil para quien ama». Ellos recuerdan que subieron ese monte corriendo el día de la primera aparición, sin sentir ningún cansancio. Iván, cuando está en Medjugorje, lo sube todos los días a las 5 de la mañana.
La Eucaristía la celebramos ese día, con los cuatro sacerdotes del grupo en la misma Casa Ruska a las 12 horas. Decidimos hacerlo en esta forma a causa del idioma, porque la Misa de la tarde se celebraba en croata y no se entendía nada.
En la tarde fuimos invitados a la Casa Magnificat para presenciar una aparición a Marija, que tendría lugar a las 16:30 horas. Siempre se trata de «supuestas apariciones», estando al juicio de la Iglesia. Antes de la hora prevista, la sala que tenía capacidad para unas 200 personas estaba llena de peregrinos. Pero no conversaban. Durante más de una hora se recitaba continuamente el Rosario. La mayoría de los presentes eran italianos.
A los sacerdotes se les reserva un lugar en la testera de la sala. Cuando llegó Marija, se arrodilló delante de una imagen de la Virgen y con el micrófono dirigió ella misma el Rosario, hasta un punto en que quedó en silencio con la vista fija. En ese momento, todos hacen completo silencio. Duró unos siete u ocho minutos. Al cabo de este tiempo, volvió en sí y se dirigió a los presentes transmitiendo el mensaje recibido. Yo era el único Obispo presente y me pidieron que diera la bendición. Lo hice en italiano en atención a la mayoría de los presentes. En esa ocasión no pude acercarme a la vidente.
Todavía debía venir lo más impactante del día. Después de la cena, de 22 a 23 horas se hacía en la explanada de la Parroquia la adoración eucarística. Yo me ubique arriba, donde se ubican los concelebrantes durante la Misa, mirando hacia la asamblea de fieles. Pero no se veían los detalles, porque había poca luz. Estamos hablando de 10 a 12 mil personas. Destacaba sobre el altar una inmensa custodia con el Santísimo muy bien iluminado. La mayor parte del tiempo había completo silencio. En realidad, no recuerdo haber visto una multitud tan grande en tan profunda oración. No se oía ningún ruido. Cada cierto tiempo unos jóvenes, que estaban en el mismo sector en que me encontraba yo, por el micrófono entonaban alguna alabanza al Santísimo Sacramento para reanudar luego el silencio. Es una experiencia muy notable difícil de describir. Hay que estar allí.
En medio de ese clima de silencio y oración ocurrió algo insólito para mí. De repente, rompieron el silencio unos gritos espantosos. Era imposible en medio de esa multitud individuar a alguien. Inmediatamente, el coro de los jóvenes, que se ve que están entrenados para enfrentar esos casos, comenzó a cantar. Duró más de un minuto. Yo quedé con la convicción de que se trataba de un endemoniado. Nunca había oído gritos semejantes. No eran los gritos de un niño, pues su tono era ronco y muy potente; ni tampoco los de un desquiciado, que son reconocibles por su incoherencia. Después pregunté a todos los del grupo, que estaban entre los fieles. Ninguno de ellos había estado cerca de la persona que gritaba, pero todos tenían la misma impresión de que se trataba de una posesión diabólica. Más tarde, nos confirmaron que se trataba de personas poseídas por el diablo y que no era raro que ocurriera.
6. El domingo en Medjugorje
El domingo comenzó con la subida al monte de la cruz, el Krizevac. Los peregrinos empiezan a subir a las 5 de la mañana. Nosotros nos juntamos a las 7 horas al pie del monte con un grupo de españoles, dado que nosotros eramos pocos. De nuestro grupo se animaron a subir solamente 8 de los 14 que eramos. En realidad, la subida es muy difícil y larga. Se va recorriendo las estaciones del Vía Crucis que están representadas en bajorrelieves de bronce del mismo artista italiano Carmelo Puzzolo, que representó los misterios del Rosario en la colina de las apariciones. El terreno rocoso es igualmente irregular que el de esa colina. Por ser el único Obispo, me tocó dar la partida y hacer la reflexión de la primera estación y también, al final del ascenso, decir las palabras conclusivas y dar la bendición. Todo lo que se puede decir de la piedad de la gente es poco. Yo recordaba lo mismo que había dicho el Papa Francisco: esto no es fruto de una varita mágica. Pensaba que con unos pocos de esos fieles se podría transformar nuestra Diócesis.
