Dos videos virales sobre la venta de órganos de bebés abortados ha centrado la discusión en la legalidad de este comercio, cuando en realidad está en juego el fundamento de la legalización del aborto: si el feto es o no un ser un humano.
Los Hechos. Esos videos que muestran a dos importantes funcionarias de la Planned Parenthood Federation of America (PPFA) ofreciendo a la venta órganos de bebes abortados por “nacimiento parcial” en sus clínicas.
En el primer video, Deborah Nucatola, directora senior de Servicios Médicos de la PPFA, durante una comida con unos supuestos clientes (que son quienes la graban), admite que la PPFA vende diversas partes de los niños muertos. Incluso informa del precio, que oscila entre 30 y 100 dólares, según el tipo de órgano.
Nucatola describe con frialdad, mientras se come una ensalada, el escalofriante procedimiento abortivo para obtener los órganos sin destruirlos. Esta médico comenta además que el Departamento Legal de la PPFA es consciente de que cometen delitos, ya que la venta de partes del cuerpo de niños abortados está prohibida por la ley de Estados Unidos.
En el segundo video, aparece al inicio Cecile Richards, presidente de la PPFA, afirmando que “las acusaciones de que Planned Parenthood se beneficia en cualquier forma de las donaciones de ‘tejido’ no son ciertas”.
A continuación aparece Mary Gatter, presidente del consejo de directores médicos de PPFA regateando –sí, regateando– el precio que estaría dispuesta a aceptar por vender órganos de fetos abortados. Y, al final, Gatter termina con la pésima broma de que cobra caro porque “¡quiero un Lamborghini!”.
Reflexiones
Primera, al observar ambos videos, queda claro que la PPFA está involucrada en la venta ilegal de órganos extraídos de los bebes abortados. No se trata de un negocio de algún médico que trabaja para ellos, sino que intervienen en él altos directivos y el departamento jurídico lo sabe. La PPFA comete un delito.
Segunda consideración, la venta de esos órganos encierra una gran contradicción, pues para salvar a “otros” niños se despedaza a “este” niño. Sobre esto mismo, el Senador por Oklahoma, James Lankford, pronunció un discurso (también viral) en el Senado el 16 de julio.
El Senador hace ver que Nucatola maneja como argumento para justificar el aborto “que ese niño no es un niño, sino que es un feto, que es tejido”. Por eso, se justificaría su comercio: el feto “sólo es tejido, y corresponde a la madre decidir qué se hace con ese tejido. Y momentos después, se coge ese tejido y se vende porque son órganos humanos que sirven para investigación”.
Y luego Lankford muestra que ahí radica la inconsistencia del argumento: si vendes esos órganos es porque son humanos, no mero tejido. “¡No puedes decir en un determinado momento que no es un ser humano, y al momento siguiente venderlo porque los órganos humanos que hay en él sí lo son! ¡Es un ser humano en todo momento! No ha habido ningún momento en el que no fuese un niño, no ha habido ningún momento en el que no fuese humano”.
La razón humana puede nublarse de tal manera que puede justificar que un bebé sea destrozado vivo en seno materno y, peor aún, puede diseñar técnicas sofisticadas para obtener los órganos del bebe sin dañarlos.
Pero también la razón queda eclipsada cuando se considera que la FFPA cometió un delito por violar la ley que prohíbe el trágico de órganos, mientras que los miles de abortos que realiza no serían un crimen por estar permitidos por la ley.
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