Señor director:
En los tiempos que vivimos se multiplican los vía crucis de tantas personas que sufren en el cuerpo y en el alma. Y de tantos que son llevados a la muerte por diferentes causas. Ellos son los que merecen una atención prioritaria. Sin embargo, parece que el mundo gira al revés.
En efecto, llama profundamente la atención que la sala del Senado de Chile aprobara por unanimidad una ley en favor de los animales y las plantas el miércoles 12 de abril recién pasado, pero rechazara salvaguardar la vida del niño que está por nacer aprobando legislar a favor del aborto.
Lo anterior es fiel reflejo de la cultura del descarte que prevalece contra la cultura del encuentro. Es la manifestación más clara de una sociedad que pierde su referencia con respecto a la verdad y queda atrapada en los slogans populistas de una pos-verdad.
Salvaguardar la creación (plantas y animales) pero al mismo tiempo destruir al hombre, es signo de una esquizofrenia casi colectiva.