Periodista de la RAI criticada por su devoción: "Nunca me quitaré el Rosario, la Madonna forma parte de mi vida"
"Jesús me sujetó por los pelos. Estaba tan desesperada que incluso había empezado a frecuentar reuniones de budistas intentando encontrar allí la paz". Es el testimonio de fe de la periodista de la Rai Marina Nalesso, presentadora de los noticieros Tg1 y Tg y desde el pasado 18 de noviembre portavoz del ministro de Cultura Gennaro Sangiuliano, ofrecido en una amplia entrevista del semanario Maria con te, en los quioscos de Italia a partir del jueves 8 de diciembre. Marina también relata el por qué no renunciará a las cuentas del rosario que lleva con orgullo y convicción al cuello, incluso cuando se ha visto abrumada por la polémica por llevarlas ante las cámaras.
Era 2016, ella presentaba su primer telediario en la RAI. El rosario de la polémica volvió a la palestra en 2019 y, más recientemente, a finales de octubre de este año. Siempre la misma historia. Cuando Marina Nalesso aparece en Tg2 con su rosario, comienza un carrusel de ataques en las redes sociales, de comentarios más y menos politizados, todo el mundo opina. Al otro lado está ella. No retrocede ni un milímetro y explica a Maria con te: "Nunca, nunca me lo quito y no tengo intención de hacerlo en el futuro. Nunca se me ha pasado por la cabeza, ni por un segundo, quitármelo o esconderlo antes de salir al aire. ¿Por qué iba a hacerlo? Habla de mi amor por María y Jesús. De vez en cuando se enteran de que llevo el rosario colgado del cuello y vuelve a estallar la polémica, pero estoy absolutamente serena. La Virgen ha entrado en mi vida de la mano de mi despertar interior. A menudo le pido que me dé fuerzas para no actuar por impulso, para no tomar represalias contra las acciones de los demás, especialmente en circunstancias de agresión o prevaricación".
La periodista relata también su agitado camino de conversión: "Tras el encuentro con padre Antonio, el capellán de la RAI, otro encuentro vino a cambiar mi vida, esta vez definitivamente -dice-. Una amiga me invitó a su cena de cumpleaños y allí conocí a otro sacerdote, joven y franco, con el que hablé durante horas. Un diálogo esclarecedor, deslumbrante me atrevería a decir, pues me abrió de par en par las puertas de la fe y del amor a Cristo. Es como si, de la nada, mi corazón, mi cerebro se abrieran y, del mismo modo, empezara a sentir la necesidad de ir a la iglesia, de rezar, de ir a misa todos los días. Ahora si no lo hago, me siento mal: tengo que ir a misa, aunque sea por la mañana temprano antes de ir a trabajar. Si no me encontrara con Jesús cada día, no podría vivir".
Tras este proceso, también floreció su devoción mariana: "María vino de la mano de un creciente deseo de compartir, de rezar junto a alguien. Y el vacío se llenó, una vez más, gracias al encuentro con una persona consagrada: un fraile franciscano, el padre Cristoforo Amanzi, fundador de una comunidad, la Fraternidad Franciscana que lleva el nombre de María Madre de la Reconciliación y de la Paz, cuya espiritualidad abracé plenamente. Gracias a ellos, a los hermanos y hermanas que forman parte de ella, después de Jesús descubrí a María...".
Por último, revela que su "lugar del corazón" es Medjugorje: "Es mi segunda casa. Fui allí por primera vez en 2007 con padre Antonio, el capellán de la RAI, y vuelvo cada vez que puedo, también porque mi fraternidad, a la que pertenezco como laica, tiene allí una casa de espiritualidad".