Buena nueva: Jóvenes en los Países Bajos regresan a la fe que sus abuelos y padres abandonaron

15 de abril de 2023

En los años ochenta el 37% de los niños holandeses eran bautizados en la Iglesia católica; hoy no llega al 3%. En los años 70, los católicos representaban el 40% de la población holandesa; en 2021, eran el 20,8% del país.

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Todo el mundo conoce la historia: En Europa la Iglesia católica pierde fieles año tras año. Las congregaciones se reducen, la asistencia a misa disminuye y cada vez menos personas bautizan a sus hijos. Algunos obispos, buscando revertir la "irrelevancia" de la Iglesia en la plaza pública, plantean polémicos cambios a la doctrina católica, ¿Tendrán acaso la esperanza de que esos cambios provoquen una renovación según el querer del Espíritu Santo?

 

Pero no es la única historia, pues en países como Holanda, donde la Iglesia se encuentra en una situación calamitosa respecto al número de fieles, sigue habiendo jóvenes conversos al catolicismo. El portal The Pillar conversó con algunos de estos conversos recientes al catolicismo, para averiguar cómo ocurrió su encuentro con la fe y la esperanza trascendente que hoy los alienta.

 

Antes descubramos el contexto

 

 

Antaño hogar de una minoría católica fuerte y devota, en los últimos tiempos la asistencia a misa y la recepción de sacramentos han caído por un precipicio en los Países Bajos, incluso sobre la media del continente europeo que abraza el secularismo.

 

Entre 1860 y 1960, un periodo conocido como Rijke Roomse Leven - "la rica vida romana"-, el catolicismo floreció entre los holandeses. En ese periodo se fundaron escuelas católicas, periódicos, hospitales, sindicatos, equipos de fútbol, emisoras de radio y televisión y una universidad católica. La comunidad católica de los Países Bajos era tan activa que el entonces padre Karol Wojtyła pasó 10 días en los Países Bajos en 1947, y escribió que le impresionó "el vigor de la Iglesia... sus activas organizaciones y vivas comunidades eclesiales."

 

Pero tras la Segunda Guerra Mundial, la revolución sexual y la expansión de ideologías ateas alentadas por el capital, tanto el catolicismo como el protestantismo se hundieron en el país. En los años ochenta el 37% de los niños holandeses eran bautizados en la Iglesia católica; hoy no llega al 3%. El 38% de los matrimonios civiles se celebraban por la Iglesia en los años 80; el año pasado, menos del 1%, según las estadísticas de la Universidad de Radboud, una de las dos universidades católicas del país.  En los años 70, los católicos representaban el 40% de la población holandesa; en 2021, eran el 20,8% del país.

 

Todo este declive ha hecho disminuir la huella Institucional. En 2003, había más de 1.500 parroquias en los Países Bajos; en 2021, el número era de 641. Pero de las cenizas de la Rijke Roomse Leven en los Países Bajos, algunos jóvenes están volviendo a la Iglesia que abandonaron sus abuelos y padres.

 

¿Quiénes son?

 

 

Cada año, miles de jóvenes europeos participan en el programa de intercambio Erasmus de la Unión Europea, pasando al menos un semestre en el extranjero. Pocos de esos jóvenes piensan en ir a la iglesia durante ese período. Pero esa es una de las primeras cosas que hizo Chelsy Kuiper cuando llegó a los Países Bajos en 2021. Ella es de Chairière, un pueblo de 250 habitantes en Valonia, la parte francófona de Bélgica.

 

Como parte del programa de intercambio, Chelsy optó por la universidad de Nimega donde cursaría estudios de posgrado.  "Empecé en septiembre de 2021 y pensé que era la oportunidad de hacer cosas nuevas y salir de mi zona de confort".

 

De forma casual conoció en la clase de Pragmática a un joven -sin saber que era converso-, Harvey Haan, quien estudiaba también francés. Nada más saber que ella hablaba francés le pidió ayuda… y en el encuentro de práctica, Harvey le confidenció que era un converso católico. "Al principio, sentí una barrera dentro de mí. No me parecía molesto ni nada por el estilo, pero me sentía rara. Pero cuanto más hablábamos, empecé a apreciarle. Pensé: «Tengo que reconocerlo, es difícil defender tu fe y más hoy en día»".

 

Así fue como ella empezó a ser un poco más curiosa y le hacía preguntas sobre la fe. Harvey, viendo el interés de Chelsy, la invitó a una 'Jornada de Puertas Abiertas' del Curso Alpha en octubre, organizada por la Asociación de Estudiantes Católicos de Nimega. "Me sorprendió que me recibieran tan bien, porque me acogieron a pesar de mis creencias. En ese momento, yo no sabía quién era Dios, no sabía si Dios existía y me sentí abrumada porque aquella gente se alegró mucho de verme. Así que empecé a venir de nuevo a cada sesión".

