El día en que Riccardo dijo basta al placer mundano y decidió consagrarse a reparar el Corazón Inmaculado de María
"Quería mi bien y el de los demás, pero también deseaba disfrutar de los placeres de la vida, y quería que todo eso ocurriera en la mayor medida posible. Era como si viviera una vida de día y otra de noche, tratando de no dejarme nada por experimentar", confidencia este joven seminarista italiano.