Cuando la Iglesia entregó a los fieles -y al mundo- la enseñanza que estos deben observar y defender respecto de la “regulación de la natalidad” (Humanae Vitae 25 de julio de 1968) no podía suponer que pocas décadas después la ciencia le daría la razón.
“El hombre no puede hallar la verdadera felicidad, a la que aspira con todo su ser, más que en el respeto de las leyes grabadas por Dios en su naturaleza y que debe observar con inteligencia y amor” señalaba precisamente Papa Pablo VI en la referida Carta Encíclica Humanae Vitae del ‘68.
Corroborando esa certeza el año 2016 se conocieron los categóricos resultados de una investigación científica confirmando que “los anticonceptivos hormonales disparan hasta en un 120% la depresión” (estudio dirigido por el científico danés Ojvind Lidegaard)
Ahora es la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) quien enciende una nueva alerta sanitaria, informa desde Berlín el diario español ABC. Por recomendación de EMA -revelan-, el Instituto Federal de Medicamentos y Dispositivos Médicos (BfArM) de Alemania ha enviado una orden a las empresas farmacéuticas del país (que puedes leer pulsando aquí), además de cartas informativas a facultativos y farmacias, “exigiendo que los prospectos de los anticonceptivos hormonales comiencen a incluir también como efecto secundario la depresión”, informa el diario español.
El nuevo rotulado debe destacar que entre los riesgos de ingesta de los anticonceptivos se encuentra los “cambios de humor, depresión y pensamientos suicidas”, informó un portavoz de BfArM, señala diario ABC. Aseguró también que al menos en Alemania el proceso de cambios del rotulado ya ha dado inicio “y además se está trabajando en campañas informativas para que las personas… puedan contar con la información correcta”.
Ello, pues tal como señala el comunicado del BfArM, al ingerir los anticonceptivos hormonales “la depresión puede ser grave y, en ocasiones, provocar pensamientos suicidas”.
El informe y precauciones de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) está precisamente basado en el referido estudio danés (ver artículo de Portaluz del año 2016) que observó el impacto de los anticonceptivos en 475.802 mujeres mayores de 15 años.