Manoppello una localidad italiana de cinco mil habitantes, situada en los Abruzos, a 30 km de Pescara -cercana al Santuario del Milagro Eucarístico de Lanciano- resguarda un tesoro del cual han hablado santos, científicos y el propio Hijo de Dios.
Se trata de un sudario resguardado en la Basílica Volto Santo de la ciudad, tela de 17 por 24 cm, que resguardado entre vidrios con un bello marco de plata -que se expone en el altar mayor del Santuario de la Santa Faz de Manoppello-, contiene la imagen del rostro de Cristo resucitado.
La imagen no es obra humana
Vista del Santuario Basílica Volto Santo
Desde hace más de 20 años, eminentes científicos han realizado estudios exhaustivos de la misteriosa reliquia que muestra la Faz de Cristo, conservada en Manoppello. Sus resultados establecen que esta imagen fue creada de un modo inexplicable para la ciencia. Al igual que ocurre con la imagen milagrosa de Nuestra Señora de Guadalupe en México o la imagen del cuerpo muerto de Cristo en la Sábana Santa de Turín, las investigaciones científicas han determinado que no es una pintura y no sería posible considerarla una obra humana.
En 1998-1999, Donato Vittore, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Bari, investigó la tela utilizando un escáner digital de alta resolución; el resultado declarado por Vittore fue que en el espacio entre el hilo de la urdimbre y en el hilo de la trama no se apreciaba ningún residuo de pigmentos de color. Otras investigaciones mediante microscopía y espectroscopía fueron llevadas a cabo por Giulio Fanti, catedrático de Ingeniería Mecánica y Térmica de la Universidad de Padua. El análisis en luz ultravioleta con la lámpara de Wood confirmó una prueba que ya se había realizado en 1971: ni el tejido ni la imagen del rostro muestran una fluorescencia apreciable, como cabría esperar en presencia de sustancias pigmentarias de color.
Con un aumento microscópico, se ve claramente que no hay ni el más mínimo rastro de pintura u otros pigmentos en la tela. Si, por el contrario, el cuadro hubiera sido pintado con pintura al óleo, ésta se habría depositado sin duda en los espacios libres entre los hilos. También se ha descartado que el cuadro estuviera pintado con acuarela, ya que los contornos y los rasgos de los ojos y la boca son tan nítidos que es imposible pintarlos de este modo.
La característica más sorprendente del Rostro del Sudario de Manoppello es la transparencia del lienzo y el hecho de que la imagen sea perfectamente visible por ambos lados, como si se tratara de una transparencia. No lleva pigmentos. Es, sin duda, única en el mundo. Otra característica de la imagen de Manoppello es que cambia de aspecto según la luz. Con el cambio de luz, la imagen cambia, como si estuviera viva. Si se mira bajo una luz brillante, es invisible porque se vuelve transparente.
Esta extraordinaria imagen facial tiene algunas de las cualidades de un cuadro, una fotografía o un holograma, pero no es ni un cuadro, ni una fotografía, ni un holograma. Las sombras del retrato son más sutiles de lo que podrían pintar los mayores genios de la pintura. El reflejo del rostro exhibe muchos fenómenos inexplicables que hacen del sudario un gran misterio para la ciencia.
El misterio de un tejido precioso
El Santo Rostro de Manoppello es una asombrosa imagen que se fijó en un precioso tejido datado del siglo I. Se trata de biso, también llamado seda marina, que era el tejido más caro de la antigüedad. Técnicamente, es imposible pintar nada sobre seda marina.
La estructura de este lienzo fue estudiada por el profesor Giulio Fanti, quien llegó a la conclusión de que se trata de un material muy fino, tejido con hilos de una sección media de 120 micras. Es más fino que el nailon, una fibra sintética producida por primera vez en 1945. La forma en que se teje es tradicional y, por tanto, simple e irregular. Entre los hilos hay huecos de 150 a 350 micras. El tejido es transparente, por lo que se le denomina velo. Los huecos entre los hilos carecen de pigmentos u otros materiales. Es importante destacar algo único, a saber, que la tonalidad espacial de los colores de origen desconocido aquí es de 0,5 milímetros, mientras que en la Sábana Santa de Turín es de un centímetro.
