Compasión y humildad dos palabras que Papa Francisco ha destacado durante su homilía en la Misa que ha presidido en sufragio del Papa Benedicto XVI y, los cardenales y obispos fallecidos en el curso de este año. Es importante, dijo el Pontífice, comunicar la compasión de Dios a quien vive el dolor de la muerte de sus seres queridos.
Ha concluido la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos con una solemne misa presidida por el Papa Francisco, en la que ha recordado a los participantes que la mayor reforma de la Iglesia es “adorar a Dios y amar a los hermanos con su mismo amor” y les pide luchar siempre contra las idolatrías: “Estemos vigilantes, no vaya a ser que nos pongamos nosotros mismos en el centro, en lugar de poner a Dios”.
"Me dirijo en particular a los padres, a los progenitores y a los responsables de la educación de los niños y de los jóvenes, de su formación para la vida. Que sepan que el designio de llevar a sus hijos a los brazos del enemigo de Cristo y de la humanidad en general está siempre al acecho", señala en carta pública padre Francesco Bamonte.