Mientras que los datos y las estadísticas muestran que el número de personas que profesan ser cristianas está disminuyendo, en muchos países europeos aumenta el número de adultos que piden el bautismo. Boas Erez ha sido uno de ellos.
Su nombre es bien conocido en la escena académica suiza. Nacido en Chur en 1962, se graduó y recibió su doctorado de la Universidad de Ginebra, fue profesor asistente en la Universidad de Harvard (Estados Unidos), profesor titular de matemáticas en la Universidad de Burdeos (Francia), luego fue Rector en la Università della Svizzera Italiana y finalmente Rector de la Universidad de Lugano de 2016 a 2022.
Formado en la fe judía
Menos conocido por el público es su camino de fe que lo llevó a la conversión, recibiendo el bautismo a los 60 años, en la catedral de San Lorenzo de Lugano, el 8 de mayo de 2021. El suyo es un viaje interior del que habló por primera vez abiertamente en el último episodio de "Strada Regina", un programa religioso de RSI, la Radio y Televisión suiza de habla italiana (ver en el video de entrada).
Boas cuenta sobre su familia judía, con un padre "nacido en lo que ahora se llama Israel, antes de que existiera Israel", quien fue a estudiar a la Confederación Suiza; y una madre suiza que creció como protestante, pero conversa al judaísmo después del matrimonio. "Tal vez porque era así en la tradición judía", explica. "Fue mi madre quien se encargó de nuestra educación, pero siempre tuve la impresión de que lo hacía leyendo el manual, ya que no era algo que ella hubiera experimentado, por lo cual me pareció un poco abstracto, un poco forzado, no natural", confidencia.
Entre los recuerdos de su infancia, también estaba el de "amigos que tenían que ir a misa los sábados por la noche, e íbamos del campo al Sagrado Corazón, yo los acompañaba, así que también vivía la religión de esta manera".
Nadie esperaba su conversión
"El breve resumen de todo mi viaje", sincera Boas en el video, "es que dejé de resistirme a Dios. En cierto modo, siempre ha estado ahí en mi vida, ahí en el presente, a una distancia muy cercana; si tan solo lo hubiera escuchado, si tan solo hubiera prestado atención a lo que sucedía a mi alrededor". Al respecto, entre los muchos episodios que colaboraron a su conversión cita uno, el de un amigo que un día, durante un viaje en coche, le dijo: "Realmente espero morir antes que tú". Una frase enigmática, pero que implicaba el deseo de interceder, en el más allá, por el amigo no creyente.
"No creo que nadie lo esperara", dice el matemático sobre las reacciones a su conversión y añade: "De mis amigos judíos, algunos se sintieron traicionados, pero los que me aman al ver la tranquilidad de mi paso me acompañaron y me apoyaron".
Al finalizar la entrevista Boas Erez comparte una anécdota que para él tiene que ver con ese dejar de resistir… "Lo que buscaba era algo que leí en un folleto que encontré en una pequeña librería de Padua. Un folleto llamado algo así como Catecismo para los ignorantes educados (Notas sobre el Catecismo para los ignorantes educados por Pierre Riches), que en la contraportada decía: Dios es amor. Esa fue una de las tesis. Y es lo que quería verificar, porque me pareció una definición sorprendente".