Personajes

Cándido Amantini, el exorcista de Roma y siervo de Dios que podría ser beatificado

El Padre Pío quien lo conoció personalmente reconoció la valía de este exorcista al definirlo como «un sacerdote según el corazón de Dios».
por Portaluz 11-08-2025

A la edad de 12 años, Eraldo Ulisse Mauro Amantini, nacido el 31.1.1914 en Bagnolo (Toscana), ingresó al seminario menor (para niños) de los Pasionistas en Nettuno (Santuario de Santa María Goretti). Las misiones populares de los Padres lo impresionaron de tal forma que decidiría unirse a la Orden. En 1929 comenzó su noviciado en el monasterio de San Giuseppe en Monte Argentario. El joven religioso hizo sus votos perpetuos en 1933. Tres años más tarde, fue ordenado diácono en la Basílica de Letrán, antes de ser ordenado sacerdote el 13 de marzo de 1937, a la edad de solo 23 años.

Cándido de la Inmaculada Concepción -su nombre religioso-, abraza en su vida la Pasión de Cristo. Puesto que quiere llevar este amor del Hijo de Dios a los "crucificados" de su tiempo, adquiere entonces la educación que aún le falta. Con el tiempo no solo se le considerará un excelente experto en idiomas de griego, hebreo, alemán y sánscrito, sino también un erudito bíblico y teólogo moral.

Hasta 1960, enseñó a los estudiantes principalmente hebreo y estudios bíblicos. También fue durante este tiempo que conoció al Padre Pío. En 1961, el padre Cándido sufrió una crisis nerviosa que resultó en una larga estadía en el hospital. Después de recuperarse, apoya a su antiguo alumno, el padre Alessandro Coletti, que para ese tiempo ya era exorcista en la diócesis de Arezzo. El P. Cándido inicia a hacer los primeros exorcismos bajo la guía del P. Alessandro. Toma también contacto con San Pío de Pietralcina, que lo describe como "un sacerdote realmente según el corazón de Dios". En una ocasión, cuando recibió un grupo de peregrinos provenientes de Roma, padre Pío les dijo: "¿Vienen de Roma?, ¿y por qué vienen a mí? ¡Tienen un santo en la Escala Santa! ¡Vayan donde él!"

En efecto el sacerdote pasionista encuentra su destino pastoral final en el monasterio de la "Scala Sancta" ("Escalera Santa", Roma). La iglesia toma su nombre pues en ella está la escalera de 28 escalones -traída desde el pretorio del rey Herodes-, que CRISTO subió y bajó varias veces. La emperatriz Helena los hizo traer a Roma desde Tierra Santa, como otras reliquias de la Pasión.

El sello carismático de padre Cándido ciertamente tiene su origen en la práctica profunda de la oración. La oración del rosario es su fuente de fuerza.

Al paso del tiempo cada vez más personas lo eligen como director espiritual y confesor. Los fieles saben que el Padre tiene los dones de la profecía y los de la contemplación del corazón. De esta manera, puede descubrir de inmediato entre la multitud de personas que esperan frente a la puerta de la sacristía a las dos o tres personas que necesitan particularmente su ayuda. Se dedica a ellos en detalle, mientras hace esperar a las personas supersticiosas y adictas a los milagros.

Para el padre Cándido es importante que la persona en busca ayuda realmente busque a Dios como médico para su alma. Sus hermanos pasionistas señalan que el sacerdote, empático, se levanta en medio de la noche y realiza la adoración eucarística en la capilla. Al hacerlo, entrega al Señor presente corporalmente los lados oscuros de sus feligreses. Cándido se convierte así en un "canal abierto para la misericordia de Dios".

Nuestra Señora es su gran apoyo en su apostolado como exorcista. Probablemente también porque muchos de quienes acuden a él han recibido una gran ayuda en Loreto y Lourdes. Padre Cándido también hizo varias peregrinaciones al lugar de peregrinación mariana francés. En su libro sobre "El Misterio de María" (1971) escribe: "La Santísima Virgen es la primera en retirarnos de la tiranía del diablo sobre el mundo".

El Padre Cándido siempre proclama el amor inconmensurable que Dios tiene por sus criaturas. Él mismo lleva una vida penitente para testimoniar este mensaje. Varias veces ofrece su vida a Dios como expiación por otros y suele bendecir a quienes le visitan con esta oración: "Que el Señor Jesús esté siempre contigo. Él va delante de ti para guiarte, está detrás de ti para protegerte, habita en ti para guardarte, está por encima de ti para iluminarte. Amén".

Pasa muchas horas del día en el confesionario. Exhorta a sus hermanos a tratar siempre a los que acuden a confesarse con comprensión y consideración, para dar testimonio de la bondad paterna.

En el exorcismo, afirma devolver los corazones de los poseídos a la libertad de los hijos de Dios. En 1986, el padre Gabriele Amorth (libros: "Un exorcista cuenta", "Memorias de un exorcista") se convierte en estudiante de exorcismo del padre Cándido a petición del cardenal Poletti. 

Varias veces, el Vaticano incluso le pide a Cándido que viaje al extranjero para exorcismos particularmente difíciles. En el exorcismo en sí, siempre se adhiere a las oraciones dadas por el ritual. Además del agua bendita habitual, también usa el aceite consagrado. Después de un exorcismo exitoso, el sacerdote a menudo celebra la Santa Misa en la casa de la víctima y la bendice con agua bendita e incienso.

En el ocaso de su vida, las enfermedades aumentan. Especialmente por la noche, está plagado de dificultad para respirar y problemas cardíacos. Tiene que ser tratado en el hospital varias veces.

En su onomástico religioso, temprano en la mañana le pide a San Cándido que le dé un regalo. De hecho, el regalo celestial llega por la noche a las 10 p.m. Cierra los ojos para siempre ese día 22 de septiembre de 1992.

Después de que la tumba del sacerdote pasionista fuera lugar de peregrinación para el pueblo durante 20 años, sus restos humanos serían trasladados a la capilla de la Escalera Santa el 21 de marzo de 2012. El 13 de julio de 2012, se abrió la investigación diocesana para la causa de beatificación.

 

Oración por las gracias y por la glorificación del Siervo de Dios Padre Cándido Amantini, Pasionista

Recordamos, Señor, a tu siervo el padre Cándido, un sacerdote inmerso en tu pasión con la contemplación de ti en el misterio eucarístico y en los sufrimientos de los hombres. 

Quería imitar a Jesús, como el Buen Pastor, como el maestro y guía de las almas, devolviendo la esperanza a los corazones desanimados y beneficiando a los que estaban bajo el poder de las tinieblas y del maligno.

Que la Iglesia, Señor, coloque al padre Cándido sobre el candelabro para que la ilumine con
su ejemplo y la consuele con su intercesión también con la gracia que humildemente te pedimos...... en la confiada expectativa de que lo escucharéis y en la esperanza de que pronto será contado entre tus beatos. Amén.

(3 Gloria al Padre)