Señor director:
En un próximo paso, la ley de aborto se debe votar en la sala del Senado de la República de Chile. Es de esperar que la objeción de conciencia prevalezca y los senadores a favor de los derechos humanos no cedan a las presiones del gobierno que preside Michelle Bachelet; como ocurrió con el “caso SENAME” para eliminar un derecho fundamental.
Ya es bastante grave que en ambas cámaras del Parlamento se aprobara legislar en contra de la vida. Más grave aún será que se destruya todo el andamiaje de los derechos humanos garantizados en la Constitución – la cual no ha sido respetada – al legislar a favor de un proyecto que en la práctica consagra el aborto libre a todo evento, descarta a los hijos enfermos y permite al violador quedar inmune de toda sanción.
Es decir, un proyecto que en nada defiende a la mujer, la somete a la triste experiencia de tener que asesinar a su propio hijo con las graves consecuencias que tiene para ella y su entorno familiar, al ejecutar una acción anti humana. Y suprime la lex artis medica que permite actuar en conformidad al principio del doble efecto para salvar la vida de la mujer cuando peligra y sin tener que ejecutar acciones directas en contra del niño en gestación, pues no se busca su muerte ni en los fines y tampoco en la intención. Es decir, es una consecuencia no querida, ni buscada.