Después que descendimos del monte de la cruz y nos refrescamos, porque el calor era inmenso, fuimos a visitar la Casa de Acogida fundada por el Padre Slavko Barbaric, franciscano. El Padre Slavko fue el director espiritual que tuvieron los videntes y el primero que los orientó en su singular experiencia. Él tiene muchos libros en los que comenta los mensajes y veló por su aplicación en la vida parroquial. Hasta su muerte, fue el alma de la Parroquia. Murió el 24 de noviembre del año 2000. Él fundó una Casa de Acogida donde se recibe a los niños sin hogar y se les ofrece un ambiente familiar. La casa está dirigida por personal consagrado y laicos. Los laicos son matrimonios que acogen a los niños y adolescentes junto con sus propios hijos. Es la misma idea de la Ciudad del Niño, fundada por Mons. René Inostroza en Concepción. Allí nos juntamos con otro grupo de peregrinos chilenos y otros argentinos y celebramos la Eucaristía.
7. Lunes 2 de septiembre
El día 2 de cada mes es el de mayor afluencia de peregrinos en Medjugorje, porque ese día tiene su aparición mensual Mirjana. Es una aparición pública que ella tiene en el lugar de la cruz azul, al pie de la colina de las apariciones. Estaba anunciado que sería a las 8:30 horas. Los peregrinos comienzan a congregarse en ese lugar a partir de las 5 de la mañana para estar más cerca. A esa hora concurrieron allá los laicos de nuestro grupo. Los presbíteros pueden llegar más tarde porque tienen un lugar reservado. Durante todo el rato de espera los peregrinos no hacen más que recitar Rosarios, dirigidos por grupos organizados de jóvenes, que animan con cantos y lecturas. En esos días había tres Obispo en Medjugorje: un Obispo emérito con un grupo de Paraguay, un Obispo polaco Auxiliar de Varsovia, ordenado hacía un par de meses con el cual era imposible comunicarse, porque no hablaba más que polaco, y yo mismo. Yo no me identifiqué como Obispo y quedé junto con los cuatro presbíteros de nuestro grupo. Cuando llegó Mirjana, yo estaba inmediatamente detrás de ella.
La vidente pasó en medio de la multitud saludando a todos con una gran sonrisa e inmensa cordialidad. Llegó al lugar ante la cruz y de rodillas se puso a orar con todos, hasta que quedó con la vista fija dirigida a lo alto. En ese momento se pide silencio y todos quedan en absoluto silencio. Duró, según dicen, unos ocho minutos. Durante este tiempo Mirjana sigue con la vista fija, pero mueve la cabeza asintiendo o negando. Cuando volvió en sí, se sentó y dos jóvenes se sentaron a su lado para tomar nota por escrito del mensaje que ella dictaba en croata. Luego, uno de ellos tradujo al inglés y la otra, que era una joven, al italiano, para que todos los peregrinos escucharan. Se advierte que es una traducción provisoria y que la oficial se publicaría en el curso del día. A continuación, podemos leer la traducción al español del mensaje de ese día 2 de septiembre.
Mensaje, 2 de septiembre de 2019
Aparición a Mirjana
Queridos hijos: ¡Oren! Recen el Rosario todos los días, esa corona de flores que me enlaza directamente, como Madre, con los dolores, sufrimientos, deseos y esperanzas de ustedes.
Apóstoles de mi amor, estoy con ustedes por la gracia y el amor de mi Hijo, y les pido oraciones. El mundo tiene mucha necesidad de sus oraciones para que las almas se conviertan. Abran con total confianza sus corazones a mi Hijo, y Él escribirá en ellos un resumen de su palabra: eso es el amor. Vivan un vínculo indisoluble con el Sagrado Corazón de mi Hijo. Hijos míos, como Madre, les digo que ya es hora de que se arrodillen ante mi Hijo, que lo reconozcan como su Dios, como el centro de su vida. Ofrézcanle dones, lo que Él más ama es el amor al prójimo, la misericordia y un corazón puro.
