El filme "October Baby" recrea su vida

Gianna fue abortada, pero sobrevivió para contarlo

15 de agosto de 2013

Madre Teresa de Calcuta le dedicó significativas palabras a una mujer quien vive para ser la voz de millones que, a diferencia de ella, no tuvieron ni tienen la posibilidad de sobrevivir al aborto.

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Para quienes promueven y dictan leyes pro aborto o se lucran con el asesinato de seres humanos en el vientre materno, el nombre de Gianna Jessen es una piedra en el zapato. Por su experiencia y capacidad de perdón, es una destacada portavoz en la defensa de los valores que promueven la protección de la vida desde su concepción.
 
Como sobreviviente de un aborto, que conoció y perdonó a su madre biológica, Gianna tiene la autoridad para hablar sobre este holocausto y abrir los ojos a quienes aún creen que en las primeras semanas de vida somos sólo un montoncito de células.
 
En un video (ver al final) promovido esta semana por LifeNews.com, la misma protagonista nos cuenta que fue envenenada y quemada en el vientre materno mediante una solución salina. Sentencia de muerte que en muchos países se aplica como aborto terapéutico y de la cual ella extraordinariamente se salvó.
 
"Si el aborto se trata de los derechos de las mujeres -denuncia Gianna en ese video-, entonces ¿cuáles eran los míos? No había una feminista radical de pie y gritando acerca de cómo se estaban violando mis derechos ese día. De hecho, mi vida se estaba extinguiendo en nombre de los derechos de las mujeres."
 
La falta de oxígeno por envenenamiento provocó en ella una parálisis cerebral que en opinión de los médicos la dejarían poco más que vegetal. Fue lo que su madre adoptiva le contaría años después. Hoy, una de las secuelas visibles de esa parálisis cerebral iniciada por la agresión en el vientre materno, es una leve cojera. Pero esto jamás ha sido obstáculo para que Gianna emprendiera su misión pro vida confiada en la misericordia de Dios. "¡Él es el Creador, Él me dio la vida!", afirma rotunda.
 
Uno de los momentos más temidos por los abortistas llegó cuando en la primavera de 1986 Gianna habló ante el Subcomité de Constitución del Congreso de Estados Unidos en la ciudad de Washington D.C. Ya antes, con catorce años, había hecho algo similar ante un Comité similar en California, siendo objetos de burlas y abucheos que la dejaron temblorosa y al borde del llanto. Ante el Congreso de la nación estaba serena y firme…
 
"Mi nombre es Gianna Jessen. Tengo 19 años de edad. Soy originaria de California pero ahora vivo en la ciudad de Franklin, en Tennessee. Soy adoptada (…). Mi madre biológica  -prosiguió- tenía 17 años y 7 meses y medio de embarazo cuando decidió abortarme por el proceso de inyección salina. Yo soy la persona que ella abortó. Viví en vez de morir". Estas fueron parte de las impactantes palabras que ese día Gianna pronunció.
 
Desde entonces ha continuado convocando con su testimonio la reflexión, en especial de aquellos que tienen en su decisión el poder de legislar para proteger o condenar la vida. Así el año 2008 ante el Parlamento australiano señaló… "He sobrevivido para poder agitar un poco las cosas, y tengo tiempo para continuar haciéndolo…".
 
Esas palabras han sido cumplidas a cabalidad por Jessen, pues su vida ha inspirado libros, decenas de artículos en medios de comunicación e incluso en 2011 el film “October Baby” que intentando ser coherente con el contenido de la historia, afirma en su publicidad que: “Los productores… destinan el 10% de las ganancias al Fondo Every Life is Beautiful que financia proyectos de apoyo a mujeres que viven situaciones de crisis por su embarazo, otros que financian agencias de adopción y a quienes cuidan a huérfanos”. Son parte de los frutos que la historia de Gianna va generando como señal de los valores que ella hoy continúa defendiendo desde la iniciativa “Apostolado por la vida”.
 
Tal es la fuerza del testimonio de esta mujer que con valentía –según publicó Vatican Insider el 2012- ha declarado estar incluso “agradecida” por su parálisis cerebral. “Pues me consiente depender verdaderamente solo de Jesús para todo. Estoy contenta de estar viva. Estuve casi muerta. Todos los días doy gracias a Dios por la vida. No me considero un subproducto de la concepción, un pedazo de tejido ni otro de los nombres que se dan a los niños en el útero. No creo que ninguna persona concebida sea ninguna de esas cosas”.
 
Dios –diría Madre Teresa de Calcuta al conocer su historia, señala la misma publicación- está usando a Gianna para recordarle al mundo que cada ser humano es precioso para Él”.



 

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