El cardenal Walter Kasper considera que la ordenación de mujeres como diáconos es teológicamente posible y pastoralmente significativa. En una entrevista con la revista "Communio", el ex funcionario del Vaticano responsable del ecumenismo dijo que había luchado algún tiempo buscando la respuesta a esta pregunta. "Cada iglesia local sería libre de decidir si hacer uso o no de esta posibilidad", continuó Kasper. El cardenal subrayó que estaba hablando de diaconisas permanentes, no de la ordenación de diaconisas como una etapa de transición a la ordenación sacerdotal.
Según Kasper, el argumento a favor de ordenar a las mujeres como diáconos es que las iglesias occidentales y orientales estaban familiarizadas con este ministerio en los primeros siglos. Tampoco se puede decir que la ordenación de diaconisas era un sacramento en ese momento, ya que estos conceptos teológicos solo se desarrollaron más tarde. Sería inapropiado ver las ordenaciones de ese tiempo simplemente como bendiciones simbólicas: "El hecho de que, hasta donde yo sé, las formas de ordenación para diáconos y diaconisas fueran las mismas también habla en contra de esto".
La unidad del sacramento de la ordenación no es un argumento
A Kasper tampoco le convenció el argumento de que las mujeres no pueden ser ordenadas como diáconos porque las ordenaciones de diácono, sacerdote y obispo son un sacramento inseparable del "ordo". El Papa Benedicto XVI (2005-2013) dejó claro que los diáconos, a diferencia de los sacerdotes y obispos, no representan a Jesucristo como cabeza de la Iglesia. Por otra parte, la ordenación de obispos no fue reconocida definitivamente como sacramento hasta el Concilio Vaticano II (1962-1965). "Por lo tanto, ha habido y hay diferencias no insignificantes dentro del único sacramento del ordo, así como desarrollos históricos que se han orientado hacia las necesidades pastorales", subrayó Kasper.
La cuestión de si las mujeres pueden ser ordenadas como diáconos ha sido un tema polémico dentro de la Iglesia Católica durante años. Varias comisiones creadas por los Papas ya se han ocupado del tema sin llegar a una conclusión clara. También está pendiente una decisión del Papa Francisco. En 1994, el Papa Juan Pablo II (1978-2005) se limitó a declarar que la Iglesia no tenía autoridad para ordenar a mujeres como sacerdotes. El documento no contenía una declaración sobre las mujeres diáconas. El Sínodo sobre la Sinodalidad, que concluyó el domingo pasado, describió la cuestión de la ordenación de mujeres diáconos como abierta en su documento final.