Durante muchos días pudimos ver en las redes sociales una verdadera sicosis en imágenes y palabras que trastornaron la psiquis de miles de niños y adolescentes, que acceden libremente y sin juicio por parte de los adultos responsables, a información que circula en internet, provocando un impacto nocivo en muchos de ellos. Lo comprobé también pues a más de un pequeño asustado con el publicitado Charlie-Charlie hube de consolar y proteger.
Una estrategia publicitaria moderna utilizada en las redes para capturar la atención del público menudo que busca satisfacer su deseo de conocer y explorar el mundo que se les presenta por delante como novedad. Lamentablemente muchos de ellos, indefensos, en soledad y sin el acompañamiento de sus familias acusan un cierto abandono en el aprendizaje y en descubrimiento del mundo.
Una estrategia publicitaria que fue muy efectiva para promover una película del género de terror que lleva el nombre del mentado juego. Como el dicho popular lo menciona: “A río revuelto, ganancia de pescadores”. Esto sucede cuando las cosas no están claras y en este caso cuando los adultos hemos descuidado la formación espiritual de nuestros hijos y de las nuevas generaciones que crecen en confusión de ideas donde cada uno se ha crea una religión a su medida y se inventa un dios que satisfaga sus propios intereses.
El culto del “Yo” es lo característico de estos nuevos movimientos filosóficos pero un yo sin interacción con el otro que lo haga llegar al nosotros, donde la única relación se da en función con la utilidad que ese otro me pueda significar. Esto es producto de un materialismo brutal que solo busca convertir al ser humano en una cosa o en un objeto de consumo que pueda traducirse en dinero, sin importar lo que pueda sucederle al otro con mis conductas.
Veía hace pocos días fotografías de cristianos descuartizados, de animales utilizados en un festival en china donde son sometidos a verdaderas crueldades demoníacas. Denuncias por parte de un cardenal francés con respecto a la situación de oriente donde miles de seres humanos son torturados, muertos y comercializados como si fuesen objetos. ¿Y el mundo?... guarda silencio cómplice; las instituciones creadas para defender la paz y cultivar la humanidad entre los pueblos se han convertido hoy en organizaciones que han traicionado sus principios y negocian con la vida humana sin escrúpulos.
La estrategia publicitaria que seduce con el terror o el mal tiene algo de perversidad, considerando los efectos que puede provocar un fenómeno de esta naturaleza en las mentes frágiles de los niños y jóvenes, además de no hacerse cargo de las consecuencias. Perversa también porque quienes la crearon sabían perfectamente lo que podía suceder.
Desde el punto de vista de los efectos sicológicos, está el miedo, la angustia, alteraciones en el sueño, sicosis, etc. y desde el punto de vista espiritual los efectos también pueden ser desastrosos; considerando que el demonio no discrimina, sino que actúa cuando le abrimos las puertas y no pide permiso, ni tampoco le importa si es niño o adulto.
El demonio actúa como el viento: encuentra una rendija y entra invadiéndolo todo con su ser tóxico, contaminando el aire… y las consecuencias pueden ser hasta mortales. La sicosis puede llevar a las personas a cometer actos crueles y de muerte. Recuerdo la secta apocalíptica de la Guyana francesa en los años 70, cuando el Pastor Jones hizo que 600 personas de su Iglesia murieran después de consumir cianuro, donde los mismos adultos les dieron de beber a sus propios hijos; algo parecido con la secta daviniana en EE: UU y sin ir más lejos en Chile Antares de la luz que terminó sacrificando un bebé recién nacido y en la ciudad de Machalí en la sexta región de mi país, una familia terminó sacrificando una niña de siete años a instancias de un fanatismo ciego e ignorante. Sus protagonistas quedaron con heridas y cicatrices que les acompañarán toda su vida.
La manipulación de las masas es un crimen brutal de nuestro tiempo cuya arma más poderosa es la tecnología, medio que puede hacer tanto bien cuando es utilizada para servir al hombre y no para servirse de él. Charlie-Charlie se transformó en las redes sociales en un arma que asustó y confundió a muchos niños y adultos que por curiosidad llegaron ahí poniendo en práctica el principio perverso de la famosa Ouija; un juego que de inocente no tienen nada porque su fin es provocar la acción de espíritus que obviamente no son las almas de los muertos, sino como dice San Pablo: “Dominaciones, potestades y espíritus impuros que están en el espacio” (Ef. 12) que no se harán esperar para manifestarse si se les da la oportunidad.
Recuerdo las palabras de San Agustín: “El demonio es como un perro atado a una cadena”, mientras yo no me meta en su terreno no podrá hacerme daño, pero que no ose entrar en su espacio pues en ese momento él actuara con toda su furia contra el mismo que lo invocó. Además de que estamos asistiendo a una generación que niega la existencia de Dios, donde se le confunde con una energía que se diluye en el cosmos y que lucha en situación de igualdad pero antagónicamente con el mal que es visto como una energía negativa. Es curioso el fenómeno, pues al mismo tiempo aparece una generación muy supersticiosa, que provoca las fuerzas del mal y el ocultismo al que le rinde culto, podríamos decir que estamos asistiendo a un retroceso de la humanidad a un primitivismo donde los dioses eran el sol, el rayo, la luna, etc.… y que trae como consecuencia un desprecio por la vida del ser humano y un culto a las mascotas.
Cristo: es el Camino, la Verdad y Vida, quien se acoge a Él no se confunde y se salva del caos y de la muerte. La experiencia de la mujer adultera es un ejemplo que nos puede ayudar a comprender que solo El tiene Palabras de Vida Eterna, pues Dios es Amor y es el que salva de la muerte a esta mujer que lo busca en la desesperación que le genera la cercanía de la muerte a la que la conducen sus agresores y jueces. Ella teniendo la libertad que le da Jesús de irse no lo hace, se queda porque ya nada es más sublime que el Maestro que le ha dado nueva vida, la acogió y llenó sus vacios existenciales y la libera de la culpa y del pecado dándole un giro radical a su vida.
Nadie puede llenar tu vida con mayor plenitud que Nuestro Señor Jesucristo. En Él están todas respuestas a todas tus preguntas. Sólo Él te brinda paz, amor, sosiego. Cuando Cristo entra en tu casa te llena de alegría y te hace perder el miedo porque quien ve a Jesús ve al Padre y Dios, al Amor.