por P. Miguel Manzanera, S.J es Director del Instituto
17 Diciembre de 2020Nos parece importante exponer un resumen de la vida de Santa Nazaria Ignacia March, todavía poco conocida, que marca un nuevo modelo de “mujer diaconisa”. Nació en Madrid, España, en 1889 en el seno de una familia católica con 18 hijos, aunque 8 murieron en edad temprana. A la edad de 9 años Nazaria, viviendo en el Colegio del Espíritu Santo en Sevilla, sintió la llamada del Señor: “Tú Nazaria sígueme”. Ella respondió: “Te seguiré Señor, lo más cerca que pueda una humana criatura”. A los 11 años confirmó esta promesa haciendo el voto de ser “un misionero jesuita” con un grupo de compañeras suyas que con oración y sacrificios apoyaban a las misiones.
Por problemas económicos su familia se trasladó a México en 1906. En el barco donde viajaban Nazaria conoció a las Hermanitas de los Ancianos Desamparados que le impresionaron por su sencillez, humildad y entrega a los pobres. Al llegar a México Nazaria se sintió llamada a ser religiosa y así lo hizo en 1908.
La enviaron a España para hacer el noviciado, emitiendo los votos religiosos en 1911. Al año siguiente regresó a México. Luego con otras 9 hermanitas fue destinada a la ciudad de Oruro en Bolivia. Allí se distinguió por su amor a Cristo y a la Iglesia y por su entrega a los pobres y anciano, llegando en 1924 a ofrecer su vida como víctima para la renovación de la Iglesia Boliviana.
Pero poco después Nazaria sintió que Jesús la llamaba para fundar una nueva congregación religiosa con la finalidad de unir y extender el Reino de Dios, juntamente con el Papa y los Obispos, dedicándose especialmente a las personas pobres. Con la venia del Internuncio en Bolivia y de los Obispos de Oruro y La Paz inició los trámites del nuevo instituto religioso con el nombre de Misioneras de la Cruzada Pontificia. Ellas, además de los tres votos de pobreza, castidad y obediencia, se comprometían al voto de obediencia al Papa.
Con sus compañeras Nazaria recorría suburbios, campos y campamentos mineros, anunciando el Evangelio con sencillez y promoviendo a la mujer dándole una formación académica y religiosa. También ayudó en Oruro a fundar el primer “Sindicato de Obreras” contra la explotación femenina. Las religiosas atendían a los soldados que llegaban heridos en la guerra entre Bolivia y Paraguay.
No faltaron personas enemigas que atacaron a Nazaria. Por envidia una compañera religiosa organizó contra ella una violenta manifestación en 1932 en Oruro. Sin embargo, esa mujer luego se convirtió y Nazaria la readmitió como compañera.
Más adelante estando en Madrid en 1936 durante la guerra civil, Nazaria y otras religiosas latinoamericanas fueron encarceladas por los milicianos y condenadas a muerte. Ella estaba feliz de dar su vida por Cristo y la Iglesia, pero el representante diplomático de Bolivia reclamó su libertad por ser boliviana y se la concedieron.
Nazaria viajó para establecer nuevas casas religiosas en Bolivia (Oruro, Cochabamba, La Paz, Potosí y Santa Cruz) y también en Argentina, Uruguay y España. Pero luego, consumida por un fuego interior, se enfermó en Buenos Aires y después de varios meses en la cama rodeada por sus hermanas religiosas falleció en 1943 a los 54 años de edad. Posteriormente, en 1972, sus restos fueron trasladados a la casa de las Cruzadas en Oruro, donde actualmente se conservan, siendo muy venerados.
En 1992 fue declarada Beata por el Papa Juan Pablo II y en 2018 Santa por el Papa Francisco Santa también en Roma. Su memoria litúrgica se celebra el 6 de julio. Aunque Nazaria nació en España, se venera en Bolivia como la primera santa orureña.
Las Misioneras Cruzadas de la Iglesia se han expandido en países latinoamericanos, europeos, africanos e indios. Nazaria fue precursora y promotora de la vocación de la mujer como misionera evangelizadora que ella deseaba vivir, si fuese permitido a la mujer, formando un nuevo sacerdocio, un nuevo apostolado o diaconado femenino.