Mirar
Sí, primero los pobres, porque son los preferidos de Dios. Sí, porque Cristo, “siendo rico, se hizo pobre, para enriquecernos con su pobreza” (2 Cor 8,9). Sí, porque esa es la señal que comprueba la autenticidad del Mesías (cf Lc 7,21-22). Sí, porque ellos son los primeros bienaventurados (cf Mt 5,3; Lc 6,20). Sí, porque el Espíritu ungió a Jesús para “traer la Buena Nueva a los pobres” (Lc 4,18). Sí, porque ayudar a los pobres es el camino seguro para ir al cielo (cf Mt 25,35-45). Sí, porque fue la recomendación que hicieron los apóstoles a Pablo (cf Gál 2,10). Sí, porque “Dios escogió a los pobres de este mundo para hacerlos ricos en la fe... ¡Y ustedes los desprecian!” (Sant 2,5-6). Sí, porque la Virgen de Guadalupe escogió a un pobre indígena para hacerlo portador de su mensaje... Y podríamos agregar tantas otras razones para esta preferencia, que no es desprecio a otros, sino que es opción conforme a los criterios de Dios. Pero ¡ojo!, siempre y cuando esa opción preferente se haga por amor, no por otros intereses, no para usar a los pobres para la propia conveniencia. ¡Dios es amor! Y se demuestra que somos discípulos de Jesús, si nos amamos unos a otros como Él nos ha amado (cf Jn 13,34-35).
He conocido organizaciones no gubernamentales que se dedican a defender los pobres. Reciben grandes cantidades para sus programas, pero son ellos los que más se enriquecen, a costa de los pobres. Hay Judas que dicen preocuparse de los pobres, pero son ellos los que se benefician (cf Jn 12,4-6). Hay líderes que reparten dinero a los pobres, a los ancianos y minusválidos, a los jóvenes sin estudio, para que voten por ellos y por su partido. Tramposamente les aumentan las cantidades cuando se acercan las elecciones. ¡Eso es hipocresía y populismo inmoral! ¡Eso es demagogia! ¡Y es lamentable que mucha gente no se da cuenta de ello y sólo se fijan en quién les da más dinero, sin advertir el veneno que hay detrás!
Jesús es muy claro en esto y nos advierte: “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra que procede de Dios” (Mt 4,4). A quienes lo siguen sólo por el interés de que les dé alimento, les advierte: “Ustedes no me buscan por los signos que han visto, sino por el pan que comieron hasta saciarse. Preocúpense no por la comida de un día, sino por otra comida que permanece y con la cual uno tiene vida eterna. El Hijo del Hombre les da esta comida” (Jn 6,26-27). Muchos siguen a alguien sólo por el interés de lo que les regala, y no advierten los intereses perversos que hay detrás de tanto dizque amor por ellos.
Discernir
El Papa Francisco, en Fratelli tutti nos advierte:
“Hay un insano populismo cuando se convierte en la habilidad de alguien para cautivar en orden a instrumentalizar políticamente la cultura del pueblo, al servicio de su proyecto personal y de su perpetuación en el poder... Otra expresión de la degradación de un liderazgo popular es el inmediatismo. Se responde a exigencias populares en orden a garantizarse votos o aprobación, pero sin avanzar en una tarea ardua y constante que genere a las personas los recursos para su propio desarrollo, para que puedan sostener su vida con su esfuerzo y su creatividad”.
Actuar
Preocupémonos todos por los pobres, pero ayudemos sobre todo a los adultos mayores a discernir si el dinero que les dan es por justicia social, o por cínicos intereses electorales. Los gobiernos pasados también han dado ayuda a los pobres, pero ¡cuidado con quienes se aprovechan de su pobreza sólo para comprar su voto! Eso es indigno e inhumano. Reflexionemos.