Una madre de Nueva Escocia (provincia de Canadá), estaba a punto de ser llevada al quirófano para una mastectomía cuando el médico la sentó en el pasillo y le sugirió que se sometiera a un suicidio asistido.

 

La mujer, que pidió permanecer en el anonimato, tiene 51 años y había sido diagnosticada con cáncer de mama. También tenía antecedentes de trastornos autoinmunes de lupus y fibromialgia, lo que la hacía elegible para la llamada "Ayuda Médica para Morir (MAID)", incluso sin el diagnóstico de cáncer.

 

Aun así, no había expresado su deseo de morir antes de enfrentarse a la opción, según informa el Telegraph.

 

"Estaba sentada con dos batas quirúrgicas, una por delante y otra por detrás, con un gorro en el pelo y zapatillas en los pies. Estaba temblando, en una silla de plástico duro y sola en un pasillo», explica. «El médico se sentó y me contó cosas que me daban miedo. Luego me preguntó si conocía la asistencia médica para morir. Lo único que pude decir fue: 'No quiero hablar de eso'. Tenía miedo, estaba sola, tenía frío y no sabía lo que me esperaba. ¿Por qué me preguntaban por la muerte asistida, cuando iba a someterme a lo que, en mi opinión, era una operación para salvarme la vida?", declaró al Telegraph.

 

A pesar de negarse, denuncia que la presionaron para aceptar el MAID dos veces más, mientras continuaba recibiendo tratamiento para el cáncer de mama. Señala que esto la hacía sentir como una carga, y pensó que los médicos sentían que estaría mejor muerta.

 

"Fui a hacerme una mastectomía y me presionaron para la muerte asistida. Me sentí como un problema del que había que deshacerse en lugar de como un paciente que necesitaba tratamiento", dijo. "No quiero que me pregunten si quiero morir". También agregó que ha estado esperando una cita para ayudar a manejar su dolor en una clínica especializada durante un año. "Sin embargo, si llamase a la línea directa de MAID esta mañana, hablaría con un médico mañana por la tarde", dijo.

 

Médicos que denuncian

 

La doctora Leonie Herx, consultora de medicina paliativa en Calgary, dijo al Telegraph que la escasez de médicos ha llevado a situaciones en las que a los pacientes que no corren el riesgo de morir en un futuro cercano se les ofrece MAID de todos modos. "En algunos casos, MAID se ha convertido en la única terapia que se proporciona, lo cual es completamente horrible desde una perspectiva médica", dijo.

 

Varios profesionales médicos canadienses han declarado a The Telegraph que no se trata de una situación infrecuente. "La ley no lo prohíbe, y los grupos de campaña han argumentado que [la muerte asistida] debería ofrecerse a cualquiera que pudiera ser elegible", señaló Trudo Lemmens, profesor de Derecho de la Universidad de Toronto, que ha testificado ante comisiones parlamentarias canadienses sobre la introducción de la MAID.

 

La rapidez con que la muerte asistida se ha extendido en Canadá sirve de advertencia sobre el peligro de que la legalización se convierte en algo nocivo e inmoral. Y es que, si MAID se incluyera como causa oficial de muerte en Canadá, sería la quinta causa principal de muerte. El informe más reciente revela que en Canadá las muertes por eutanasia se dispararon en un 31% en 2022.

 

Alexander Raikin, experto en bioética del Centro de Ética y Políticas Públicas, comentó: "Si habláramos de esas tasas con cualquier otra causa de muerte, esto sería una catástrofe nacional".

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