Consuelo, una apasionada “María del Sagrario” en Andalucía: “Suscitar en el corazón de los niños la Adoración Eucarística”

07 de junio de 2024

Las “Marías del Sagrario” viven para la adoración perpetua de Cristo Eucaristía inspiradas en el carisma de san Manuel González, conocido como el obispo de los sagrarios abandonados. “Jesús está vivo en el sagrario por amor a ti”.

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Nacida en Hornachuelos, Córdoba (1961) y feligresa de la Parroquia Santa María de la Asunción de Mairena del Alcor, Consuelo Fuentes García es la presidenta de la Unión Eucarística Reparadora (UNER) de la Archidiócesis de Sevilla desde el 2006. “Esta vocación la conocí con las hermanas Misioneras Eucarísticas de Nazaret, que venían a mi parroquia a impartir formación eucarística”, cuenta esta fiel adoradora al portal del Arzobispado de Sevilla, que es también esposa, madre y abuela. "Mis pilares de la fe son Jesucristo vivo en la Eucaristía y la Santísima Virgen", destaca.

 

Sobre la vivencia de su fe Consuelo afirma que intenta tener presente siempre a Jesús y a su madre del Cielo para poder llevarlos a los demás. "Como regla de vida, procuro que todas las personas que me rodean se encuentren con Jesús, por eso, me pregunto siempre ante cada acontecimiento Si esta persona fuera Jesús mismo, ¿cómo la trataría? Eso me ayuda a vivir más en su presencia diariamente".

 

Marías del Sagrario

 

 

Sobre la UNER, esta andaluza (arriba en imagen junto a un detalle de la Virgen y Cristo Eucaristía) explica que es una rama laical de la congregación de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret. Son mujeres que se hacen llamar "Marías del Sagrario", y los hombres, "discípulos de San Juan". Pero también forman parte los niños y jóvenes eucarísticos reparadores y una rama de mujeres solteras o viudas que se consagran como laicas y son las llamadas Misioneras Seglares de Nazaret. Todos los perfiles viven el carisma de san Manuel González, conocido como el obispo de los sagrarios abandonados.

 

Las Marías del Sagrario viven para la adoración perpetua de Cristo Eucaristía cuenta Consuelo y confidencia... "Tengo el propósito de ir a misa cada día para vivir del alimento del Cielo y, además, tengo días dedicados para estar con el Señor ante el sagrario, concretamente los martes y jueves, con unas horas fijas".

 

Consuelo prosigue explicando que ha experimentado la inmensa fuente de gracias que reporta la Adoración Eucarística. El Dios Uno y Trino que por amor se ha quedado con la humanidad, como Rey misericordioso de la vida, corazón que late al ritmo de la eternidad en la Sagrada Hostia expuesta, milagro de amor a la vista de todos. Al respecto esta feligresa española cree que para vincularse al carisma de acompañamiento al Señor Jesús en el sagrario lo primero es "amarlo profundamente, procurarle compañía y que te duela su abandono. Tienes que formarte y conocer ese abandono que solo a través del trato con Jesús experimentas. Él está vivo en el sagrario por amor a ti y nosotros los hombres somos desagradecidos a tanto amor", señala con evidente emoción.

 

¡Niños y jóvenes adoradores!

 

 

Las Misioneras Eucarísticas de Nazaret acuden a las parroquias que lo deseen formando a las personas que quieran escuchar hablar de este carisma. "También organizamos peregrinaciones eucarísticas donde visitamos sitios religiosos y damos a conocer esta forma de hacer presente al Señor a las personas que viajan con nosotros por esos caminos de la vida".

 

En relación con los encuentros eucarísticos, las "Marías del Sagrario" de la Parroquia la Asunción del Señor se reúnen para recibir formación una vez al mes, y todos los jueves del año organizan de forma comunitaria una exposición del Señor a las seis y media de la tarde, rezan vísperas, reflexionan sobre los padres de la Iglesia y leen textos de san Manuel González.

 

Consuelo, como catequista de post confirmación, destaca la importancia de "suscitar en el corazón de los niños y jóvenes, no el cumplimiento, sino la necesidad de adorar y amar al Señor Jesús en el sagrario. Esa hambre espiritual se va logrando, teniendo cercanía e intimidad con el Señor frente al sagrario. Todas las etapas de catequesis deben pasar por el sagrario. Hay muchísimo que hacer, muchísimo. Los niños deben pasar frente al Señor expuesto y saber que está allí, hay que educarlos y enseñarlos con amor", reitera.

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