Al menos dos veces por semana Michele confiesa en la calle: “Viene gente que se fue a sectas satánicas, mafiosos…”

21 de enero de 2022

“Llevan mucho dolor por dentro. Sienten el dolor de estos años porque esta emergencia sanitaria ha provocado divisiones, angustias y soledades. Y Dios es una respuesta”.

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El sacerdote Michele Madonna, párroco en Nápoles (Italia) de la parroquia Santa María di Montesanto se toma muy en serio la afirmación de Jesús "no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores"; pues al menos dos veces por semana sale a buscar a esos pecadores por las calles, para que se reconcilien con Dios.

 

Su testimonio recogido por los portales  Napoli Today, Avennire, Il Mattino y traducido en crónica de Religión en Libertad, es una valiosa experiencia que Portaluz te invita a conocer.

 

La pobreza más grande, "no tener a Dios"

 

 

¿Por qué ha decidido este párroco protagonizar esta acción tan peculiar? "Lo hago por dos motivos: en el Evangelio Jesús pide evangelizar, ir al pueblo, y también porque el Papa Francisco habla de un ‘hospital de campaña’. Como salen las ambulancias a llevar a los enfermos, yo también quiero salir al encuentro de la gente porque pienso que hoy la pobreza más grande es no tener a Dios", explica el sacerdote.

 

Este párroco, cuya iniciativa ha llamado la atención en toda la ciudad, afirma convencido que ha notado que las personas con las que se encuentra a diario "llevan mucho dolor por dentro. Sienten el dolor de estos años porque esta emergencia sanitaria ha provocado divisiones, angustias y soledades. Y Dios es una respuesta".

 

El padre Michele no comparte el eslogan de instituciones públicas y gobiernos como el "Salimos más fuertes" de España, por ejemplo. "No ha habido una mejora, esto es algo que se puede ver. Se debe a que la soledad ha aumentado, al igual que la división. Noto un gran cierre. Nápoles es una ciudad preciosa, los napolitanos son fantásticos y uno de los carismas de los habitantes de esta ciudad es su hospitalidad. Todos en Nápoles están contentos porque son acogidos y ahora no veo esto: hay un miedo muy grande".

 

Con respecto a la iniciativa pastoral que le ha llevado a salir en los medios, el párroco napolitano cuenta al diario Avennire que las sucesivas olas en la pandemia "están alejando a la gente de los sacramentos. Cada vez menos personas van a la iglesia para asistir a misa y acercarse al sacramento de la penitencia".

 

Pero al salir a la calle a confesar ha visto la urgencia que hay por mostrar a Dios. "Cuando bajo a la calle a confesar noto la necesidad de Dios en la gente, nunca tengo un minuto libre cuando estoy allí: muchos sienten al verme la necesidad de acercarse al Sacramento. Ha venido gente que se había unido a sectas satánicas, miembros de la Camorra… He visto a gente perdonando de corazón a los asesinos de sus padres…", relata el padre Michele Madonna.

 

Tal y como recoge Il Mattino, la presencia del sacerdote en la calle ataviado con las vestiduras litúrgicas va más allá de la administración de los sacramentos. Está suponiendo una "presencia tranquilizadora" en un momento de gran tensión. Las personas se paran, le saludan e incluso hablan con él varios minutos para comentarle sus inquietudes.

 

"Los fieles nos necesitan"

 

 

"Sentado en esa silla, esperando para confesar a mis feligreses, noté que la gente se me acercaba y me hablaba como si me conocieran de siempre. Me sonreían como lo hubieran hecho con un amigo, estaban tranquilos, a pesar del Covid, al menos durante unos minutos, parecía ser un miedo menos inminente de lo habitual", señala.

 

El padre Michele insiste en que "los fieles nos necesitan (a los sacerdotes), deben sentirse tranquilizados por nuestra presencia: no podemos abandonarlos cuando deberíamos ser indispensables".

 

Reconoce que es una situación muy compleja y que la pandemia puede ser "un fuerte golpe a la fe".

 

"Si seguimos así, me temo que en los próximos meses la fuga de las parroquias estará destinada a aumentar: los sacerdotes debemos hacer todo lo que podamos, en la medida de lo posible, para que esto no suceda", afirma.

 

De este convencimiento le surgió esta peculiar idea de confesar en la calle. Este párroco napolitano afirma que en ningún momento ha parado las actividades, aunque no ha vulnerado las normas. En su opinión, "hay que seguir adelante, con cautela y cumpliendo las reglas, pero sin parar y sin miedo. Cuando me di cuenta de que confesar fuera de la iglesia sería más seguro para todos, no dudé en hacerlo".

 

Pero en la parroquia no sólo él ha salido a la calle. Las redes sociales han sido potenciadas, aunque advierte que nunca podrán sustituir a la presencialidad en la parroquia. Pero además, el numeroso grupo de jóvenes sale a las calles a evangelizar y protagoniza pequeños teatros en las plazas donde relatan distintos episodios bíblicos. Mientras tanto, todo se sostiene con una potente adoración perpetua, donde los parroquianos rezan 24 horas, 7 días a la semana, 365 días al año, ante el Santísimo Sacramento.

 

 

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