En la víspera de los 500 años del inicio de la Reforma protestante, que dividió la Iglesia católica, Francisco viajó a Suecia para reunirse con los luteranos. Este gesto ha causado confusión: ¿el Papa aprueba esta separación? ¿el Pontífice honra a Lutero?
1. Noticias confusas. Francisco vistió Suecia, para celebrar los 50 años del diálogo ecuménico con los luteranos, no para festejar los 500 años de la Reforma. Es importante ver que las propias iglesias luteranas decidieron llamar “conmemoración” y no “festejo” a este quinto centenario.
Sin embargo, ante este viaje, varios medios utilizaron titulares que llevan a la confusión (seguramente sin mala intención), pues daban a entender que el Pontífice aprobaba el cisma. Por ejemplo, el diario La Capital (Buenos Aires) publicó: “El Papa viaja a Suecia para honrar a Lutero” (30 oct. 2016). El País (España) ofrece un análisis de J.G. Bedoya titulado “El papa Francisco, reivindica a Lutero, el ‘peor de los herejes’”(31 oct. 2016).
2. Dos momentos del ecumenismo. Por “ecumenismo” se entiende el diálogo entre cristianos de diversas confesiones (católicos, ortodoxos, luteranos, etc.) para buscar la unidad, que Jesús mismo puso como condición para que el mundo pueda creer en Él (cfr. Juan 17,21).
Este diálogo tiene dos momentos. Un doctrinal y otro práctico. Sobre el primero de ellos, hace 50 años se iniciaron una serie de encuentros entre católicos y luteranos, que tuvieron un momento culminante en 1999, con la firma de una Declaración conjunta sobre la Doctrina de la justificación.
En esa Declaración se deshicieron dos prejuicios. De los católicos hacia la postura luterana, la cual reduciría la gracia a una mera “cobertura” del pecado, que no sería capaz de cambiar verdaderamente las vidas de los pecadores. Y de los luteranos, hacia la doctrina católica de las “obras buenas”, que en la doctrina católica no son la “condición” para obtener la salvación, sino el fruto del don incondicional de la gracia de Cristo. (Cfr. G. Valente, 31 oct. 2016)
3. Entender el ecumenismo práctico que predica Francisco. El segundo momento del ecumenismo es la vía práctica. El Papa continúa con el camino de diálogo que abrió Juan Pablo II. El Pontífice polaco hacía notar que hay aspectos prácticos del cristianismo que nos unen a los católicos con los protestantes y los evangélicos.
Así, en el año 2000, san Juan Pablo destacó el “ecumenismo de la sangre”, es decir, que católicos y protestantes han recibido el martirio por ser fieles a Cristo, y que eso tiene el mismo valor y es una señal de unidad.
Ahora, Francisco ha pedido que los teólogos sigan dialogando para llegar a acuerdos doctrinales, pero que mientras hay que “trabajar por los pobres, por los perseguidos, por tanta gente, los prófugos, tanta gente que sufre” (26 jun. 2016). Esto ha sido llamado el “ecumenismo de la caridad” (A. Tornielli, 29 oct. 2016).
Por eso, en este encuentro ecuménico en el Malmö Arena, Francisco afirmó tanto para católicos como para luterano que es “una prioridad salir al encuentro de los desechados, (...) de los que son marginados de nuestro mundo, y hacer palpable la ternura y el amor misericordioso de Dios” (ACI, 31 oct. 2016)
Francisco es un gran “reformador”, pero no porque cambie la doctrina, sino porque recorre el camino de la unidad, buscando lo que nos une a católicos y protestantes en la práctica: tutelar las familias, ayudar a los refugiados, cuidar “la casa común”, etc.
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