Hace alrededor de dos años Emma abría su cuaderno de terapia con estos párrafos que podréis leer a continuación.
“¿Quién hay detrás de la terapia? ¿Qué tipo de persona decide dejar la homosexualidad? Esta es mi historia, sin maquillaje ni mentiras, sin falsedades… es mi vida. Mi nombre es Emma, tengo 27 años, soy española y estaba muy cansada de sentirme atraída por mujeres, de luchar contra lo que no soy. Nunca me he sentido muy cómoda con la palabra lesbiana y conozco de sobra las posibilidades del “mundo gay”. Las respeto pero no las quiero para mí. La opción de cambiar no tiene nada que ver con la homofobia.
Escuché hace años que cambiar no era algo bueno, que lo mejor era “salir del armario” y vivir según mis deseos sexuales. Esto me produjo mucho dolor y muchísima división interior. Soy demasiado rebelde para no valorar con claridad todas las opciones y sólo yo podía convencerme de dejar la atracción hacia el mismo sexo (AMS).
Busqué respuestas, y las obtuve…
Emma hoy cierra su cuaderno con la última entrada, pero antes quiero dar gracias a Emma por su generosidad al compartir su cuaderno plasmando sus luchas, dudas, victorias, por su entereza para hacer frente a situaciones que le dolían… porque no siempre es fácil este proceso de crecimiento.
Emma no se ha conformado con las migajas y la pobreza que se ofrece por ahí tan mezquinamente “acepta que eres así y calla”.
Como ella dice al final de esta página:
“Los que estamos aquí hemos decidido, libremente, optar por este camino”.
Porque son MUCHOS los que arrebatan esta libertad a vuestros amigos, a vuestros hijos.
Sin más introducción… GRACIAS EMMA!
¿De verdad se sale del AMS?
Sé que han pasado 4 meses desde la última página que escribí, pero ha sido un tiempo de mucho trabajo y de un no parar, aun así tenía pendiente esta página, tanto para vosotros como para mí. Estas últimas semanas he estado releyendo las otras páginas que escribí y otras notas que tenía de todo el proceso en el que he estado sumergida en estos dos últimos años, y a veces no me creo hasta donde he llegado. Mi primera duda, lo primero que le pregunté a Elena fue:
¿De verdad se puede dejar la atracción por el mismo sexo (AMS)? y su respuesta fue sí. Entonces, yo no la creía, pero he podido experimentar en mi propia piel lo que se siente al cambiar.
No es una cuestión de porcentajes, quiero decir, en términos de afectividad no puedo hablar sobre “es que antes era un 90% lesbiana, y un 10% heterosexual y ahora estoy en no sé qué otro porcentaje”. La vida no se puede medir así. Además de que la AMS no es un problema sexual, es el resultado de heridas profundas que hay que identificar y trabajar para que dejen de ser heridas. Sólo por volver a recordar algunas, yo no me sentía identificada con el sexo femenino, no tenía una buena relación con mis padres, sentía mucha envidia de otras mujeres, tenía un profundo sentimiento de inferioridad con respecto otras personas, tenía muchas inseguridades con respecto a los hombres, me obsesionaba con mis amigas, etc. Esto sólo por nombrar algunas de ellas. Ahora soy otra persona, he trabajado profundamente en todos estos aspectos.
También creo que no me he sentido sola en este proceso, y sí me sentía muy sola antes de darme cuenta de que hay otra solución a la que el “mundo gay” me estaba ofreciendo que era: “sal del armario”.
Muchos años de relaciones frustrantes, obsesivas, de vaivenes se han terminado. Me siento liberada, como si hubiese dejado un gran peso atrás.
Quería recalcar que no me he sentido sola porque encontré una terapeuta, en este caso Elena que me ha acompañado en todo momento y con la que me siento agradecida. También encontré una mujer con la que podía hablar tranquilamente y que ha sido mi mentora. Además, creo sinceramente que Dios siempre me lleva de su mano, y realmente creo que el día que encontré el blog de Elena fue una respuesta a mis oraciones.
Y ahora, ¿qué?, ¿qué va a pasar? Da un poco de vértigo entrar en terapia, sí, y también da un poco de vértigo salir. De repente, en algún momento sí me he sentido como que me faltaba algo, no por la terapia en sí, más bien porque creo que la AMS era una excusa mental que yo tenía para ciertos tipos de pensamientos autodestructivos o ciertos comportamientos. Es como si te acostumbrases a vivir con algo que no necesitas, por ejemplo, es como si fuese de noche y llevases gafas de sol. No las necesitas, no te hacen bien, pero te has acostumbrado a ellas. Pues lo mismo me pasaba cuando me di cuenta de que ya no era lesbiana. No fue de repente, en todo el proceso lo he ido descubriendo. Muchas veces conozco a chicas con las que hay mucha química entre nosotras (a nivel de amistad), pero no hay pensamientos del tipo: “debería acostarme con esta chica”, entonces me doy cuenta de que he cambiado y sonrío.
Supongo que muchos os estáis preguntando cómo es ahora mi relación con los hombres. Reconozco que no ha sido fácil trabajar este aspecto también. Necesitaba perdonarles, puede sonar presuntuoso por mi parte, lo que quiero decir es que necesitaba perdonar la imagen que tenía de ellos, necesitaba hacer las paces conmigo misma en relación con ellos. Creo que los había sacado de mi vida, es verdad que tengo un hermano y que tenía amigos, pero los había llevado a otro plano de mi vida.
También pensaba que para acabar la terapia y salir del AMS era necesario tener una relación con un chico. Tener un novio. Esa era mi mentira personal, porque si he solucionado el tema de la AMS ha sido para sentirme completa, y no emocionalmente dependiente de nadie más. Claro que me atraen los hombres y poco a poco me voy sintiendo más segura con ellos. Estoy abierta tener una relación con un hombre, cosa que antes me asustaba un poco.
Por ahora no hay nadie “especial” en mi vida. Supongo que yo al igual que el resto de las personas normalmente, pienso que para que una historia tenga final feliz necesita una historia de amor. Mi historia también es una historia de amor, aunque de momento no haya aparecido esa persona. Es una historia de amor porque si yo no hubiese aprendido a ver el amor que mis padres me tenían y tienen, si no hubiese encontrado a Elena, ni a mi mentora, ni hubiese aprendido a amarme bien a mí misma y si hubiese huido del amor de Dios siempre presente, todo esto no tendría sentido y posiblemente no habría ocurrido.
Me gustaría terminar con una frase de Víctor E. Frankl: “al ser humano se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas –la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino para decidir su propio camino.”
Cierro el cuaderno aquí, gracias por acompañarme, sé que muchos habéis rezado por mí, y os lo agradezco. Espero que la opción de entrar en terapia se vea como una opción válida y respetable. Los que estamos aquí hemos decidido, libremente, optar por este camino.
Elena Lorenzo Rego
[email protected]
Si quieres conocer más sobre la AMS no deseada y la terapia de cambio visita: LoSé