Apóstoles de mi amor, muchos de mis hijos aún no reconocen a mi Hijo como su Dios, aún no han conocido su amor. Pero ustedes, con su oración pronunciada desde un corazón puro y abierto, con los dones que ofrecen a mi Hijo, harán que se abran incluso los corazones más endurecidos.
Apóstoles de mi amor, el poder de la oración, pronunciada desde el corazón ‒la poderosa oración llena de amor‒, cambia el mundo. Por eso, hijos míos, oren, oren, oren. Yo estoy con ustedes. Les doy las gracias.
Aquí conviene comentar el sentido de estos mensajes, que, en todos estos años, son muchos. Pero no comunican nada nuevo. Su novedad está en la insistencia en cinco puntos esenciales para nuestra vida cristiana: la oración, la Eucaristía, la lectura de la Biblia, el ayuno y la Confesión. Durante 38 años la Virgen estaría pidiendo a sus hijos esas cinco cosas, que el Padre Jozo Zovko ofm, llamaba «las cinco piedras de Medjugorje», aludiendo a las cinco piedras del torrente que tomó David para derrotar a Goliat (cf. 1Sam 17,40). El padre Jozo era el párroco, cuando comenzaron las apariciones a los seis adolescentes. Los videntes han explicado que la Virgen es como una madre que no se cansa de repetir a sus hijos la misma enseñanza hasta que la hayan asimilado en sus vidas y la hayan hecho un hábito. Podemos afirmar que los mismos católicos estamos todavía lejos de asimilar la oración y la Eucaristía; menos aún la lectura de la Biblia y mucho menos aún el ayuno y el Sacramento de la Penitencia. Los mensajes de Medjugorje seguirán siendo novedad para la mayoría de los católicos. Hay muchos testimonios de personas que se convierten leyendo esos mensajes, que a ellos les llegan como absoluta novedad. Cuatro de estos puntos de Medjugorje coinciden con las siete prioridades pastorales que el Papa San Juan Pablo II entregaba a la Iglesia para este III Milenio Cristiano: La santidad, la oración, la Eucaristía dominical, el Sacramento de la Reconciliación, la primacía de la gracia, la escucha de la Palabra, el anuncio de la Palabra (Novo millennio ineunte, N. 30–41). Los mensajes de Medjugorje agregan el ayuno, que según los videntes tiene que ser miércoles y viernes a pan y agua.
Terminada la transmisión del mensaje la vidente saludó a todos los que estaban cerca de ella y se retiró saludando a la gente con gran amabilidad. Lo que se ve en ellos es absoluta normalidad y total falta de afectación.
8. Audiencia con el Obispo Henryk Hoser
Yo había expresado el deseo de saludar al Obispo Visitador permanente Mons. Henryk Hoser y él me había citado ese mismo día 2 de septiembre a las 11 horas. Fui acompañado por los cuatro presbíteros del grupo y el señor Andrés Giménez. Nos acogió muy gentilmente. La conversación fue en italiano. Lo primero que me preguntó el Obispo, después de saludarnos fue si había ido a la aparición de la vidente esa mañana. Cuando le respondí que sí, dijo: «Está prohibido». Pero era evidente que lo decía en broma, como indicando cuánto habían cambiado las cosas respecto a Medjugorje en el último tiempo. En gran medida, ha sido gracias a su informe positivo. El Obispo dijo textualmente: «Aquí se vive la fe; en cambio, Europa ya no tiene fe». En realidad, esta apreciación resulta clara visto el contraste de ese lugar con lo que se vive en nuestras sociedades de Occidente. Dijo que, para conocer bien lo que era Medjugorje, era necesario detenerse allí una semana y seguir todos los programas de la Parroquia. Habló largamente sobre las conversiones y sobre las confesiones que se producían allí. A él se debe la expresión, dicha en una conferencia de prensa: «Medjugorje es el confesionario del mundo». Mons. Hoser también se refirió al Festival de la Juventud, que se había celebrado allí a principios de agosto, y del respaldo que significaba la presencia de tres importantes Cardenales en esas celebraciones, sobre todo, del Vicario del Papa Francisco para la Diócesis de Roma.
