por Portaluz. Ana Beatriz Becerra.
21 Diciembre de 2018“Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos”, advierte el Señor Jesús, según citan los evangelios.
Es esta promesa la que ha inspirado desde los primeros tiempos del cristianismo una querida devoción de los creyentes a Jesús Niño. Al paso de los años santas y santos que confiaban al Divino Niño sus vidas, difundieron esta devoción. Santa Teresa de Jesús, San Antonio de Padua, San Cayetano, San Juan de la Cruz, San Francisco, Santa Clara o San Pío de Pietrelcina, entre muchos otros.La huella del Niño
Santa Teresa de Jesús en cada fundación carmelitana que realizó dio especial relevancia a esta devoción. Fue precisamente ella -cuenta la tradición- quien legó la imagen que se venera en la iglesia Kostel Panny Marie Vít?zné - Santa María la Victoria, en Praga (República Checa) ... conocida en el mundo entero, como “el Niño Jesús de Praga”. Característica por estar bendiciendo con mano derecha y sostener un globo, que representa al universo, en su mano izquierda.Este conocido vínculo de amor se expresa también en una historia carmelitana que se cuenta hasta nuestros días. Estando la Madre Teresa en el Monasterio de la Encarnación (Ávila, España) bajaba un día por las escaleras cuando se encontró de improviso con un hermoso niño que le sonreía. Ella sin entender qué hacía ese pequeño allí en el convento le preguntó: «¿Y tú quién eres?» Interrogante que el niño, dice, le respondió con otra pregunta: «¿Y quién eres tú?». Y entonces Madre Teresa le habló: «Yo soy Teresa de Jesús». En ese instante el niño con una sonrisa que iluminó su rostro le dijo: «Pues, yo soy Jesús de Teresa».
Luego, en 1636, una experiencia mística que Dios regaló a la monja carmelita Margarita Parigot -hoy conocida como la venerable Margarita del Santísimo Sacramento- dio nuevos bríos a la expansión de esta devoción. Estaba en el monasterio carmelita de Beaune (Francia) cuando tuvo una visión de Cristo quien le dijo: “Todo lo que quieras pedir, pídemelo por los méritos de mi infancia, y nada te será negado”.Y el Divino Niño hizo hogar en Colombia
Hace cerca de 80 años el empeño pastoral del sacerdote italiano Juan del Rizzo, permitió que los fieles en Colombia abrazaran con particular ardor espiritual y masivamente la devoción al Niño Jesús. “El padre Juan del Rizzo consiguió esta imagen muy tierna, en la cual está con los brazos abiertos, de manera sencilla. Mirándola todos se sienten acogidos”, dice a Portaluz el padre Gregorio Ureña Castellanos, administrador parroquial del Santuario del Divino Niño del 20 de julio en Bogotá (Colombia). Al respecto del nombre, padre Gregorio explica que se le llama “del 20 de julio, porque este era el nombre de la localidad donde esta ubicada la parroquia”.
Desde su origen y hasta nuestros días el Santuario genera diversos frutos de caridad que despliegan los devotos “Amigos del Niño Jesús”. Con el padre Juan, hace 80 años, repartían chocolate y pan a los niños pobres; hoy los devotos que acuden al Santuario sostienen una diversidad de obras que benefician a la comunidad. Vivienda, salud, alimentación, educación, por nombrar algunas áreas. Solo “en servicios de odontología por ejemplo”, señala padre Gregorio, pudieron invertir “53 mil dólares” en 2017. Los colombianos están orgullosos de expresar su amor al Divino Niño, continúa el sacerdote, “tenemos el plan padrino para educación; en la escuela de capacitación laboral hay talleres de mecánica, electricidad, electrónica, costura básica; también el año pasado entregamos más de 18 mil mercados (canastas de alimentos) a personas y también a 176 instituciones”, resume el sacerdote.La voz de los testigos
Rosalba Ramírez, feligrés de Fusagasugá, cuenta a Portaluz que agradece “el milagro del Divino Niño” a su esposo cuando fue atacado... “A él lo hirieron de bala en la cadera, pasó derecho por la columna y se salvó por milagro de Dios y del Divino Niño; desde entonces yo lo visito muy frecuentemente, le traemos mercaditos (alimentos) porque ese es uno de los compromisos que uno adquiere con el Divino Niño; ayudar a la parroquia para que ellos también puedan ayudar a la gente más necesitada” cuenta Rosalba.
Las cerca de 30 mil personas que en un domingo normal visitan en Bogotá el Santuario del Divino Niño, transparentan con fe sus intenciones; y son de toda índole. Como las de Lucy María Banquez, proveniente del Choco, quien confidencia que le ha confiado su corazón al Divino Niño, sus temores y esperanzas. Tras 11 años sin ver a su prometido, dice, en julio fue al pueblo y él le pidió matrimonio. Está nerviosa por el futuro, pero confiada al Divino Niño “... me regreso a Candí Choco a casarme con él”, afirma.Novenas que alegran al Divino NiñoComo todos los devotos Lucy transmite la feliz convicción de su fe y también el padre Gregorio (imagen adjunta), quien no pierde tiempo y pronto nos reitera la importancia de realizar las Novenas para alegrar el corazón del Divino Niño...
“Tenemos 3 clases de novenas, la novena de los primeros domingos de cada mes que empieza del primer domingo de enero y termina en la primera fiesta el primer domingo de septiembre, y es como el proceso de la vida. También los 3 primeros domingos de cada mes, ya vísperas a la fiesta que empieza por ahí en junio. Finalmente, los 9 domingos antes de la fiesta que para nosotros es septiembre. Como parte del acercamiento los feligreses van haciendo la novena el primer domingo, el segundo domingo deben confesarse, el tercer domingo deben compartir algún mercado, el cuarto domingo deben leer algún libro de buenas lecturas y así por el estilo. La gente viene a hacer las novenas por curiosidad y quedan enganchados, en el buen sentido de la palabra y ya no vienen solo a hacer la novena, sino que siguen viniendo domingo a domingo” comenta con gozo el sacerdote.
La vida sacramental fluye viva en este Santuario. Un promedio de 80 bautizos mensuales; eucaristías cada hora los días domingo iniciando a las cinco de la mañana y hasta el atardecer, a las 19 PM. Cinco sacerdotes confesando en simultáneo a un promedio de 1000 personas cada día. Cifras que aproximan el misterio de la fe, el amor al Hijo de Dios.
“Al niño Jesús -finaliza padre Gregorio- no hay que hacerle promesas porque le cumple a uno, yo tengo un testimonio y quiero compartirlo en esta entrevista. Me empeñé hace 3 años por cambiar un ambiente de un patio cubierto y tuve muchas dificultades a nivel de la alcaldía porque es un conjunto patrimonial, no era posible. Hicimos estudios y le pedí al Niño Jesús en una Eucaristía un lunes a las 6 am; me fui, me arrodillé media hora, le hice una promesa... y a eso de las 5 de la tarde del mismo lunes ya tenía reunidos en una mesa de trabajo al director de patrimonio de la ciudad, al ingeniero, al arquitecto, al abogado y a mi jefe para que finalmente le diéramos vía libre. Yo quedé muy agradecido, pero voy a decir algo: quedé comprometido con el Niño Jesús. Así es que, reflexionen bien las promesas que hagan, porque el Niño Jesús si le cumple”.