Termina este año 2015 con un altísimo saldo de dolor y muerte. Los grandes líderes mundiales exhortan a buscar la concordia y la reconciliación, pero… ¿realmente llegará la paz?
1. Balance doloroso. Este año que está por terminar nos deja recuerdos muy dolorosos: empezando por las atrocidades el Estado Islámico, y luego las guerras en Medio Oriente y en África, los atentados en París, junto con millares de víctimas de la narco-violencia en América Latina.
Pero este panorama negro no tiene la última palabra. Simultáneamente a los hechos bélicos, miles de ciudadanos y decenas de líderes ha hecho sentir su voz, pidiendo el fin de la violencia. Y miles de creyentes de diversas confesiones, cada día elevan sus plegarias pidiendo a Dios que nos traiga la paz.
2. El Papa Francisco, referente mundial de la paz. Cuando el cardenal Jorge Mario Bergoglio fue elegido Romano Pontífice, en marzo de 2013, escogió el nombre de Francisco y contó que lo había elegido, porque el santo de Asís había vivido pobre y había fomentado la paz.
Y esa aspiración inicial del Papa ha cobrado fuerza. Francisco ha denunciado que el mundo vive una “Tercera Guerra Mundial a trozos”, y ha promovido la paz en Siria, en Tierra Santa, en Ucrania y ha impulsado el proceso pacificador en Colombia.
Por eso, el Santo Padre recibirá el Premio Carlomagno 2016, que desde 1950 otorga la ciudad alemana de Aquisgrán a quienes defienden “los más altos valores humanos: la libertad, la humanidad y la paz, para ayudar a los pueblos oprimidos y marginados”. En 2004, Juan Pablo II recibió este galardón.
El vocero del Vaticano, el p. Federico Lombardi, explicó que el Santo Padre decidió aceptar este premio, “no tanto como algo otorgado a él mismo para honrarlo, sino como la ocasión de un nuevo mensaje de compromiso por la paz”.
Y añadió que es “un premio para la paz, una ocasión de oración para la paz, todos juntos, el Papa con todos los pueblos y las personas de buena voluntad que manifiesta el aliento, el deseo, el compromiso de construir la paz en el continente y también en todo el mundo.” (23 dic. 2015)
3. David Cameron: las raíces cristianas de la paz. En su mensaje de Navidad, el Primer Ministro del Reino Unido expresó que la Navidad celebra la paz, porque celebra “el nacimiento del único hijo de Dios, Jesucristo, el Príncipe de la Paz”.
Se trata de una confesión de fe religiosa cristiana, directa y explícita por parte del Premier británico, quien afirmó que “como un país cristiano, hay que recordar lo que representa su nacimiento [de Jesucristo]: la paz, la misericordia, la buena voluntad y, sobre todo, esperanza”.
Cameron también invitó a valorar “estas importantes raíces religiosas y los valores cristianos” que han hecho de Gran Bretaña “un hogar tan exitoso para las personas de todos los credos y para quienes no tienen ninguno”.
Por su parte, la Reina Isabel II en su mensaje navideño también hizo una referencia directa a Jesucristo, y recordó que “pese a haber sido desplazado y perseguido durante su corta vida, el mensaje invariable de Cristo no fue de venganza ni violencia sino, simplemente, de que deberíamos amarnos los unos a los otros.”
La violencia y el odio no tienen la última palabra sobre nuestro mundo. Tenemos grandes esperanzas de que la anhelada paz llegará, si ponemos nuestra mirada en Aquel que es Dios y que ha muerto y resucitado para vencer el mal. Por eso, es lógico que los grandes líderes mundiales invoquen a Jesucristo, porque sólo “Cristo es nuestra paz” (Efesios 2,14).
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