Ese mismo día fuimos invitados nuevamente a la aparición a Marija, que sería, como la de dos días atrás, a las 16:30 horas. Esta vez, ya me habían identificado como Obispo y me ubicaron al lado del lugar donde se ponía la vidente. Cuando llegó se arrodilló al lado mío. Se repitió lo mismo que en la ocasión anterior. Pero esta vez pude saludar a Marija. Ella fue muy amable. Impactaba por su humildad. En realidad, entre nosotros ya no es habitual que los Obispos seamos tratados con ese respeto. Le pedí que orara por nuestra Diócesis, por su clero y fieles laicos. Aseguró que lo haría. Ella me dijo que ojalá pudiera venir alguna vez al Festival de la Juventud.
9. Aparición a Iván
El martes 3 de septiembre fuimos invitados los presbíteros a presenciar la aparición a Iván, que tendría lugar a las 15:30 horas en una capilla construida frente a su casa. Llegamos allá y fuimos recibidos en la puerta de la capilla por un señor muy amable que nos indicó los puestos en la primera fila. En la capilla había un grupo de peregrinos de USA, acompañados por dos sacerdotes. Como en todos los lugares de Medjugorje, se oraba con gran devoción. Llegó entonces el mismo señor que nos había recibido, se arrodilló delante del altar y se puso a orar. Él era Iván. Cuando quedó con la vista fija, todos guardaron absoluto silencio. Cuando volvió en sí, él mismo transmitió el mensaje en lengua croata, que una señora iba traduciendo al inglés.
Iván habla bien inglés porque vive en Boston, USA. A la salida, ya sabiendo que era él, le hablé en esa lengua. Le agradecí la invitación y le dije que eramos de Chile. Le pedí oraciones por nuestra patria y por la Iglesia en Chile. Él espontáneamente me puso en las manos el Rosario que él había tenido en sus manos todo el tiempo. Nuevamente, me quedé con la impresión de una persona de gran sencillez y normalidad, completamente ajena a toda popularidad.
Esa noche participamos nuevamente en la Adoración Eucarística en la explanada de la Parroquia. Esos días habían adoptado el horario de invierno y la adoración fue de 21 a 22 horas. Esa noche, después de haberme preparado durante esos días, hice una confesión general con un sacerdote sirio que confesaba en italiano. Reconozco que esa confesión es la gracia que me concedió la Madre de Dios en ese lugar. Pude verificar, por propia experiencia, que Medjugorje es el «confesionario del mundo».
El día siguiente, 4 de septiembre, los sacerdotes y fieles de nuestro grupo participamos del Rosario –una hora antes de la Misa– y de la Misa en la explanada de la Parroquia con la multitud de peregrinos. En la noche, después de la cena, hicimos una Hora Santa en la Capilla de la Casa Magnificat como recopilación de lo vivido esos días. El jueves 5 de septiembre celebramos la Misa en la Casa Ruska a las 6:30 horas, como el último acto y despedida de Medjugorje. Luego, nos tomó un minibús que nos llevó al aeropuerto de Dubrovnik, donde tomamos el avión de regreso.
Como conclusión, debo decir que concuerdo plenamente con las palabras del Visitador Apostólico: «Los que vienen a Medjugorje se encuentran con el tiempo sagrado y con el espacio sagrado». Después de haber presenciado cuatro momentos en que tres de los videntes, cada uno por separado, dicen ver a la Virgen, no me pronuncio sobre la veracidad de esas apariciones, porque este pronunciamiento compete solamente a la autoridad de la Iglesia y, para que la Iglesia se pronuncie, las supuestas apariciones tienen que ser algo ya pasado de manera que puedan examinarse en su conjunto. Pero sí puedo afirmar que son eventos de gracia y que todo en ese lugar lleva a Jesucristo, a través de su Santísima Madre, invocada como Reina de la Paz.
+ Felipe Bacarreza Rodríguez
Obispo de Santa María de los Ángeles