La pandemia del coronavirus, que ahora preocupa a todo el mundo, no sólo está siendo aprovechada por los sanadores y gurús de las pseudoterapias, que se presentan con sus pseudo soluciones “alternativas” o “naturales” al virus que está dejando cientos de miles de afectados en muchos países y una cantidad importante de muertos, que crecen día a día. Además, es un momento propicio para las sectas, ya sean grandes o pequeñas, porque la situación global contribuye a la visión dualista de la realidad en la que los líderes adoctrinan a sus adeptos: la maldad del mundo exterior y la bondad del propio grupo.
Más aún: la situación irracional de temor que se está desarrollando en algunos lugares contribuye a crear una sensación de inseguridad que refuerza la necesidad de pertenecer a una realidad que permanezca firme en medio de las incertidumbres. En el caso de que sean sectas de origen cristiano, en cuya doctrina tenga una importancia central el elemento apocalíptico, no hay duda de que el Covid-19 se presentará como una señal de que estamos viviendo los últimos tiempos. Pero también los grupos New Age y esotéricos tendrán su propia explicación para lo que está sucediendo.
El ejemplo de un gurú español: Miyo
Alguien que ha hecho públicas sus reflexiones sobre el coronavirus es el español Emilio Fiel (ver en imagen adjunta), líder de una secta de la década de los 80 llamada “Comunidad del Arco Iris”, reconvertida después en la Escuela Chrisgaia y que ha pasado del orientalismo a una orientación sincretista New Age con elementos chamánicos. El mismo gurú se hace llamar ahora Miyo, y tiene una palabra sobre cualquier aspecto de la vida, algo a lo que prestan mucha atención sus seguidores.
Dice Miyo que “se trata de un virus de laboratorio” y que, por tanto, “no es mortal”. Lo que verdaderamente es peligroso es “el pánico que están generando los medios y las decisiones políticas de la oscuridad para hacer descender la frecuencia vibratoria de la humanidad que se estaba elevando progresivamente hacia una conciencia más global y evolutiva”.
Como suele suceder, cobra importancia la explicación conspiranoica del gurú. En primer lugar, con una vertiente social y hasta geopolítica: “¿qué hay detrás de este asunto? Se está tratando de limitar el libre movimiento de las personas, de fortalecer el poder del estado y el control de los datos personales, además de bloquear el crecimiento económico de China”, afirma Miyo.
¿Solución? El pranayama yóguico
Pero su interpretación paranoica va más allá, al subrayar afirmaciones de índole espiritual y esotérico: “Es una acción conducida por la oscuridad para evitar el proceso de ascensión individual y planetaria en el que estamos inmersos”. Y no sólo eso: también propone su personal solución para el coronavirus: “¿Qué podemos hacer como defensa? Hacer pranayama yóguico todos los días (respiración de fuego, bastrika o fuelle, pero aún mejor kriyas de kundalini yoga en el canal central)”, además de otras recomendaciones más comunes como hacer ejercicio, pasear y tranquilizarse.
Como es natural en una visión New Age, que presupone la divinidad de todos los seres, Emilio Fiel llama a “activar diariamente su envoltura luminosa y realizar decretos desde la Presencia Yo Soy para mantener la perfección de nuestro cuerpo y la defensa contra toda fuerza negativa o depredadora”, y recomienda “mantener elevada la frecuencia del corazón”.
El gurú, que firma estos mensajes como Miyoji, se refiere en alguna ocasión a que asistimos a un “ensayo general del Apocalipsis”, habla de “la purificación por el Fuego” y asegura que con sus propuestas de sanación –entre otras, los ejercicios de respiración, el “fuego violeta”, la meditación, los decretos– “hemos evitado mucho tipo de gripes… a lo largo de varios decenios con mucho éxito”, ya que son “prácticas que defienden impecablemente nuestra integridad biológica mejor que ninguna medicina”.
Enviar amor y conciencia al virus
Porque el planteamiento alternativo de este líder sectario es claro: “el mundo no está regido por la química razonada sino por la Conciencia”, y por tanto “al virus hay que enviarle amor y conciencia para que eleve su frecuencia, él también está desorientado y no comprende la situación… Solo así disminuirá sus efectos mortíferos y finalmente será erradicado de nuestra vida”.
