Durante mi ministerio he conocido muchas familias que han deseado tener hijos, algunos de ellos con gran tenacidad después de muchas barreras, lograron adoptar un niño. Las exigencias para la adopción son tan engorrosas en muchos lugares y dejan también tantos vacíos legales respecto al derecho de todo niño a tener un padre y una madre. Así los chicos crecen esperando ser acogidos por una familia.
No hace mucho tiempo en una ciudad del sur de Chile, un policía junto con su esposa habían aceptado una bebé a su cuidado; pasó el tiempo y ellos la amaban como a una verdadera hija y ella les amaba como padre y madre; pero los funcionarios de la institución estatal encargada decidieron por las debilidades de la ley y la burocracia, arrebatarles a la pequeña. Gracias a Dios la cobertura noticiosa que tuvo el caso permitió a esta familia continuar unidos y así la niña pudo ejercer su derecho… a un papá y una mamá.
Leía una aberración en algún portal en estos días a propósito de la adopción de menores … Bueno, los embaucadores que no faltan en ningún tiempo y lugar hoy tienen tribuna. Se decía que era preferible para un niño ser criado por dos papás o dos mamás en lugar de que deambulase por las calles o permaneciere institucionalizado con los daños que ello conlleva (y el Estado calla). ¡Abusadores de los derechos de niñas y niños son quienes pretenden esto... o al menos ciegos! Porque unos y otros ven a los niños como objetos, cosificándolos al extremo como si fuesen juguetes para satisfacer la emotiva necesidad de un adulto.
Repito, con la razón de la sociología y psiquiatría pura que lo avala, pero también con la sabiduría de la religión, la fe y la obligación moral de la defensa de la verdad… ser adoptado por un padre y una madre idóneos es un derecho benéfico para todo niño o niña que espera una familia.
“Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios los creó, macho y hembra los creó. Dios los bendijo y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, poblad la tierra y sometedla…” (Gen.1, 27-28ª)… El cuarto mandamiento confirma la voluntad de Dios con respecto a la familia: Honra a tu padre y a tu madre… y Jesús le da fuerzas a este mandamiento y el apóstol enseña: "Hijos obedeced a vuestros padres en el Señor, porque esto es justo. “Honra a tu padre y a tu madre”, tal es el primer mandamiento que lleva consigo una promesa: “para que seas feliz y se prolongue tu vida sobre la tierra”. Por lo tanto una familia está constituida por un hombre y una mujer, disposición anterior al reconocimiento de la autoridad pública, esta relación se impone a ella. La familia es la imagen de Dios y en ese contexto deben crecer los hijos. Es ahí donde las figuras parentales pueden dar equilibrio y protección a sus hijos. Nuestros modelos y espejos son nuestros padres.
¡Detente Estado y líderes en tu ciega pretensión de apropiarte de un rol que es propio y natural de los padres! ¡Detente ciego que pretendes en virtud de lo que consideras tu derecho olvidar el superior -a un padre y una madre idóneos- de los niños y niñas!
Políticas que fortalezcan la familia son las que nuestros legisladores deben promover, no aquellas que son engendro de ideologías que debilitan al ser humano.
Oremos con fuerza para que nuestras sociedades sigan siendo cristianas y respeten la vida de quienes están por nacer y los que están por morir, con políticas que favorezcan la familia, donde los niños puedan crecer realmente sanos y felices junto a un papá y una mamá. ¡Bendiciones!