En sus escritos, discursos y apariciones en innumerables programas de televisión y radio, Bill Donohue, presidente de la Liga Católica para los Derechos Religiosos y Civiles, doctor en Sociología por la Universidad de Nueva York, aborda muchos temas desde una perspectiva católica, así como a través del lente de la sociología. Entre sus libros más recientes se encuentran Why Catholicism Matters: Cómo las virtudes católicas pueden remodelar la sociedad en el siglo XXI (Image, 2018) y Common Sense Catholicism: Cómo resolver nuestra crisis cultural (Ignatius Press, 2019).
Su último libro es The Truth about Clergy Sexual Abuse: Clarifying the Facts and the Causes (Ignatius Press, 2021). En él, aporta su formación como sociólogo, católico fiel y observador, y sus décadas de experiencia en el análisis de temas de la Iglesia y del mundo. Aborda uno de los temas más difíciles de tratar, el de los abusos sexuales del clero.
"Donohue escribe con una combinación de intelecto penetrante y combatividad implacable", dice el padre Paul Sullins, profesor emérito de Sociología de la Universidad Católica de América. "Un punto fuerte del libro -señala el P. Sullins- es que presenta sus argumentos con un análisis competente de las ciencias sociales. Los hechos y las afirmaciones se citan extensamente y se evalúan juiciosamente, alcanzando altos niveles de erudición y fuentes."
Donohue habló recientemente con Catholic World Report sobre su último libro y sobre cómo los católicos pueden abordar el escándalo de los abusos sexuales del clero con claridad, contexto y propósito.
Catholic World Report: ¿Cuál fue la génesis del libro y cómo llegó a buen puerto?
He estado trabajando en este tema del escándalo de los abusos sexuales del clero en la Iglesia Católica durante un cuarto de siglo. He estado involucrado personalmente en diferentes asuntos y he sido entrevistado por los medios de comunicación. Tenemos un gran archivo aquí en la Liga Católica, así que decidí que había llegado el momento de aclarar las cosas.
Gran parte de la sabiduría convencional está equivocada. Ya sabes, a veces es sólo información errónea. La gente se equivoca. Otras veces es desinformación. En otras palabras, es una distorsión. Es intencional. Ha habido algunos libros bastante buenos sobre el tema, pero no escritos por un científico social claramente ... tratando de ver la amplitud de toda la cuestión y no sólo quién era responsable de ella. Así que pensé que había llegado el momento. Quería decir algo. Estaba dentro de mí y decidí: "Vamos". Es el momento oportuno.
El subtítulo es "Aclarar los hechos y las causas del escándalo de los abusos". ¿Analiza la desinformación, el malentendido? ¿Qué es exactamente lo que hay que aclarar?
No hay duda de que los medios de comunicación han convencido al público. Yo lo llamo el envenenamiento de la mente del público. Han convencido al público, y también a muchos católicos, de que el escándalo continúa. De hecho, el escándalo ha terminado en gran parte y ha terminado desde hace aproximadamente medio siglo. El peor daño que se hizo en la Iglesia Católica con los sacerdotes abusadores, casi todos homosexuales, se hizo entre mediados de los años 60 y mediados de los 80.
Todavía tenemos casos de ello aquí y allá. Lo que se suele ver en los medios de comunicación son informes de un caso antiguo, pero muchas veces la gente no lee más allá del titular. Y si lo hacen, descubren que esto se remonta a 1963, 1971, 1985. Y, por cierto, no se molestan en decir que casi todos los sacerdotes abusadores están muertos o han sido expulsados del ministerio. La idea de que los sacerdotes andan por ahí buscando niños es simplemente una mentira, y es una mentira viciosa. Así que quería aclarar eso.
La otra cosa es que hemos hecho un tremendo progreso. Hemos bajado a un solo dígito en cuanto al número medio de acusaciones fundamentadas contra aproximadamente 50.000 miembros del clero. No hay ninguna organización en los Estados Unidos, secular o religiosa, que tenga un mejor historial hoy en día en el mantenimiento de la seguridad de los menores que la Iglesia Católica.
Sí, bajamos la guardia, sobre todo en los años setenta. Fue una década terrible, terrible. Y la Iglesia merece ser criticada por lo que ocurrió entonces. Pero también, si vamos a ser justos, tenemos que dar crédito a quien lo merece: las reformas de Dallas, así como muchas otras reformas que se estaban llevando a cabo. Hemos hecho enormes progresos y estoy muy orgulloso de ello. La Iglesia católica ha dado un giro de 180 grados en este asunto.
¿Por qué cree que la percepción pública es que el problema de los abusos sexuales a menores reside principalmente en la Iglesia Católica? La gente oye hablar de abusos sexuales a menores y piensa en los sacerdotes. ¿A qué se debe esto?
Esa es la percepción. Bueno, en realidad no es difícil para mí entenderlo en este momento. Como alguien que tiene un doctorado en sociología sé que la Iglesia católica es odiada por los militantes seculares dentro de las organizaciones activistas, muchas de ellas legales, sin fines de lucro, y grandes segmentos de los medios de comunicación, en grandes segmentos de la educación (particularmente en la educación superior), así como en otros sectores.
Y la razón es que vivimos en una sociedad obsesionada con el sexo. No es la Iglesia Católica la que está obsesionada con el sexo. Son los militantes laicos los que lo están. No quieren ninguna restricción en nada de lo que hacen, sin importar cuántas personas han terminado con ETS y en la tumba como resultado de la práctica del libertinismo (libertad con licencia, sin ninguna restricción). Parece que nunca aprenden.
La Iglesia Católica -como nuestros amigos judíos, y para el caso, los mormones y los musulmanes, los protestantes evangélicos- todos estamos de acuerdo con una idea de reticencia sexual, de una ética sexual que enfatiza la restricción. Y que el matrimonio y la sexualidad deben ser contraídos por un hombre y una mujer, un hombre y una mujer biológicos. Y que otras formas de sexualidad no son realmente bien aceptadas. Vivimos en una sociedad actual en la que las tres palabras más temidas de la lengua inglesa son "Thou shalt not..."
Así que cuando ven malas noticias sobre la Iglesia Católica, van a bombearlas. No quieren dejarlo pasar. Quieren convencer al público de que el escándalo nunca terminará porque quieren debilitar la voz moral de la Iglesia Católica. Y después de hacer eso, irán tras los judíos ortodoxos, los protestantes evangélicos, los mormones y los musulmanes y todos los demás que estén de acuerdo con una comprensión más tradicional de la moral sexual. Por eso está ocurriendo esto.
¿Qué espera que los lectores se lleven del libro? ¿Cuál cree que será el efecto duradero del libro?
Espero que la gente llegue a la conclusión de que se les ha dado mucha información errónea, que la sabiduría convencional ha estado equivocada, que sientan un suspiro de alivio, sabiendo que, sí, sabemos que hemos tenido un escándalo, pero que no somos los dueños de este asunto. Nos han mentido.
Los abusos sexuales tienen lugar en todas partes. Quiero que se den cuenta del tremendo progreso que hemos hecho y de por qué no se reconoce porque los medios de comunicación tienen un interés ideológico, al igual que los abogados, en mantener este asunto en la mente de la gente. Y espero se den cuenta de que, si no fuera por los homosexuales agresores, no habríamos tenido este problema en primer lugar.
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