
por Vatican News
7 Junio de 2019En su despedida de los discípulos antes de subir al cielo, Jesús - recordaba hace algunos días el Papa- nos da una verdadera catequesis sobre el Espíritu Santo, nos explica quién es. Los discípulos están tristes al oír que su Maestro los dejará pronto y Jesús les reprocha por esto, porque - explicó Francisco - "la tristeza no es una actitud cristiana". Pero ¿cómo no estar tristes? "Contra la tristeza - dijo el Santo Padre - en la oración (...) hemos pedido al Señor que mantenga en nosotros la juventud renovada del Espíritu. Y aquí el Espíritu Santo entra en el campo porque es Él quien hace que exista en nosotros esa juventud que siempre nos renueva”.
“Un santo decía: Un santo triste es un triste santo. Así - prosiguió el Papa - un cristiano triste es un triste cristiano: no va. El Espíritu Santo es el que nos hace capaces de llevar las cruces y nos trae el ejemplo de Pablo y Silas... que, encadenados, cantaban himnos a Dios. El Espíritu Santo renueva todo”.
El Espíritu Santo - dijo el Vicario de Cristo- es el que nos acompaña en la vida, el que nos sostiene, es el Paráclito. Y comentó: "¡Pero qué nombre extraño!” recordando que, siendo sacerdote en una misa de niños un domingo de Pentecostés, les había preguntado si sabían quién es el Espíritu Santo. Y un niño le había respondido: el paralítico. “Y muchas veces nosotros también pensamos que el Espíritu Santo es un paralítico, que no hace nada...".
“Paráclito: la palabra paráclito significa «aquel que está a mi lado para sostenerme» para que yo no caiga, para que siga adelante, para que conserve esta juventud del Espíritu. El cristiano siempre es joven: siempre. Y cuando el corazón del cristiano comienza a envejecer, comienza a disminuir su vocación de cristiano. O eres joven de corazón, de alma, o no eres plenamente cristiano”, arengó el Pontífice. Diálogo diario con el Espíritu
El Papa Francisco continuó diciendo que en la vida habrá dolores, Pablo y Silas habían sido golpeados y sufrían, "pero estaban llenos de alegría, cantaban...".
“Ésta es la juventud. Una juventud que siempre te hace mirar la esperanza: esto, ¡adelante! Pero para tener esta juventud necesitamos un diálogo cotidiano con el Espíritu Santo, que está siempre junto a nosotros. Es el gran don que Jesús nos ha dejado: este soporte, que te hace ir adelante”, agregó.
"Habla con el Espíritu - alienta el Papa - Él te apoyará y te devolverá tu juventud". El pecado, en cambio, envejece: "El alma envejece, todo envejece". Y subrayó nuevamente: "Nunca más esta tristeza pagana". En la vida hay momentos difíciles, pero en estos momentos "se siente que el Espíritu nos ayuda a avanzar (...) y a superar las dificultades. También el martirio". Y concluyó diciendo:
"Pidamos al Señor que no perdamos esta juventud renovada, que no seamos cristianos retirados que han perdido su alegría y no se dejan llevar adelante... El cristiano nunca se retira; el cristiano vive, vive porque es joven, cuando es un verdadero cristiano".