Aunque Latinoamérica continúa siendo un bastión de la fe católica pues allí se encuentra el 41% de los católicos del mundo, las estadísticas de diversas entidades privadas (Pew Research Center y Latinobarómetro, entre otros) y públicas (datos censales de gobiernos) coinciden en señalar que, desde la década de los setenta hasta hoy, en algunos países de la región desciende bajo el 50% el número de personas que se declara católico.
Al respecto de esta realidad el portal italiano La Nuova Bussola Quotidiana entrevistó a Rodrigo Guerra López, secretario de la Comisión Pontificia para América Latina, quien destacó que la piedad popular y la devoción a la Santísima Virgen María han sido factores mitigadores para evitar un peor escenario.
Asimismo, Guerra López advierte que la pérdida de fieles no es un fenómeno homogéneo. “Hay países con pérdida de fieles muy aceleradas, como Brasil o el caso chileno, en donde si uno analiza la adscripción a la iglesia católica en los últimos 15 años, tenemos una caída vertical. Para nadie es un secreto que los casos de abuso sexual que se dieron en este país han hecho que muchas personas, si bien siguen creyendo, se retiren de la cercanía con la iglesia católica de manera institucional”. destacó.
Y en los otros países, ¿cómo interpretar este fenómeno?
No debe ser interpretado a la luz de las teorías clásicas de la secularización, muy de corte europeo, que afirman que la educación nos aleja de las creencias religiosas. Al contrario, justamente el clima postmoderno en el que nos encontramos nos muestra lo que los sociólogos llaman el reencantamiento del mundo, es decir el que realmente el ser humano es un ser que tiende a creer… Lo que, sí es importante reconocer es que muchas personas quedan desencantadas y se alejan de la fe católica cuando no encuentran una experiencia afectiva y comunitaria que los acoja, cuando no encuentran por ejemplo un modo de vida que combine dos cosas, misericordia y al mismo tiempo una propuesta clara de transformación de la propia vida. Por eso, hoy vemos fugas por ejemplo hacia los pentecostales, que por una parte tienen muy claro el momento emotivo de la experiencia cristiana y lo usan como metodología muchas veces de proselitismo; y, por otra parte, curiosamente, estas misma aflicciones de tipo pentecostal son sumamente conservadoras en algunos temas, ya sea de moral, y políticamente se les inscriben en ambiente de derecha o ultraderecha, lo que muestra que las personas están buscando tener experiencias más profundas en la vida afectiva y comunitaria, que les permita abandonar tal vez viejas costumbres problemáticas.
Al parecer, la pérdida de fieles no tiene nada que ver con una necesidad de búsqueda de espacios más liberales como se pudiera pensar…
El Cardenal Joseph Ratzinger, antes de ser elegido Benedito XVI, dio una importante conferencia aquí en Roma, con motivo de la presentación de un libro sobre San Agustín y la política, y dijo que el problema más grave que enfrenta la iglesia católica en la actualidad no es el aborto, no es el proselitismo de las sectas, es el moralismo. ¿Qué significa? que existen tendencias al interior de la iglesia, siempre han existido, que reducen el Evangelio, reducen la buena noticia de Jesucristo, a solo un conjunto de normas a lo mejor correctísimas, pero sin su nexo con la persona de Jesucristo. Y cuando solamente afirmamos la moral cristiana sin Cristo, resulta agobiante.
Sin embargo, la confianza en la Iglesia permanece sobre el 60% en la región
¿Por qué en otros países como México no tenemos una drástica pérdida de fieles como en Brasil o Chile?
En México, de acuerdo con los resultados del recientísimo censo 2020, también hay una pérdida de adscripción a la iglesia católica, pero de medio punto porcentual cada año. Esto significa que sí hay un deterioro, pero no es pronunciado. Y en México también hemos tenido graves casos de abuso sexual, como el de Marcial Maciel; por lo que podríamos haber imaginado que se presentaría un fenómeno parecido al chileno y no se presentó. La repuesta la podemos encontrar en un estudio que han presentado dos sociólogas a finales del año pasado en la revista Nexos, en donde descubren que no son las estrategias pastorales de los Obispos las que mantienen la adscripción a la iglesia católica, sino que el deterioro es mitigado por la piedad popular, en este caso por la Virgen de Guadalupe.
Entonces, ¿se rompió la conexión entre la Fe de las personas y la Iglesia católica en América Latina?
Tu pregunta es muy buena porque, justamente, el Papa Francisco, atento a que también hay algo que hacer de nuestra parte, escribió Evangelii Gaudium para afirmar que necesitamos renovar la frescura y la espiritualidad de nuestros métodos de evangelización. Muchas veces hemos querido sustituir la fuerza que de por sí tiene el Evangelio, con marketing, con propagandas, con métodos de proselitismos ajenos a la lógica del Evangelio, que una y otra vez fracasan.
Y esta caída de fieles ocurre justo cuando por primera vez en la historia tenemos un pontífice de origen latinoamericano…
Tal vez lo que tenemos que mirar es que el Papa Francisco providencialmente es latinoamericano, conoce estas realidades de frente, nunca las oculta. El Pontífice es sumamente resistente a ocultar los datos que nos ofrece la realidad, habla de ellos con transparencia. Por eso, Evangelii Gaudium es la gran denuncia que hace el propio Papa Francisco de que necesitamos regresar realmente a un cristianismo más auténtico, más sencillo, porque muchas veces las cosas que se nos han ido adhiriendo en el camino de la historia de la Iglesia y que parecen muy ortodoxas, muchas veces dificultan el anuncio vigoroso del cristianismo en el contexto actual. Por eso, nos insiste mucho en que, en vez de atemorizarnos, avergonzarnos o esconder esto, debemos recibirlo como una fuerte llamada de atención y tomar la decisión de una vez por todas de abandonar las formas del clericalismo que tanto daño han generado al interior de la Iglesia y han deformado el verdadero rostro del cristianismo y que es necesario corregir urgentemente.
Fuente: LNBQ