Hay un gran número de testimonios de personas que describen este proceso desde su identidad heterosexual aunque no siempre estuvieron ahí. Estas personas, en un momento determinado de su vida, iniciaron este recorrido y lo finalizaron sabiéndose y viéndose a sí mismos heterosexuales. Ellos nos cuentan con su propio testimonio de vida que el cambio es posible y como lo han logrado a través de la terapia de cambio o reparativa.
Cada testimonio es un caso que tuvo su particular comienzo; unos iniciaron su recorrido después de “salir del armario”; otros después de vivir en silencio con dolor y rechazo; y otros tras muchas recaídas, ya cansados, debilitados y hastiados. Pero el denominador común a todos ellos fue el sentimiento de insatisfacción personal que permeaba sus vidas. Estas personas no aceptaron la resignación y la infelicidad en su vida. Fueron valientes y dieron un paso hacia adelante convencidos de que podían encontrar otra manera mejor de vivir.
No existe edad ni parámetros para una terapia de cambio.
Unos son niños llevados de la mano de sus padres, otros adolescentes dubitativos que quieren salir de su confusión o jóvenes que habiendo experimentado lo que inicialmente consistiría en “probar nuevas experiencias” o querer manifestarse como creían ser, la homosexualidad les resultó una experiencia hueca y conflictiva que les producía una gran confusión y vacio personal.
Otro grupo son personas casadas con o sin hijos, que por más que lo intentan no consiguen "borrar" su AMS; religiosos que luchan por vivir fielmente su castidad pero que viven una inclinación sexual que choca frontalmente con sus creencias y se hace incompatible e insufrible; por último otros más mayores que acaban de oír de la existencia de la terapia de cambio y se preguntan si no será demasiado tarde para ellos.
Para comenzar una terapia de cambio tienen que darse tres condiciones indispensables. Primeramente conocer que existe la posibilidad de cambiar y que esta posibilidad es real. Segundo, decidir libremente dejar atrás la homosexualidad. Y tercero, tomar la decisión y dar el paso definitivo.
La terapia de cambio no va dirigida solamente a personas creyentes, es para LA PERSONA ya sea católica, cristiana, judía, musulmana o atea. Cada persona puede iniciar este recorrido desde su realidad y lo vivirá según sus creencias personales.
Para aquellas personas que se plantean iniciar una terapia de cambio o reparativa me gustaría decirles que no tengan miedo. Es comprensible que emerjan sentimientos de duda, inseguridad, desconfianza, vergüenza, resignación y miedo antes de iniciar un camino desconocido. Para ello es importante identificar y entender algunos de los sentimientos más habituales en todos los casos con el propósito de gestionarlos más adecuadamente:
* Te sientes atrapado en una espiral; llevas tanto tiempo con estos sentimientos que no crees que nada ni nadie te pueda ayudar.
* Has perdido la esperanza de poder salir de ello.
* Has oído que naciste así y debes aceptarte cómo eres, y hasta que no te aceptes no serás feliz.
* No sabes si podrás completar el proceso. “¿Y si lo intento y no puedo?”.
* Algunas personas saben que eres homosexual, lesbiana o gay. Has experimentado el rechazo de muchos. Si cambias, temes que no te acepten en su ambiente.
* Te sientes incapaz de dejar a un lado tus círculos de amistad, tus contactos, tu ambiente conocido. No sabes si serás capaz de reunir la determinación y la fuerza suficiente para romper con hábitos adquiridos, quizás hábitos viciados.
* Te da vergüenza tener que contárselo a tus seres queridos, ya sea mujer/marido, pareja, obispo, etc. Llevas tanto tiempo manteniéndolo en secreto.
* Tienes miedo a lo desconocido, a sentirte solo.
* Te refugias creyendo que puedes fusionar dos identidades, manteniendo una vida a dos bandas, y al final no vives plenamente tu homosexualidad ni tu heterosexualidad. Y no hablo en términos sexuales sino de tu propia identidad.
Pues bien, ¡no tienes porqué vivir así! No hace falta que renuncies a vivir en paz, con serenidad, con autenticidad ante ti mismo y ante los demás. La terapia de cambio exige un compromiso firme por parte de quien decide dar el paso. Es y será un constante reclamo de esfuerzo, determinación y valentía que requiere de una firme convicción. Para ello la persona cuenta con múltiples puntos de apoyo, cada cual con una función específica y bien definida en los que podrás apoyarte durante todo el recorrido:
El terapeuta entabla una relación donde la comprensión -libre de prejuicios- la empatía, la escucha activa, el seguimiento cercano están presentes al igual que la exigencia y la aplicación metódica de esta terapia, siempre adaptándolo a las necesidades y a la situación concreta que vive cada persona.
Los mentores tienen la labor específica de caminar junto a la persona en el proceso aportando seguridad, amistad sana, disponibilidad y experiencia. Son un referente, un apoyo emocional. El mentor tiene que estar seguro en su masculinidad en el caso del hombre y de su femineidad en el caso de la mujer. Se recomienda tener varios mentores ya que cada uno le aportará cualidades y habilidades diferentes. Es de gran ayuda que alguno de los mentores haya pasado por la terapia anteriormente y dejado atrás su homosexualidad.
El grupo de apoyo es de vital importancia. Lo compone un grupo de personas que viven una experiencia similar que se enfrentan a situaciones parecidas. El grupo se reúne periódicamente en estricta confidencialidad para trabajar en la misma dirección. Esto es muy importante porque así los miembros del grupo se sienten estimulados, apoyados y comprendidos.
La confidencialidad es esencial en todo el proceso terapéutico y de apoyo. Todo este proceso se lleva siempre dentro de la más estricta confidencialidad de forma que la persona sabe que su identidad nunca es ni será desvelada.
Si estas interesado/a en formar parte de un grupo de apoyo - AMS en España, te puedes poner en contacto conmigo.
Si quieres conocer la terapia de cambio o tienes alguna pregunta o comentario puedes ponerte en contacto conmigo en:
[email protected], también atiendo por skype, previa petición.