El Canal 13 de la televisión chilena, otrora católico, hoy en manos del millonario Andrónico Luksic, anunciaba en días recientes el estreno de un programa que, titulado “El Purgatorio”, promete ser "el lugar donde los famosos pagan sus culpas", según la información divulgada por el medio de comunicación. Y así lo pretendió: el pasado 3 de agosto comenzó a emitirse ese espacio semanal en el que participan celebridades locales y que -coherente con las exigencias del espectáculo-, incluye "no sólo conversación, humor, confesiones y competencia, sino también momentos íntimos".

 

Pero llama la atención el uso explícito de terminología religiosa en el programa, empezando por el mismo título, y siguiendo por la dinámica que consiste en "juzgar los actos de los famosos para enviarlos al Paraíso o al Infierno" -dicen- tras imaginar que acaban de morir. También hay una sección dedicada a lo que llaman "pecados capitales".

 

En todo su formato, el programa ofrece un uso superficial e irrespetuoso de esos contenidos, al utilizar términos de doctrina religiosa de manera banal. Y esto, con el único fin de captar audiencia en un país -Chile- donde la tradición católica tiene un peso cultural importante, que las encuestas refrendan, pues un 48% se declara católico y un 17% evangélico.

 

El reclamo de las médiums

 

 

Sorprende asimismo que el canal de Andrónico Luksic promueva la presencia en el programa de dos personas presentadas como médiums. Definidas como "canalizadoras", los responsables de "El Purgatorio" afirman que estas mujeres tienen capacidades para "contactarse con familiares o seres queridos de los invitados que hayan fallecido, para que les den mensajes desde el más allá". De esta forma, colaboran a normalizar una práctica ocultista, como es la comunicación con los muertos, con ese nombre contemporáneo –habitual en los ambientes de la Nueva Era– de canalización (channeling), más aceptable socialmente que el término clásico que la designa: espiritismo.

 

Las dos que -según la publicidad del canal de Luksic- tendrían dotes de médiums, son Marjorie Ulloa y Vanessa Daroch, personajes de la farándula local. En el transcurso del primer programa, la primera dijo comunicarse con el hermano de la concursante Anita Alvarado, quien murió a los 25 años por problemas con las drogas. Por su parte, Daroch, afirmando que había contactado con el padre de la concursante Cathy Barriga, le dijo a esta con voz convincente: "Él va a estar siempre para apoyarte, es tu fan número uno". En ambos casos, fueron momentos donde todo lo técnico y el relato audiovisual del programa colaboraba para que fuesen de gran carga emotiva durante la noche.

 

Del espiritismo a las pseudoterapias New Age

 

 

Marjorie Ulloa una de las supuestas médiums (o canalizadoras), afirma que comenzó a comunicarse con los difuntos cuando era niña. Después de morir su padre, cuando tenía 10 años, dice, "comencé a ver presencias". Sin embargo, esta supuesta capacidad iría más allá, según lo afirma: "tengo comunicaciones con ángeles, maestros espirituales, guías y también con demonios, a veces". Luego, mostrando su imprudencia y lo peligroso de sus prácticas, en todos los planos (psicológico, espiritual y sobrenatural) añade sin ambages: "Se me ha dado muchas veces también hacer exorcismos".

 

Desde su adolescencia, Ulloa empezó a frecuentar los ambientes New Age, impregnándose de diversas técnicas y corrientes que son habituales en la "ensalada esotérica" que componen muchos de los adeptos de este movimiento. Ella, en concreto, recibió formación de asuntos tales como el tarot, numerología, reiki, terapia floral, coaching, Programación Neurolingüística (PNL), registros akáshicos… Actualmente asegura que está estudiando “psicología holística”, que obviamente no es una disciplina apta para la salud mental, sino doctrinas esotéricas aplicadas al ser humano.

 

Una revisión de las redes sociales de esta mujer que se presenta como "terapeuta" muestra la actividad que ha estado desarrollando hasta ahora, y que recibirá potencialmente muchos más clientes que la conocerán gracias al programa televisivo. En los últimos meses ha publicitado, por ejemplo, sus cursos de iniciación al reiki, diciendo que "es una GranDiosa oportunidad de crecimiento", en un claro juego de palabras. También ha impartido un curso de numerología tántrica, que consiste en el "estudio de las Energías Maestras que actúan en tu vida", y que serviría para conocer -afirma- "tu número de Alma, tu número de Karma, tu Don o regalo divino, tu misión y también tus vidas pasadas".

