Esta preciosa obra que hoy pongo (imagen superior) se titula Stasis, de Seb McKinnon. La había conocido hace algunos meses y me gustó mucho. Hoy decidí ver otras pinturas del mismo autor. Me sorprendió que uno de los temas que toca con cierta frecuencia en sus obras es la brujería.
Resulta llamativo que si, en otras épocas, el marxismo era el rey entre los intelectuales; hoy día el tema del esoterismo es una influencia subterránea nada despreciable. ¿Podrían las élites financieras y culturales de la sociedad del siglo XXI estar dominadas por corrientes de tipo satánico? Es preocupante la mera posibilidad de que algo así pudiera suceder. Desde luego muchos elementos de la corriente del gótico-oscuro no se reduce a la forma de vestir. Pululan demasiados elementos que acaban introduciendo a los jóvenes en prácticas ocultistas.
Muchas corrientes pugnan por el alma de la juventud de los países occidentales. Esta es una de ella y no de las más pequeñas. Veremos cuál predomina. El populismo es el peor peligro ahora, a corto plazo. Pero no podemos descartar que el populismo se pueda hibridar con este movimiento. El populismo a palo seco es aburrido, resulta soso. Para convertirse en un fenómeno de masas arrebatador precisa de una estética, de una mística, de algo que vaya más allá de “acabar con los ricos”.
Si esto ocurriera, y no digo que ocurra, el futuro del cristianismo en Europa se volvería todavía más difícil.