El párroco de Mariupol: "Los rusos no quieren dejar salir a la gente"

23 de abril de 2022

El padre Tomaszewski denuncia la situación en la ciudad ucraniana: "Durante toda la ocupación, los rusos nunca han permitido la entrada de un convoy humanitario".

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La batalla por la ciudad portuaria de Mariupol en Ucrania parece entrar en una fase crucial, con Moscú proclamando la victoria al declararla bajo su control -a excepción de la acería Azovstal- y el alcalde subrogante Sergij Orlav denunciando a Rainews24 que esto es una "verdadera mentira", asegurando que los rusos "ocupan temporalmente el 80% de la ciudad. Nuestra guardia nacional sigue resistiendo".

 

En este contexto la Agencia de Noticias católica SIR ha estado difundiendo las declaraciones del párroco de la ciudad, el padre Pavlo Tomaszewski. La preocupación del sacerdote, que adquiere carácter de una denuncia, es sobre todo por los civiles. "Si todos los civiles fueran evacuados, sería posible liberar la ciudad de los rusos sin problemas. Los rusos lo saben y por eso no quieren dejar salir a la gente", alerta.

 

Lo más urgente en estas horas, continúa el sacerdote, es garantizar la evacuación de los civiles a través de los corredores humanitarios. El viceprimer ministro ucraniano escribió en Telegram esta mañana, 22 de abril, que los corredores previstos para ayer habían fracasado, y que "debido al peligro en las rutas", tampoco habría corredores humanitarios en Ucrania hoy. Hasta ahora sólo han llegado a Zaporizhzhia unos 80 refugiados. De los más de 400.000 habitantes de Mariupol, unos 100.000 siguen en la ciudad bombardeada. En total, según datos de la ONU, 7,7 millones de personas se han desplazado internamente en Ucrania desde el comienzo de la invasión rusa el 24 de febrero, lo que equivale al 17% de la población; otros 5 millones han huido al extranjero.

 

Ahora está claro que el presidente ruso Putin quiere asediar a fondo a los militares atrincherados en la acería de Azovstal, que no tienen intención de rendirse. Así lo demuestran las declaraciones de Svyatoslav Palamar, subcomandante del batallón Azov, que junto con algunos marines del ejército ucraniano continúa la resistencia contra las tropas de Moscú. Entrevistado por la BBC, cuando se le preguntó cuántos ucranianos quedaban en el polígono industrial respondió: "Somos suficientes para repeler los ataques". En los pasajes subterráneos del dedo industrial, informó, hay cientos de civiles atrapados: "Aquí hay muertos y heridos. Algunos civiles están atrapados bajo los edificios derrumbados". Y entre los niños, añadió, hay algunos de apenas tres meses de edad.

 

 

"¿Cree que la gente corriente quiere permanecer en ese infierno?", preguntó el párroco de Mariupol (arriba en imagen). Y añadió: "Piénsalo. ¿Cómo puede irse la gente corriente? Se lanzan bombas todo el tiempo. ¿Iría con su hijo bajo las bombas? No dejan de disparar. No permiten que la gente pacífica y civilizada se vaya. Y a los que intentan escapar, los envían a un campo de ‘filtración’. Es un lugar horrible. Es un campo de concentración, como el de los alemanes".

El padre Tomaszewski dijo a SIR que "durante toda la ocupación de Mariupol, los rusos nunca permitieron que un convoy humanitario entrara en la ciudad. No han permitido que un solo autobús entre o salga de la ciudad. ¡Quieren que el regimiento Azov deponga las armas! ¡Esa gente en la planta de Azovstal ha estado allí desde el comienzo de la guerra! Y créanme, han estado bombardeando la planta de Azovstal todo el tiempo, sabiendo que hay civiles dentro. ¡Lanzan las bombas más grandes! ¡Disparan desde los barcos!"

 

En el análisis del sacerdote, los civiles están siendo "rehenes": "Si dejaran de disparar, si dejaran entrar a los autobuses en la ciudad para llevar a la gente, no habría ningún problema para llevar a la gente a la ciudad de Zaporizhzhya. Pero no lo hacen. Imagínese: para ir de la ciudad de Berdyansk a la de Zaporizhzhya, la gente pacífica tiene que pasar por 25 puestos de control rusos". Y habla de contactos con algunos que lograron escapar de Mariupol, como una mujer que sobrevivió al bombardeo en el teatro - "ella estaba allí, vio el horror".

 

En cuanto al futuro inmediato, añade: "No creo que nuestro ejército pueda mantener la ciudad durante mucho tiempo. Sin ayuda del exterior, es muy difícil. Es posible, pero muy difícil. Europa está dormida y la gente muere en nuestro país por ello. Los niños y las mujeres están muriendo. Lo digo sinceramente".

 

Mientras tanto, en un nuevo mensaje de vídeo, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenky, anunció que "desgraciadamente Rusia ha rechazado la propuesta de tregua para la Pascua" -que en el calendario juliano cae el domingo 24 de abril-, tal y como solicitaron ayer, una vez más, el papa Francisco y la Santa Sede, que se sumaron al llamamiento lanzado por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, de acuerdo con el jefe de la Iglesia greco-católica ucraniana, Shevchuk. En palabras de Zelensky, "esto demuestra lo mucho que los dirigentes de este Estado valoran la fe cristiana. Seguimos manteniendo la esperanza. La esperanza de la paz y de que la vida venza a la muerte".

 

 

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