 

El negocio del esoterismo

 

 

La segunda médium que Canal 13 de Chile dio a conocer como colaboradora de su nuevo espacio, es una habitual en otros programas televisivos de farándula: Vanessa Daroch, quien asegura que, desde niña, para ella "era normal ver seres fallecidos, porque nací con eso". Desde su supuesta experiencia, explica que los difuntos "se ven igual que nosotros, pero como detrás de un vidrio empañado, borrosos. Además, no tienen cuerdas vocales, entonces no hablan, te cuentan cómo murieron haciendo gestos".

 

Actualmente también participa en la televisión leyendo el tarot y haciendo predicciones en "La hora de jugar", por lo que no esconde su adhesión al mundo espírita de la videncia o adivinación. Se trata de una figura muy popular, tal como constata su perfil en Facebook, donde la siguen más de medio millón de personas. Y esto le permite mantener su gran negocio que incluye artimañas como la canalización, el horóscopo, la carta astral y otras formas de consulta esotérica personal, como la limpieza o la protección energética, que se pueden contratar a través de su web oficial.

 

También vende amuletos y talismanes, medallas religiosas –entendidas con un sentido mágico, no de fe–, piedras naturales, sahumerios, sales, velas, productos de feng shui y de aromaterapia… y hasta joyas presentadas como ‘mágicas’. Todo un catálogo de productos basados en la superstición y en el logro de deseos.

 

Una vez más entonces, tras una actividad que podría en apariencia considerarse solo algo de la banal farándula televisiva, hay una realidad de prácticas esotéricas dañinas para el ser humano.

 

Un espejismo de luz y paz

 

 

La misma estrategia para presentarse como algo saludable utiliza Marjorie Ulloa cuando afirma que sus canalizaciones "siempre generan paz, sanación. Se da paz, amor y respeto". En la relación con sus interlocutores, continúa diciendo, "espero una sanación, una conexión, que puedan sentir que no están solos, que el amor trasciende. Que sientan ese amor, que se den cuenta que esas presencias, que son tan significativas para todos, no dejan de existir".

 

Por su parte, Vanessa Daroch, según su propia página web, en su labor de médium "se transforma en un canal de comunicación entre el fallecido y el familiar, logrando así que cosas que no se pudieron resolver en vida a causa del fallecimiento puedan ser resueltas y esos fallecidos y sus familiares puedan encontrar paz".

 

La gravedad de algo aparentemente inocuo

 

 

La aparición de Vanessa Daroch y Marjorie Ulloa en "El Purgatorio" constituye un grave episodio de difusión de todas estas técnicas, que, al igual que el espiritismo que lleva a cabo, parecen normalizarse ante una audiencia de millones de personas. Los telespectadores sólo ven, de esta forma, un escaparate agradable y luminoso, una cara supuestamente positiva de unos fenómenos que realmente no aportan nada positivo al ser humano, sino efectos nocivos.

 

En primer lugar, se aprovechan de una gran dosis de emotividad –la de cualquier persona sensible cuando recuerda a un ser querido fallecido–, de la nostalgia y de otros sentimientos plenamente humanos, para erigirse en poseedoras de un conocimiento especial sobre ese ser querido, arrogándose la capacidad de haberse comunicado con él. Esto abre las puertas a cualquier tipo de abuso (económico o de influencia psicológica, sobre todo) sobre las personas.

 

Cuando hablamos de estos fenómenos de mediumnidad y canalización, en muchos casos nos encontramos ante farsantes, personas que han hecho de esto su medio de vida. Hay ocasiones en las que habrá una explicación natural desde posibles episodios de sugestión o alucinación.

 

Por parte de la fe cristiana, se cree que los difuntos pueden manifestarse si Dios lo permite, pero la Iglesia previene –como ya lo hacía la revelación desde el Antiguo Testamento– contra las prácticas espiritistas, prohibiéndolas sin excepción alguna.

 

En efecto, en toda práctica de canalización (New Age) o mediumnidad (espiritismo) se corre el riesgo de que intervenga realmente el demonio. Sobre esto, el teólogo y exorcista François-Marie Dermine advierte del "riesgo, la gravedad y la amplitud del engaño de los espíritus, que son capaces de hacer inútiles todas nuestras precauciones y todas nuestras astucias". Los peligros son grandes, y programas de televisión que banalizan las prácticas espiritistas -como el del canal propiedad de Andrónico Luksic- no sirven más que para alejar a su audiencia de la racionalidad y de la fe.

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