Las investigaciones científicas sobre el Sudario de Manoppello llevadas a cabo por el profesor L. Portoghesi, especialista en tejidos del siglo I, han establecido que se trata de biso, es decir, del material antiguo más caro. Y la profesora Chiara Vigo, la mayor experta mundial en tejidos de biso, tras estudiar detenidamente el Velo de Manoppello, ha llegado a la conclusión de que se trata de biso marino, es decir, de un tejido elaborado con los hilos sedosos producidos por el mejillón marino Pinna nobilis. Estos valiosísimos tejidos se producían en la antigüedad. Hoy en día, sólo en la isla de Sant' Antioco, cerca de Cerdeña, existe el único lugar del mundo donde se producen pequeñas cantidades de biso. De una sola concha marina de Pinna nobilis se pueden obtener hasta 2 gramos de fibra.
El profesor Vigo afirma que sólo el biso puede ser tan transparente y delicado como el Velo de Manoppello y al mismo tiempo tan refractario como el amianto. Ningún ser humano es capaz de pintar nada en este tipo de material, y mucho menos una imagen tan perfecta como la que se encuentra en Manoppello. El biso se puede empapar, pero es absolutamente imposible pintar sobre él: no se puede aplicar pintura sobre un tejido tan fino.
Los colores oscilan a la luz entre el ámbar, el siena, la plata, la pizarra, el cobre, el bronce y el oro; parecen surgir como en las alas de una mariposa, porque al microscopio no se ven restos de pintura en el material, y a la luz que viene de atrás se vuelve transparente como el cristal; también entonces desaparecen las huellas de los pliegues. Este tipo de fenómeno sólo puede observarse en el biso (seda de mar), el tejido más precioso del mundo antiguo (...). A la luz, el lienzo se vuelve completamente transparente, mientras que a la sombra aparece de color gris grafito".
El Hijo de Dios revela la veracidad a Valtorta
Papa Benedicto XVI venera la Santa Faz del Sudario
En el décimo volumen de las revelaciones privadas de la célebre mística italiana María Valtorta (todos sus escritos fueron publicados en imprenta a instancias del Papa Pío XII), el 22 de febrero de 1942, se recogen las siguientes palabras que Jesús le dijo:
"El Velo de la Verónica es un estímulo para vuestras almas escépticas. Vosotros, racionalistas, frígidos, vacilantes en la fe, que lleváis a cabo investigaciones sin alma, comparad el reflejo del rostro en el Velo con el reflejo en la Sábana Santa. El primero es el Rostro de los Vivos, el segundo el de los Muertos. Pero la longitud, la anchura, los rasgos somáticos, la forma, las características son las mismas. Superponed estos dos reflejos. Verás que se corresponden. Soy yo. Quiero recordaros quién era y en quién me he convertido por amor a vosotros. Para que no os perdáis, para que no os ceguéis, estas dos reflexiones deberían bastar para llevaros al amor, a la conversión, a Dios" (Maria Valtorta, "L'Evangelo come mi e stato rivelato", Centro Editoriale Valtoriano, 2003, p.414).
El largo estudio del Sudario de Manoppello, iniciado hace más de 20 años por la monja especialista en iconos Blandina Paschalis Schlömer, atrajo el interés de otros estudiosos y dio lugar al sorprendente descubrimiento de que el Rostro del muerto de la Síndone de Turín y el Rostro del viviente de Manoppello son la misma persona. Las imágenes de estos dos rostros coinciden exactamente, por lo que las dos imágenes representan a la misma persona.
Para la investigadora Paschalis, "desde un punto de vista científico, no cabe duda de que ambos rostros -el de la Sábana Santa y el de Manoppello- se corresponden al 100% en estructura y dimensiones".
Fuentes: L’Osservatore Romano, Veronica Route, Santuario Basilica Volto Santo