Pérez Guadalupe, quien firmó como ministro la nacionalización peruana de Prevost, traza el perfil personal del nuevo Papa León XIV
Los católicos de todo el mundo celebran con alegría la elección de un nuevo Papa en la persona del cardenal estadounidense Robert Francis Prevost, que ha tomado como nuevo nombre el de León XIV. Sin embargo, es bien sabido que una buena parte de su vida la ha pasado como religioso agustino y misionero en Perú, primero como sacerdote y más tarde como obispo.
En Portaluz hemos podido recabar con toda rapidez unas declaraciones a vuelapluma de José Luis Pérez Guadalupe, que tuvo ocasión de conocer a monseñor Prevost en Perú. Nacido en 1965, doctor en Ciencias Políticas y Sociología, licenciado en Teología y licenciado en Educación, Pérez Guadalupe desarrolla ahora su actividad docente como profesor investigador de la Universidad del Pacífico.
Sin embargo, su trayectoria ha sido mucho más amplia, y ha ido mucho más allá del ámbito académico. Eclesialmente, fue el director de la Comisión de Pastoral Social de la Diócesis de Chosica durante 12 años, y director del Instituto de Teología Pastoral "Fray Martín". Después dedicó varios años al servicio público, como presidente del Instituto Nacional Penitenciario. Y durante el gobierno de Ollanta Humala fue su último ministro del Interior. Por eso agradecemos que nos haya atendido desde su residencia en Lima, agradeciendo estas declaraciones exclusivas.
Agustino de formación y misionero por vocación
Pérez Guadalupe arranca de forma directa: "¿Lo que yo he conocido de él? Que es una persona muy cercana. Él, como actitud pastoral, nada de protocolos, y de apariencia hasta tímida", resume. Lo recuerda como alguien "muy reflexivo: escuchaba más que hablaba. Y risueño también".
No puede evitar la comparación con el pontífice anterior. "Yo decía que Francisco era un Papa de dos mundos -el europeo y el latinoamericano-, y éste para mí es más bien un Papa de tres mundos: desde su Chicago natal, con ancestros europeos, estudió en Roma y vino 40 años al Perú como misionero, regresando a Roma para trabajar en la Curia".
En cuanto a su etapa peruana, destaca que "él comienza en la diócesis de Chulucanas, que es una diócesis chiquita, rural, a varias horas de la costa. Como agustino de formación y misionero por vocación. Después va a Trujillo, a la diócesis de Trujillo, y se dedica a la formación, y regresa a Estados Unidos, desde donde volverá ya como obispo".
Cuando Prevost se hizo peruano... con su firma
Ahora es cuando se le iluminan los ojos especialmente a José Luis Pérez Guadalupe. "Y ahí es cuando yo lo conocí", expresa. ¿Qué sucedió? Es el momento de la anécdota que en las últimas horas se ha hecho, para él, inolvidable. "Como curiosidad, el Concordato indica que si un extranjero es nombrado obispo en Perú tiene que nacionalizarse (no puede haber obispos extranjeros, sino que tienen que ser peruanos)", explica el educador. "Cuando él hizo ese trámite, yo era ministro del Interior, así que yo firmé su nacionalización", recuerda.
"Como fue nombrado obispo de Chiclayo y yo precisamente he nacido en Chiclayo, hubo más contacto y cercanía. En las ocasiones que he compartido con él, como reuniones, he visto a alguien muy amable, muy cercano... pero a veces tan callado que hasta podía pasar como tímido. No era un tipo así locuaz como Francisco. Prevost tiene un talante más bien reservado, más reflexivo... y, por lo tanto, más de consenso", revela.
El exministro destaca otro aspecto en la trayectoria pastoral de Robert Francis Prevost. "Para mayores señas, Chiclayo era una diócesis que durante años estuvo en manos del Opus Dei, y él fue el primer obispo que no era del Opus Dei. No era fácil, al llegar a una diócesis con un clero que había tenido durante décadas una determinada mentalidad, siendo un hombre más sencillo". Y añade: "yo creo que fue una experiencia que le sirvió también mucho para lograr lo que tiene que ser ahora en la Iglesia: la unidad en la diversidad".
De Perú a Roma. Y a la silla de Pedro
"Tras estar 8 años como obispo de Chiclayo, el Papa se lo lleva a Roma en 2023 nombrándolo prefecto del Dicasterio de los Obispos. Ésa es la confianza que le tenía Francisco para que se hiciera cargo de los obispos de todo el mundo. Y después lo creó cardenal, obviamente", detalla este académico peruano.
"Y ahora es el Papa", añade, consciente del peso de estas palabras. Un rato después de la fumata blanca y de su primer saludo a los fieles, Pérez Guadalupe opina que "el consenso de los cardenales electores muestra que va en la línea del papa Francisco, y ellos han pensado que puede ser el continuador de su obra, con un talante quizás más moderado". Porque, en cierta forma, "Francisco tenía un talante, como buen argentino, muy de avanzada".
El gesto de sus palabras en castellano
"Los gestos de las personas revelan su personalidad". Es una convicción del exministro peruano que tuvo ocasión de conocer personalmente al obispo Prevost. Y continúa su reflexión: "de Francisco, cuando inició el pontificado, me impresionó cuando dijo: 'Recen por mí'. Frente a una actitud pasiva en la que se puede quedar el pueblo cristiano cuando se limita a recibir la bendición de sus obispos y curas, con una mentalidad clericalista, el Papa viene a decir: ustedes tienen que rezar por mí, no sólo yo por ustedes".
"Y ahora León XIV -me cuesta llamarlo así, me sale directamente Prevost-, nos sorprende a todos con su gesto de hablar en castellano, recordar su diócesis de Chiclayo, sus orígenes misioneros, de dónde viene (misioneramente). ¡No dijo ni una palabra en inglés! No destacó tanto sus orígenes de nacimiento, de su Chicago natal, sino más bien de sus orígenes eclesiales, religiosos". Y concluye así sus palabras para Portaluz: "ese gesto, para mí, lo pinta de cuerpo entero: queda claro que sigue siendo un misionero".