Además, Emilio Fiel afirma que hay personas que pueden estar totalmente tranquilas ante la pandemia, ya que “en un organismo oxigenado y alcalino (añádele un toque de alegría) nunca habrá problemas de contagio y las defensas estarán a pleno rendimiento”. O, dicho con otras palabras: “alguien en contacto con la naturaleza, feliz y enamorado, no puede ser contagiado”, un discurso parecido al de otros gurús y pseudoterapeutas.
Algo más terrible sucederá en 2020
Es entonces cuando viene la profecía que infunde temor a los seguidores del gurú: “aunque pronto llegue la calma del Coronavirus, el tiempo de bonanza no durará ni un par de meses porque un suceso global pondrá de nuevo la vida humana patas arriba, una Tormenta de gran magnitud está por llegar al planeta (mucho más poderosa que esta distracción [el coronavirus] que estamos tratando) hacia el fin de la primavera o en medio del verano”.
Como siempre, el anuncio de algo negativo –que puede producir un lógico temor– se complementa con una lectura positiva… siempre que se viva según la forma dictada por el gurú, que asegura: “los grandes cambios prometidos para el 2020 tendrán lugar transformando definitivamente nuestras vidas”.
Y anuncia: “muy atentos a las fechas que van desde el día de hoy [10 de marzo] hasta dentro de cuatro meses, en la fecha que se celebra el día del señor Santiago”, aludiendo así al 25 de julio, fiesta de este apóstol (que ocupa un lugar importante en las doctrinas de la secta, aunque sin un sentido cristiano). ¿Atentos a qué?, podemos preguntar. Y el gurú da la clave: “se acercan muchas sorpresas inesperadas y también grandes regalos a quienes no pierdan la calma en medio de la histeria general”.
Refuerzo de la manipulación sectaria
En momentos de inseguridad personal y social, muchas personas necesitan asideros, algo a lo que agarrarse... Están deseando que haya una solución fácil y directa. Y, sobre todo, si hay cualquier tipo de idea conspiranoica (por ejemplo, que el virus ha sido creado y difundido por alguien con algún interés), es muy fácil aportar una solución mágica, basada en un conocimiento especial de la realidad.
Los líderes sectarios se creen especiales, seres superiores con unas cualidades especiales, y así se lo inculcan a los seguidores. Son muy hábiles para “demostrar” que lo que dicen los gobiernos y los médicos es falso y forma parte de una conspiración, y ellos son los únicos veraces y altruistas benefactores de la humanidad
A menudo el objetivo último no es el económico, como a veces se dice. Los gurús quieren compartir y difundir su propio delirio mesiánico, y lo hacen sometiendo a sus adeptos a su capricho. No hay que olvidar que las sectas son un fenómeno de poder sobre los individuos.
La reflexión de un superviviente
Ante esta situación, hemos dialogado con una persona -cuyo anonimato resguardamos- que perteneció durante 7 años a una pequeña secta en España. Nos explica que en estos casos, dentro de las sectas es común que “el hecho de que se haya cumplido (supuestamente) la predicción de la catástrofe anunciada por el gurú generará una confianza extraordinaria en el adepto hacia el gurú”.
Después de haber salido de la secta, este superviviente comenta que allí “se nos avisó y se nos preparó y se nos entrenó para el famoso fin del mundo… iba a llegar un momento en el que se iba a terminar el mundo tal y como lo habíamos conocido”. Por ello, a la luz de todo lo que vivió, contemplando la crisis actual del coronavirus, advierte del “peligro de que todos esos gurús ahora se sientan autoafirmados y reforzados, y que esta situación les pueda servir para darle validez al mensaje y para provocar que se acentúa la fe que los miembros de los grupos tienen sobre los gurús”.
Y no sólo esto: según el ex adepto español, “la confianza es la base para que el gurú pueda comenzar el proceso de manipulación que puede desencadenar, por ejemplo, en abuso sexual. Cuando el adepto confía plenamente en el gurú, es cuando puede comenzar el abuso sexual o cualquier otro tipo de abuso. ¿Cómo va a engañarte alguien en quien confías plenamente?”.
Entonces… ¿es cierto que tal o cual gurú acertó en su predicción? No, por supuesto que no. Estos “profetas de calamidades” (utilizando la expresión de san Juan XXIII) acostumbran a anunciar una y otra vez catástrofes, desgracias y sucesivos fines del mundo. Así ha pasado en los testigos de Jehová, por ejemplo, y en otras muchas sectas, que han dado sus fechas “especiales”. De tanto predecir sucesos, alguna vez tiene que pasar algo. Como dice el ex adepto entrevistado: “al final aciertan por cansancio”.