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Adicción a las drogas y al sexo no derrotaron a Ludovic: "Dios es mucho más fuerte que las fuerzas del mal"

Un sueño, el encuentro con un sacerdote y el sacramento de la reconciliación cambiarían el curso de su vida.

por Portaluz

21 Octubre de 2019

Desde Francia y a través de un video publicado en Youtube (ver al final), Ludovic inicia su relato reconociendo haber llevado una vida carente de sentido por demasiado tiempo; que se expresaba -puntualiza- en tener varias parejas sexuales y un consumo cotidiano de drogas por casi dos años y medio. Pero no estaba del todo ciego y en su corazón abrigaba la esperanza de lograr “algo mejor, concreto”, para su existencia.

Hubo un tiempo en que lo normal era ir de una historia amorosa a otra. Pronto comprendió que estaba vivía en círculos, sin proyección alguna. “Ir en círculos te succiona. Por eso tomé drogas, porque iba en círculos”.Una visión luminosa del bautismo

Fue así como la decepción derivó en depresión y estando en su punto anímico más bajo, tuvo una experiencia significativa. “Un día estando de regreso en casa, deprimido, volví a consumir lo que no debía (droga) y me provocó sueño. En el sueño ocurrió una revelación: tuve una visión luminosa de mi bautismo...”.

A pesar de su escaza formación en la fe y casi nulo vínculo cotidiano con Dios, Ludovic se aferró a la percepción positiva que esta ensoñación reveladora le daba. “me había estado preguntando como podría cambiar lo que vivía y entonces me dije: ¡Ya está!, dado que estoy bautizado, ¡serás Tú Jesús quien me salve! Acto seguido me pregunté: Y... ¿cómo sucederá de forma concreta esto?”

“Mi alma se abrió”

La respuesta no tardaría en recibirla cuando poco después, dice, algunas “buenas personas” le presentaron a un sacerdote. No tendría que explicar mucho para sentirse acogido... “El día que fui a verlo, no sabía lo que iba a pasar, estaba muy estresado, inmerso en una oscuridad bastante terrible. No sabía si podría hablar con él y salir de ese estado... pero todo sucedió de forma natural. Abrí mi corazón y mi alma se abrió. Dios es mucho más fuerte que las fuerzas del mal. En concreto fue el día de mi confesión”.

Tras recibir el sacramento Ludovic comenzaría una “transformación física y psicológica”, señala. Sintiéndose un hombre nuevo le invadió la emoción y afirma haber estado “cinco días” llorando. “Sentí su misericordia. Jesús vino a buscarme, a través de este sacerdote. Me ayudó a echar raíces, a estar más cerca de la gente. Estaba lejos, disperso. Ahora vivo orientado hacia Cristo”, relata.

En cuanto a su adicción a las drogas ha tenido algunas recaídas puntuales, pero ya suma poco más de dos años sin consumir. “Jesús entró en mi vida de una manera admirable. Nunca más me alejaré de Él. Es mi amigo de por vida”.