 

No fue fácil al principio porque algunas cosas son extrañas para un no creyente. Por ejemplo, cuando en uno de los temas le tocó comentar sobre quién era Jesús para ella, la joven belga pensó en responder que era "un maestro de la moral o algo así".

 

No era fácil plantearse lo que estaba experimentando. Su madre había fallecido cuando era muy pequeña y no olvidaba cuando -aunque su familia no era religiosa-, le dijeron que orase a Dios.  "Recuerdo que pensé: «pero si no sé rezar». Así que me quedé allí en mi habitación esperando recibir una señal. Pero no recibí ninguna y desde entonces, estuve resentida con Dios. Creo que elegí no tener a Dios en mi mente".

 

En su adolescencia Chelsy se había aventurado a experiencias paganas, como la Wicca, buscando un contacto con el mundo espiritual. Le atraía, dice, la sensación de "poder" que ciertos rituales le daban. "Me hacían sentir segura. Pero también traía cosas muy malas. Algunas cosas me parecían raras, sentía en mi corazón que era malo", recuerda.

 

Ahora, esta experiencia con la comunidad de Alpha, estaba siendo un auténtico encuentro con Dios a través de la Palabra y el cómo se aplicaba a la vida. No podía negar que cada día Jesús iba conquistando su joven corazón. "Entonces, en una de las misas -en realidad ya no recuerdo lo que se dijo-, pero me sentí abrumada después de la misa y tuve que ir al baño a llorar. Tenía la certeza de que Dios existía. Pero me había comportado tan mal... así que tuve esta profunda experiencia de saber que Dios existe y que me ama incondicionalmente. Y es tan hermoso saber que Él me ama, pero tan doloroso ver que yo no era capaz de corresponderle", testimonia y explica: "Por eso decidí convertirme en hija de Dios. Sabía que Dios existe. Él me ama. Es mi Padre. Así que quise ser su hija y bautizarme".

 

Chelsey fue bautizada y recibió el sacramento de la Confirmación en la Vigilia Pascual, el sábado 8 de abril de 2023.

 

Invitado por su hermano converso

 

 

Kuiper no fue la única recién convertida en los Países Bajos a través de un Curso Alpha. Cisco Haan a sus 21 años estudia diseño de jardines y paisajismo en Arnhem. "A mí no me educaron en la religión, ni en el catolicismo, ni en nada. Y no tenía mucha información sobre la religión en general, sólo la que te dan en la escuela aquí en Holanda, que no es mucha", dice Cisco riendo. "Desde muy joven -prosigue narrando- me ha interesado la política. Y cuando la gente habla de política, conoces otras ideologías, y también surge la religión en la discusión. Fue entonces cuando entré en contacto por primera vez con la religión como dinámica social", recuerda.

 

Su hermano Harvey, al ver el interés de Cisco -recién converso- hablaba con él sobre su experiencia de Dios y tiempo después le preguntó si asistiría a una 'Noche Abierta' del Curso Alpha. Aceptó la invitación y permaneció en Alpha durante un período, para luego seguir su búsqueda en la fe. "Empecé a ir seguido a misa en la iglesia de estudiantes. Luego mi hermano se bautizó hace dos años. Y en ese momento, empecé a pensar seriamente que ahora tenía que hacer algo: empecé a pensar si lo quería, si quería ir a por ello, y si realmente creía."

 

No hubo realmente un momento en el que Cisco se convenciera de que quería ser católico. Pero cuando empecé a rezar por primera vez, solo, de forma espontánea -recuerda-, todo encajó.  "La fe católica tiene sentido. Es como un puzzle. Ves el puzzle y crees que lo has terminado, pero luego descubres algo más. Al principio, piensas: «no, no, ya he terminado el puzzle y esto no encaja». Pero luego ves que es el mismo puzzle que se va agrandando, pero siempre está completo. No he encontrado nada que no encaje o que no tenga sentido. No me criaron como católico ni religioso, así que es un reto porque tienes una forma diferente de ver el mundo. Es difícil aceptar algunas cosas que enseña la Iglesia o adquirir el hábito de rezar a menudo o perdonar a la gente. Es un reto ser un buen católico. Pero es un proceso, no es instantáneo", testimonia.

 

Al igual que Chelsey, también Cisco Haan fue bautizado en la Vigilia Pascual de 2023.

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